viernes, 8 de mayo de 2009

H.I.J.O.S. Regional Capital: a Patti lo vota la impunidad

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) La cuestión es correr el eje, o ponerlo en su lugar: lo que deberíamos discutir no son los votos de Luis Abelardo Patti sino la posibilidad de ser votado.

Si lo jurídico nos obliga a dejar de lado la ética, entonces tenemos un gran problema.
Si Patti, asesino confeso, detenido en una cárcel común por la presunción de la Justicia (y nuestra certeza) sobre su autoría en delitos de lesa humanidad (imprescriptibles), puede o no ser candidato; ese es el problema.

El problema no es que lo voten, porque eso es la democracia: tener el derecho al voto, a la elección de los representantes. Otro tema es, después, entre qué representantes podemos elegir… Pero la cuestión de fondo es que Patti no puede representar más que a los asesinos del pueblo. Y eso no puede ser permitido moralmente, aunque la ley no contemple este tipo de situaciones.

Si Patti hoy puede ser candidato, porque “jurídicamente” no hay impedimentos, es gracias a la impunidad. A Patti lo votó la impunidad.

Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que tanto olvidan los radicales cuando hablan de la posible candidatura de Patti son básicas para plantear la cuestión. Por eso las sacamos de abajo de la alfombra donde la metieron sus mismos autores y decimos que gracias a esas leyes Patti hoy podría ser candidato.

Sin esas leyes del olvido y del perdón los genocidas no estarían gozando de impunidad. Pero entre todos logramos que sean declaradas inconstitucionales. Entonces, se reabrieron y abrieron procesos contra los genocidas y sus cómplices. Así Etchecolatz, Von Wernich, Menéndez y Bussi entre otros fueron enjuiciados y condenados. Gozaron del derecho a un Juicio justo, algo que no tuvo ninguno de los 30.000 detenidos-desaparecidos que fueron sus víctimas.

Por esa misma declaración de inconstitucionalidad logramos que Patti pueda ser juzgado. Costó mucho. Pero logramos que pierda sus fueros y pueda ser juzgado. Desde las tribunas del Congreso presenciamos el debate que le quitó sus fueros (el escudo que él mismo dijo que no usaría…). Escuchamos cómo desde diferentes partidos políticos abrían la cuestión en dos, como si eso fuera posible: por un lado, lo jurídico y por otro, lo ético. ¿Somos seres que escinden lo jurídico de lo ético? Si así fuera, sería realmente grave.

Los hijos de sus víctimas, Gastón Gonçalves, Eduardo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, estuvieron en ese debate, escuchando cómo el asesino de sus padres era defendido por algunos diputados, cómo eran relativizados sus crímenes, por otros y cómo era repudiado, por otros. Muy pocos estuvieron a la altura de las circunstancias. Parece que los representantes de la democracia no pueden discutir con la historia encima. Porque son los mismos que son responsables de esta historia: la de la impunidad, la del hambre y la desocupación, la del gatillo fácil y las redes de trata de personas. A Patti lo había puesto en su lista el duhaldismo. Y ahora, nuevamente, el asesino político de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, Eduardo Duhalde, quiere volver a tenerlo en sus filas como candidato.

Lo que debemos poner en discusión es cómo (o si se puede) construir una sociedad democrática con agentes del genocidio en cargos en el Estado. Nosotros creemos rotundamente que no. Justamente porque vemos lo jurídico unido a lo ético. Porque Patti participó del plan de exterminio de la dictadura, no puede ocupar un cargo público. Y no hay dudas: él mismo lo confesó públicamente. Acá entra en juego como relámpago el letargo de la Justicia. Si Patti ya hubiera sido juzgado y condenado este debate no se estaría dando. Pero la Justicia sigue alimentando de impunidad a Patti, Videla, Astiz, Massera y los demás genocidas y cómplices.

Lo que está en cuestionamiento no es que la gente pueda votar a Patti, sino que él pueda ser votado. Ese eje es el que debemos correr: lo que pone en riesgo la democracia es que Patti sea candidato.

Es necesario que en este debate se una lo ético con lo jurídico, porque se precisa un ordenamiento, algo que siente posición sobre la democracia, sus prácticas y sus consecuencias. La ausencia de Justicia posibilita la impunidad, la injusticia. Éste es un claro ejemplo.

Es urgente una toma de posición profunda de la Justicia con respecto a los crímenes del genocidio y que sean leídos desde esa perspectiva y no como delitos aislados, por Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio. Cuando hablamos de unificar causas, hablamos de muchas cosas, entre ellas cuidar a los testigos y sobrevivientes, pero además, es un reclamo para que los crímenes de lesa humanidad de la dictadura sean entendidos como un todo con un fin determinado: el intento de exterminio de una generación que luchaba por otro proyecto de país.

La Justicia tiene que hacer y decir su parte. Porque todavía buscamos saber (que nos digan) qué paso con cada uno de los 30.000 desparecidos y desaparecidas, todavía buscamos a nuestros 400 hermanos que no conocen su identidad y continúan apropiados. Hace poco la Justicia, representada por el Tribunal Oral y Federal Nº 6, sentenció al ex gendarme Víctor Rei por la apropiación del hijo de Liliana Fontana y Pedro Sandoval, Alejandro. Le dio un año más que la pena máxima por ese delito, considerando la apropiación de un hijo de desparecidos como delito de lesa humanidad. Eso fue poner las cosas en su lugar. Eso fue decirle a un represor y a la sociedad en su conjunto que quien roba a alguien tiene juicio y castigo. Para que lo sepan los apropiadores, para que lo sepan los secuestradores de personas en las redes de trata.

No podemos separar lo que es de lo que debe ser. Porque así no asumimos la historia. Negamos el conflicto, negamos que hay tensiones y que discutirlas nos fortalece en el ejercicio de la democracia.

No deberíamos debatir si un asesino confeso como Patti puede o no ser candidato. Deberíamos hablar de sus víctimas, de las consecuencias de sus prácticas, de sus políticas anti-democráticas.

Si lo jurídico no se apura para ponerse a la par de lo ético, la sociedad no podrá estar a la par de la democracia.

Exigimos que en el Congreso se trate el proyecto de ley para la inhabilitación de represores que aspiren a ocupar cargos públicos.

IMPUGNAMOS A PATTI POR GENOCIDA
NINGÚN GENOCIDA EN EL ESTADO: TODOS A CÁRCEL COMÚN, PERPETUA Y EFECTIVA

H.I.J.O.S.
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
Regional Capital en la Red Nacional
hijos@hijos-capital.org.ar
www.hijos-capital.org.ar




(Agencia Paco Urondo)

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