Rosario (Agencia Paco Urondo, Publicado en Rosario/12) En la entrevista, el doctor Otmar Paulucci cuenta las sensaciones personales que le dejó este histórico juicio contra represores por crímenes de lesa humanidad. Un proceso de siete meses que llegó su fin con las condenas.
Por José Maggi
"Este juicio me cambió la perspectiva de lo ocurrido luego del golpe de Estado del 76". La frase pertenece a Otmar Paulucci, presidente del Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario que el último jueves condenó a prisión perpetua a los cinco primeros represores juzgados en esta región por delitos de lesa humanidad. Paulucci responsable del andamiaje que le dio cuerpo a la sentencia calificada como "ejemplar" por la fiscal federal Mabel Colalongo se esfuerza en remarcar que "este juicio no pasó por un análisis ideológico del Proceso militar, sino de hechos concretos: Acá hubo secuestros, torturas y homicidios. Este tribunal no revisó otra cosa". También destacó la importancia del testimonio de Eduardo Costanzo, como aporte probatorio, y del ex agente Gustavo Bueno.
¿Cómo vivió este juicio que duró siete meses?- preguntó Rosario/12.
Fue una experiencia muy fuerte, no sólo procesalmente ya que con mis colegas del tribunal no llevamos adelante experiencias de estas características, sino por todo lo que había en juego, y por el dolor que se vivió a través de todos los testimonios de las víctimas. Esta no es una materia que nosotros como jueces federales hayamos tenido contacto con anterioridad, ya que estamos acostumbrados a las causas de drogas, estafas al estado, adulteración de documentos, o delitos penales tributarios. Pero nunca tuvimos este tipo de delitos e indudablemente antes como estudiante y luego como lector de todo este proceso previo o posterior al golpe de Estado, tenía una visión de las cosas, digamos una visión ideológica, es decir uno puede compartir una posición o estar en la otra, pero todo ideológico. En estos siete meses me di cuenta de la tortura, el homicidio y sus formas y las agravantes, a las que nunca imaginé.
¿Durante la dictadura no había escuchado sobre los secuestros?
En su momento supe de los secuestros, no lo voy a ignorar, como lo leímos y vimos todos, pero te cambia totalmente el concepto de la realidad el escuchar a alguien que fue víctima de la tortura: una cosa es leerlo y otra distinta que la víctima te lo relate. Había toda una operatoria de cómo se efectuaban los secuestros, de los lugares donde se efectuaban, en lo personal no tenían conocimiento directo de un centro de detención. Este juicio me cambió la perspectiva de lo que ocurrió treinta años atrás. Es más nunca pensé que esto hubiese sido asi, es más nadie ignoraba que tras las detenciones se pudieron haber aplicado métodos ilegales para obtener información, en todo conflicto eso es posible. Pero nunca pensé que tenían tal envergadura, que era tan grave y llegando a lo maquiavélico que fueron.
¿Qué importancia tienen los testimonios de Eduardo Costanzo y Gustavo Bueno?
Esos dos testimonios me llevaron a establecer que lo que decían las víctimas no era falso, sino real porque las víctimas tenían todo un relato creíble, pero faltaba un pedazo porque estaban tabicadas y no podían ver, muchas veces no identificaban físicamente a otras personas. Pero hubo dos testimonios que fueron fundamentales para esta causa que determinaron cómo era en realidad el sistema y marcó que lo dicho por las víctimas era real. De lo contrario tendríamos una versión de la víctimas y otra versión del victimario que niega el hecho, y sería muy difícil dilucidar la verdad entre dos versiones opuestas. Sin embargo aquí había dos versiones las víctimas y el victimario que confirma a las primeras. Por eso no se pudo hablar de animosidad de los miembros de esa fuerza, ni de las víctimas. Este juicio no pasa por un análisis ideológico del Proceso, acá fueron hechos concretos: acá hubo secuestros, torturas y homicidios. Este tribunal no revisó otra cosa.
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(Agencia Paco Urondo)
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