Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en El Mensajero web) Una vez más, la patotería sindical busca contrariar la legítima voluntad de un directorio de Aerolíneas Argentinas -y van…-, en este caso porque pretende aplicar un severo plan de reducción de costos y de mejorar la calidad de los vuelos.
La semana pasada Aerolíneas Argentinas sufrió, una vez más, demoras y cancelaciones en sus vuelos, perdiendo el récord de puntualidad que tan orgullosamente ostentaban sus funcionarios en los últimos meses. Nuevamente fueron los pilotos asociados a APLA quienes originaron el conflicto, aunque esta vez sólo se debió a la xenofobia claramente expresada por el sindicato al no aceptar a un funcionario de nacionalidad mexicana en el aérea de Producción de la compañía. Para Jorge Pérez Tamayo y su troupe, la renacionalización de la empresa llevaba implícita la condición de que todo el personal de la aerolínea debía ser ciudadano de nacionalidad argentina sin excepción.
No importa la calidad profesional, ni la experiencia esgrimida por Andrés Fabre Robles, el contratado cuestionado, porque la discusión oculta la pérdida de poder de los pilotos a la hora de tomar decisiones importantes en Aerolíneas Argentinas. Según Pérez Tamayo "la asamblea, compuesta por 310 pilotos, votó por unanimidad y advirtió que no traigan al mexicano" (sic), sin importarle las cualidades técnicas y profesionales del mexicano en cuestión; y en un comunicado a sus afiliados, APLA manifiestó que, “ante la designación de Andrés Fabre Robles (mexicano, sin experiencia en la actividad aerocomercial argentina) como Coordinador del Plan de Transición desde donde el mencionado tiene injerencia directa en el manejo operativo de la compañía … los pilotos con cargo han presentado sus renuncias a los mismos”.
Una vez más, la patotería sindical busca contrariar la legítima voluntad de un directorio de Aerolíneas Argentinas -y van…-, en este caso porque pretende aplicar un severo plan de reducción de costos y de mejorar la calidad de los vuelos. Un plan que contempla un fuerte recorte de las horas extras del personal y que el gremio de los pilotos rechaza, alzando la bandera de la xenofobia, para justificar la medida tomada por su presidente Mariano Recalde. Con la designación de Andrés Fabre Robles, que fuera Director de Operaciones de una aerolínea mexicana y también director de Operaciones de la Oficina para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), Recalde pretende profundizar esa política con el objetivo de reducir el fuerte déficit de la empresa, que hoy ronda los 30 millones de dólares mensuales.
Como ya hemos dicho en innumerables ocasiones, para salvar a Aerolíneas Argentinas hace falta inversión para modernizar a la empresa y una dirigencia sindical responsable. El dinero siempre puede aparecer.
Más info: msierra@mensajeroweb.com.ar (Agencia Paco Urondo)
lunes, 26 de abril de 2010
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