viernes, 25 de junio de 2010

Profundización del modelo y Constitución Nacional, por Ariadna Somoza Zanuy y Rodolfo Tailhade

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Buenos Aires Economico 25/06/2010)

Uno de los desafíos del Bicentenario es, sin dudas, el de abordar desde una reflexión profunda distintos procesos de nuestra historia. Desde esta perspectiva entendemos indispensable, a la hora de repensar el futuro derrotero de la Nación Argentina, el rescate de la Constitución Nacional sancionada en 1949, durante el gobierno justicialista de Juan Domingo Perón. Un acontecimiento político mutilado por la historia oficial, censurado en todos los ámbitos de la vida pública, desterrado de las universidades, considerado una “extravagancia jurídica” por los eternos custodios del derecho liberal.

No podía ser menos: la Constitución Nacional de 1949 significó la vocación del pueblo argentino de abandonar el Estado liberal como modelo de organización política, vigente desde 1853, para abrazar el Estado de la justicia social. Era la Nación Argentina la que asumía en el Preámbulo de aquella Constitución una voluntad común orientada hacia la justicia social, soberanía política e independencia económica, erigiéndose en protagonista exclusivo de un hecho político de una magnitud inédita, tributario directo del proceso histórico que a partir de 1943 transformó radicalmente la realidad política, social y económica del pueblo y del país. La Constitución de 1949 es el reflejo de esos cambios y la lógica consecuencia del surgimiento del pueblo organizado como factor real de poder.

Para el liberalismo criollo, para los sectores dominantes, para quienes detentaban el poder real hasta la aparición del peronismo, la Constitución de 1949 implicó, sin duda, un riesgo feroz: la pérdida definitiva de sus privilegios y de la posibilidad de conducir los destinos del país. Las revolucionarias conquistas sociales que inscribió la Constitución de 1949 en materia de derechos del trabajador, educación y cultura, la implementación de la protección integral de la familia, los niños y ancianos, entre otras instituciones fundamentales, constituyeron políticas dirigidas al diseño de una sociedad más justa.

Pero si bien estos nuevos objetivos estratégicos del Estado argentino resultaban el perfecto revés del proyecto liberal, es legítimo considerar que la razón central por la cual el golpe militar abrogó en 1956 la Constitución de 1949, más allá de la lógica reaccionaria de aquella dictadura frente a la cuestión social introducida por la reforma constitucional, fue la intolerable concepción de la propiedad privada que consagraba el nuevo texto.

En las palabras de Arturo Sampay, principal ideólogo del nuevo texto, se puede advertir la dimensión y gravedad del problema para el liberalismo: “la propiedad no es inviolable, ni siquiera intocable, sino respetable a condición de que sea útil no solamente al propietario sino a la comunidad”. Este nuevo sentido de la propiedad privada sostiene conceptualmente los tres artículos de la Constitución –38, 39 y 40– que, agrupados en un capítulo denominado “La función social de la propiedad, el capital y la actividad económica” sintetizan el fin de una era, la conclusión de un proceso histórico en el que la política significaba un factor de perturbación de la economía libre. Un nuevo paradigma deja atrás el esquema liberal, y marca claros límites al capitalismo: el orden económico de la sociedad se configura a partir de criterios no económicos, criterios esencialmente políticos.

“Artículo 38. – La propiedad privada tiene una función social y, en consecuencia, estará sometida a las obligaciones que establezca la ley con fines de bien común…”

Se reconoce en el nuevo texto constitucional la propiedad privada y la libre actividad individual como derechos naturales del hombre, pero sujetos al cumplimiento de su función social. La propiedad privada asume en este marco una doble tarea: una función personal, en cuanto derecho que garantiza la libertad y afirmación de la persona; y una función social, en tanto está subordinada al bie­nestar general. No representa un privilegio de unos pocos sino un derecho de todos: la función social de la propiedad legitima así la intervención del Estado en la generación de las condiciones económicas que permitan el efectivo ejercicio por parte de todos del derecho natural a ser propietario. Son los principios de justicia social los que demarcan los límites del ejercicio del derecho de propiedad.

“Artículo 39. – El capital debe estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar social. Sus diversas formas de explotación no pueden contrariar los fines de beneficio común del pueblo argentino.”

Es claro que esta concepción del capital es contraria a la propugnada por el liberalismo económico, para el cual el capital tiene la función de reproducirse según la lógica misma del mercado, que asigna recursos naturalmente de manera eficiente y en la cual ni el desarrollo de la economía nacional ni el bienestar social aparecen siquiera como preocupaciones. Es en este sentido que el accionar del gobierno peronista en lo que confiere a inversión extranjera, por ejemplo, fue el de direccionarla hacia sectores clave del desarrollo del aparato productivo nacional por sobre el sector primario o la extranjerización de la economía.

“Artículo 40. – La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social[…] El Estado podrá intervenir en la economía y monopolizar determinada actividad, en salvaguardia de los intereses generales[…] toda actividad económica se organizará conforme a la libre iniciativa privada, siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto dominar los mercados nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los beneficios…”

Se legitima así al Estado como el actor principal en la orientación y gestión de la economía y la justa distribución de la riqueza, teniendo en miras el desarrollo integral de la sociedad, la promoción del bienestar material y espiritual de los argentinos, y la expansión de los márgenes de autonomía nacional. Incluso puede monopolizar actividades cuando las circunstancias así lo requieran –como excepción y no como método recurrente–, y la nacionalización de activos estratégicos como las fuentes naturales de energía y los servicios públicos.

En estos tres artículos se condensa entonces la dimensión programática de la independencia económica proclamada en el Preámbulo: “función social” de la propiedad privada y sujeta a “las obligaciones que establezca la ley con fines de bien común”; el capital al “servicio de la economía nacional y del bienestar social”; la riqueza y su explotación destinados al “bienestar del pueblo dentro de un orden económico conforme los principios de la justicia social”; intervención del Estado en la actividad económica; libre iniciativa privada, pero sin monopolios ni rentas extraordinarias; nacionalización de los recursos naturales y servicios públicos.

Bajo estos parámetros la Constitución de 1949 conceptualiza el proceso económico de la sociedad argentina como una construcción colectiva; se trata de un proyecto común de una alianza entre los sectores populares y sectores del capital nacional, y como tal sólo puede conducirlo, en tanto expresión política de esa alianza, el Estado.

De tal forma, se introduce una concepción de la economía nacional profundamente humanista para alcanzar la justicia social. Es entonces la intervención planificada del Estado en la estructuración económica de la sociedad, y no el libre juego de individualidades en el mercado, la herramienta institucional que brindó la Constitución de 1949 para alcanzar un modelo de desarrollo económico que persiguiera el bienestar general por encima de los intereses particulares.

La filosofía política de la Constitución de 1949 en tiempos del Bicentenario como nunca, ante los estragos globales que generan el capitalismo salvaje, el neoliberalismo y su paradigma especulativo, los planes de ajuste y el cercenamiento permanente de los derechos sociales. Frente a estos escenarios de exclusión social e incertidumbre que se ciernen sobre los países centrales, y la pretensión de trasladarlos nuevamente –como en los ’90– a nuestros países, los grandes principios de la Constitución de 1949 siguen marcando el rumbo de las luchas democráticas y populares. De hecho, la mayoría de las reformas constitucionales de los procesos transformadores que se están viviendo en América latina están basadas en esta Constitución.

Por ello, el gran desafío que nos plantea el proceso histórico iniciado a partir del 25 de mayo de 2003 es el de, amparados en esta perspectiva filosófico-política que nos brinda la Constitución de 1949, conceptualizar, organizar e institucionalizar las transformaciones acaecidas desde entonces, no sólo como necesidad histórica del campo popular para sostener esas transformaciones a lo largo del tiempo, sino con el convencimiento de que ésta es la única manera de poder profundizar el proceso en los aspectos que aún la correlación de fuerzas no nos ha sido favorable para transformar. Así como la Constitución de 1949 condensó el poder popular construido hasta ese entonces, hoy se torna inminente la necesidad de institucionalizar estas transformaciones, especialmente en materia económica y social, para desde ese factor de poder continuar la construcción de una patria para todos, justa, libre y soberana.

Los autores son sociologa del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular (GEENaP) www.geenap.com.ar e integrante del Abogados por la Justicia Social respectivamente.
(Agencia Paco Urondo)

miércoles, 23 de junio de 2010

Dos modelos distintos, dos resultados diferentes, por Juan Santiago Fraschina

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Buenos Aires Economico 23/06/2010)

El modelo de convertibilidad iniciado en 1991 implicó la instauración de un diseño macroeconómico que generó que la mayor parte del excedente argentino se valorizará en forma financiera. En este sentido, el régimen convertible se tradujo en una preeminencia de la actividad especulativa por sobre la productiva, lo cual provocó un proceso de desindustrialización de la economía argentina con el consiguiente aumento de la desocupación, la pobreza y la concentración del ingreso.

Durante este modelo de valorización financiera se experimentó un inusitado crecimiento de la deuda externa. Como resultado de todo esto, la Argentina inició el siglo presente con el “estallido” de la convertibilidad unido a una profunda crisis económica y social y con la declaración del default.

A partir del 2003 y la instauración de un nuevo diseño macroeconómico, la mayor parte del excedente económico se valoriza productivamente, y en particular en el sector manufacturero generando un proceso de reindustrialización de la economía nacional. Este nuevo modelo de desarrollo se caracteriza por la inclusión social a partir de la reducción del desempleo, la pobreza y la mejora en la distribución del ingreso.

En forma conjunta, se encaró un proceso de reducción de la deuda marcado por dos fenómenos: el primer canje de deuda en el 2005 con una aceptación cercana al 80% y el pago al FMI en el 2006. La Argentina termina la primera década del nuevo siglo con crecimiento económico, con una mejora en la situación social y con un nuevo exitoso canje por encima de la expectativa oficial.

El autor es economista del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular (GEENaP) www.geenap.com.ar

(Agencia Paco Urondo)

viernes, 18 de junio de 2010

Inflacion-No Inflacion. ¿Porque no alcanza la plata?, por Ezequiel Bianconi

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado por Buenos Aires Economico 18/06/2010)

La cuestión de la inflación ha resonado en los últimos meses con manifiesta contundencia en la mayoría de los medios masivos de comunicación. Todo indicaría que el fantasma, que ha justificado destituciones y atrocidades en la Argentina, despertó del sueño al que fue “sometido” allá por los ’90.
Su despertar adquiere, rápidamente, especial importancia para los formadores de “información” y opinión pública, a la vez que desvela posiciones históricas de carácter antagónico. Estas posiciones y oposiciones no hacen más que revelar de qué lado del alambrado se encuentra cada uno, si del nacional o del de la colonia –que actualizado, este último, resulta en corporativo apatria–.

Es difícil, e innecesario –y ya veremos por qué–, cuestionar el aumento de los precios de algunos productos. Coincidentemente, o no, se puede observar que los productos cuyos precios aumentan tienen una gran incidencia en el gasto total del salario de los trabajadores. Estos productos conforman la “canasta básica” familiar que es utilizada, también, por el INDEC para medir el IPC, la inflación. Cabe decir que estos productos son los que necesita una familia para vivir, necesarios, no productos lujosos.

La pregunta que seguramente todos nos habremos formulado, teniendo en cuenta que la Argentina crece, produce más y mejor, que la calidad de nuestros trabajos es mayor, y que nuestros salarios aumentan, es por qué la plata no alcanza.

La respuesta es: porque los precios aumentan. Pero, ¿nos satisface esa respuesta? No. Entonces, ¿por qué aumentan los precios?

Resulta fundamental, en esta instancia, aclarar qué es inflación. Según la definición de manual, la inflación consiste en el aumento sostenido del nivel general de precios. Sostenido significa persistente en el tiempo y elimina, de esta manera, cambios únicos y aislados en el tiempo o cambios estacionales.

Nivel general refiere a todos los bienes que conforman el sistema productivo, evitando contemplar cambios bruscos de un grupo reducido de productos.

Diversas teorías abordan la cuestión de la inflación, entre ellas la monetarista, que es la que resuena en los medios antinacionales. Dicha teoría responsabiliza plenamente la existencia de la misma a la emisión de dinero. Otras posturas teóricas, respecto de la inflación, son los enfoques estructuralistas donde se responsabiliza a la estructura productiva heterogénea de generar estrangulamientos e inflexibilidades en la oferta para adaptarse al crecimiento de la demanda, provocando, de esta manera, presiones inflacionarias. Y una tercera, no monetarista, basada en la puja distributiva del ingreso imputa a los actores y grupos sociales inmersos en una secuencia de acciones y reacciones –trabajadores en pos de mayor salario y empresarios buscando mayores márgenes de ganancia– el desate de espirales inflacionarios.

Resulta claro que asumir o no la existencia de inflación, o el simple aumento de los precios de los productos necesarios que consumimos a diario, no es el meollo de la cuestión. La mirada debería centrarse en la propia estructura productiva de los bienes que desatan aumentos desmedidos en los precios para responder por qué es así. Sostengo que es ahí donde se encuentra la génesis del problema.
Si un producto es necesario, es decir, si una persona no puede prescindir de él, torna su demanda impostergable y lo hace susceptible de juegos especulativos sobre su precio. Estos productos básicos, o necesarios, son fundamentalmente alimentos y elementos de limpieza e higiene, y representan el mayor porcentaje de gasto de los salarios y/o ingresos de las familias de bajos ingresos, no así para las de altos ingresos.

Si la demanda de tal producto no existía y, por haber sido estimulada con gasto público, crecimiento económico y medidas redistributivas, ahora existe, debe ser satisfecha. Esta nueva demanda, cabe aclarar, es mejora en la alimentación, en la vestimenta, en la calidad de vida misma de la población anteriormente postergada.

Con esta nueva demanda revelada, si el que produce y ofrece los productos que ahora se demandan muestra rigideces o anuda su margen de ganancias al crecimiento aumentando los precios, no necesitará aumentar su producción, porque igual estará ganando.

Por otro lado, si los oferentes del mercado de estos productos son muchos y diversos productores, un aumento de la demanda se trasladará en un aumento de la oferta. Si ese mercado, en cambio, está concentrado, es decir manejado por unos pocos productores, éstos decidirán ponerse de acuerdo y aumentar sus precios, porque ganarán sin arriesgar.

En síntesis, si el mercado de los productos básicos y necesarios se encuentra concentrado, en manos de pocas empresas, es probable que ante aumentos del ingreso de las familias quieran, estas empresas, apoderarse de ellos aumentando sus márgenes de ganancia mediante aumentos significativos en los precios de sus productos, y no a través de un aumento de la cantidad de producción. El resultado es la pérdida de poder adquisitivo familiar. Los hogares más perjudicados son aquellos cuyos ingresos se agotan en la adquisición de productos necesarios. Para estos sectores significa, a veces, dejar de comer.

La realidad indica que la tesis anterior es aceptable y muy contrastable. Pueden, así, observarse grados alarmantes de concentración oligopólica en el mercado del arroz, las pastas secas, las harinas, los productos de aseo personal, la carne –por los frigoríficos–, los aceites. Basta recorrer los supermercados e investigar sobre las empresas que disponen varias marcas para un mismo producto. Tal concentración posibilita la fijación arbitraria de precios y perjudica gravemente la calidad de los productos, dificultando el desarrollo digno de los hogares de los trabajadores.

Por último, ¿hay inflación?

La respuesta es: hay concentración.

El autor es economista del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular (GEENaP-Cordoba) www.geenap.com.ar

(Agencia Paco Urondo)

jueves, 17 de junio de 2010

Agenda de Actividades GEENaP

Capital Federal (Agencia Paco Urondo)
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Los invitamos el dia Viernes 18 de Junio a las 18:30 hs al Salon Auditorio de la Jefatura de Gabinete de Ministros, en Julio A. Roca 782 1º subsuelo, CABA. A la charla titulada "Malvinas: un debate de la Democracia", con la disertacion de Federico Lorenz (Historiador) y Carlos Raimundi (Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires)

(Agencia Paco Urondo)

Agenda de Actividades del GEENaP

Capital Federal (Agencia Paco Urondo)

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El dia miercoles 16 de Junio, en la Facultad de Ciencias Economicas, Universidad de Buenos Aires, se realizo una Charla titulada "Concentracion Economica, formadores de precios y puja distributiva: la dimension de la politica de la inflacion" organizada por Juventud Carta Abierta y LA Quinquenal en la Campora, Con la participacion de Guillermo Wierzba (Economista, Director del Cedif-AR) y Juan Santiago Fraschina (Economista, integrante de GEENaP)

El dia Sabado 12 de Junio, en la Ciudad de la Plata, se realizo una charla sobre el modelo economico actual, organizada por JP Evita La Plata. La disertacion estuvo a cargo de Juan Santiago Fraschina y Ariadna Somoza Zanuy, integrantes del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular.



(Agencia Paco Urondo)

lunes, 14 de junio de 2010

ERNESTO CHE GUEVARA - 14 de junio se conmemora su nacimiento

(Agencia Paco Urondo) - Por Mirta Praino
http://san-fernando-mi-ciudad.blogspot.com
Homenaje a un Hombre, Un Idealista, Ernesto Che Guevara.
Este Homenaje lo pense desde una foto, la que me impacto desde la primer vez que la vi, de muy pequeña, no sabia quien era hasta que mi padre me conto la historia de un argentino, el CHE Guevara.
Cuando creci, leí sobre el y entendi quien era, interprete como pensaba y el porque de su Lucha por la Liberacion.

Su Mirada, la Comprensión de parte del "CHE GUEVARA" de una época, rescatando como un ejemplo la Etica y el Compromiso, con altos Valores e Ideales, el "CHE" creía que era posible cambiar el mundo.
La historia del “CHE” la miré y la sigo mirando, como se ve a una historia de generaciones, las que lo sucedieron en la Latinoamérica.
Lo que si debo destacar, a mi juicio, es que estas generaciónes de ninguna manera interponian sus intereses personales, o privados, para logro de sociedades justas y libres.
El “Che Guevara” historia de voluntad y rebeldía, se transformó en un mito, con altos Ideales de Solidaridda, Compromiso, Etica y Compromiso.
Algunos datos:
foto tomada un 5 de marzo de 1960 (ese dia cumplo años) a los 31 años del Che. Estat foto fue tomada en un entierro.
El fotografo, Alberto Díaz (Korda).
La foto se hizo conocida 7 años después de muerto el Che en la selva en manos de soldados en Bolivia.
En 1967 se edita el Diario del Che en Bolivia e imprimió la imagen en un gran póster.
Para una imagen, esta foto del Che tal vez sea el más importante icono gráfico del mundo en el siglo XX.

Mirta Praino (Agencia Paco Urondo)

viernes, 11 de junio de 2010

Agenda de Actividades del GEENaP

Capital Federal (Agencia Paco Urondo)



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El dia Jueves 10 de Junio, en la Facultad de Ciencias Economicas, Universidad de Buenos Aires, se realizo el segundo seminario del Foro de Economia Politica del Bicentenario, titulado "La Crisis Europea y Latinoamericana: el debate de una nueva arquitectura financiera". Con la participacion de Roberto Feletti (Vice Ministro de Economia de la Nacion), Pedro Paez (Presidente del la Comision Tecnica del Ecuador, para una nueva arquitectura financiera), Jorge Marchini (Profesor Titular Economia UBA, SEPLA, CEMOP), Fernando Zack (Director Ejecutivo SID Capitulo Bs As). Como moderador se desempeño Santiago Corgono (Docente UBA, Forje Causa Profesional)

El dia Viernes 04 de Junio en la Facultad de Ciencias Sociales,Universidad de Buenos Aires, sede Ramos Mejia, se realizó una charla-taller sobre " Inflcion, formacion de precios y oligopolios". Esta charla fue organizada por los compañeros del Movimiento Universitario Evita. La disertacion estubo a cargo de Alejandro Barrios (Presidente de la Secretaria de Comercio Exterior, docente de Economia de la Facultad de Ciencias Sociales), Jose Carcámo (docente de Economia de la Facultad de Ciencias Sociales), Juan Santiago Fraschina (Economista del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular GEENaP), (Agencia Paco Urondo), Fabian Ochoa (Secretario General de los Trabajadores Mercado de Hacienda), Marta Yane, (integrante del Movimiento Evita).

(Agencia Paco Urondo)

La Inflacion, por Juan Santiago Fraschina

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado por Buenos Aires Economico 11/06/2010)

Ahora que en los últimos meses los datos de la inflación muestran una desaceleración de su crecimiento y por lo tanto se terminó el bombardeo mediático y de las consultoras privadas sobre la suba de los precios podemos retomar el análisis sobre el tema.

En primer lugar, para debatir el tema de la inflación es necesario primero contextualizarlo. En este sentido, a partir de 2003 se inició un proceso de reindustrialización de la economía argentina a partir de la conformación de un nuevo diseño macroeconómico que permitió que el sector manufacturero vuelva a ser rentable. En efecto, la conjunción de un tipo de cambio competitivo, la política de subsidios que permite la reducción de los costos de los empresarios junto al fortalecimiento del mercado interno (en el cual venden la mayor parte de las mercancías el sector industrial argentino) junto a un conjunto importante de políticas sectoriales permitieron la reconstrucción del aparato industrial nacional.

A partir básicamente de la reindustrialización se verificó un incremento de la inclusión social. Mientras que la desocupación bajó del 20,4% al 8,3% entre el primer trimestre de 2003 y el primer trimestre de 2010, la subocupación demandante disminuyó del 12,0% al 6,6% durante el mismo período. Por su parte, los asalariados sin descuentos jubilatorios se redujeron del 45,1% al 36,1% entre mayo de 2003 y cuarto trimestre de 2009. Por último, el plan de inclusión previsional permitió el acceso de 1.400.000 personas al sistema jubilatoria a pesar de no tener los aportes necesarios, lo cual generó que la cobertura del sistema previsional aumentó de 3.400.000 a 5.591.000 jubilados entre el 2003 y el 2010.

A esto se suma desde el 2003 una fuerte política de ingreso llevado a cabo por el gobierno nacional. En primer lugar, la reactivación de las convenciones colectivas de trabajo. En este sentido, la cantidad de personas que participan en las negociaciones colectivas aumentaron de 1.222.000 a 3.992.000 personas entre el 2004 y el 2008. Visto de otra manera, mientras que en el 2004 existieron 348 negociaciones de paritarias, en el 2008 se verificaron 1.231 negociaciones.

Esto generó un aumento del salario que se vio reflejado en el incremento del salario mínimo, vital y móvil que pasó de 200 pesos en mayo de 2003 a 1.500 pesos en enero de 2010, es decir, que experimentó un crecimiento de 650%.

En segundo lugar, una de las políticas de ingresos centrales llevada a cabo desde el 2003 fue el aumento constante de las jubilaciones. Es decir, no sólo que se aumentó la cobertura del sistema previsional sino que además se produjo un crecimiento permanente de las jubilaciones.

La jubilación minima pasó de 150 pesos en julio de 2003 a 945 pesos con el aumento del 2010. por lo tanto, la jubilación minima experimentó un aumento del 496% durante este período. El año pasado en medio de la crisis financiera internacional y donde la mayoría de los países centrales aplicaban políticas de ajuste se produjo un aumento del 19,89% en la jubilación minima.

Por último, debemos señalar como otra política de ingreso fundamental los planes sociales desarrollados por el gobierno nacional. En este sentido, debemos mencionar por un lado las cooperativas de trabajo y por otro lado la asignación familiar por hijo. Con respecto a esta última es importante destacar que es el plan social más ambiciosos de America Latina destinando fondos por un monto equivalente al 0,58% del PBI, mientras que la Bolsa Familiar de Brasil implica un 0,39% de su PBI, el plan Oportunidades de México equivale a un 0,31% del su PBI, el plan Juntos de Perú representa el 0,2% de su PBI y el plan Chile Solidario es equivalente al 0,1% de su PBI.

La consecuencia inevitable de la mayor inclusión social y de la aplicación distintas políticas de ingreso fue el aumento del consumo popular que se tradujo en un fuerte crecimiento del mercado interno que fue el principal impulsor de la demanda y el crecimiento económico sostenido. Un solo dato para ilustrar el crecimiento del consumo de los sectores populares: mientras que el consumo de Carne vacuna en el 2003 era de 60,21 kilogramos por habitante anual promedio, en el 2009 era de 68,44 kilogramos. La última vez que el consumo de carne fue tan alto fue en 1994 que se había verificado un consumo de 68,44 kilogramos por habitante anual promedio. A partir de ese año, y más allá de las oscilaciones, el consumo de carne de los argentinos se redujo en forma permanente.

En este contexto es que se produce la suba de precios y el debate por el tema de la inflación. Para los economistas ortodoxos la inflación se debe por un lado al aumento de salarios de los trabajadores que generan un incremento de los costos de los empresarios que luego son trasladados a los precios. Sin embrago, en gran parte de las empresas el costo laboral es sumamente reducido en su estructura de costos, incluso en algunas empresas el costo salarial sólo representa el 3% del costo total.

Por otro lado, los economistas neoliberales argumentan que es el crecimiento de la demanda generado por el aumento del consumo, del gasto público y de la política monetaria expansiva lo que provoca inflación. Sin embargo, la inflación por demanda se produce cuando una economía se encuentra produciendo al limite de su capacidad productiva. Los datos referidos a la economía argentina demuestran lo contrario: el nivel general de la utilización de la capacidad instalada en enero de 2010 era del 66,6%. Por lo tanto, existe una importante capacidad ocioso instalada lo cual demuestra que la inflación no es por demanda.

En contraposición a lo expuesto por la ortodoxia económica, las causas de la inflación en la actualidad se debe fundamentalmente a dos factores centrales que generan en el marco de una economía fuertemente expansiva sustentada por el mercado interno una puja distributiva.

La primer causa son los altos precios internacionales de los alimentos generando que la inflación internacional se traslade al mercado interno. La suba de precios a nivel internacional genera por un lado que los productores de alimentos aumenten los precios internos para obtener la misma rentabilidad que vendiendo la producción en el mercado externo.

Por otro lado, particularmente el abrupto aumento de la soja produjo un proceso de sojización del campo argentino reduciendo la producción de ciertos bienes que consumen los argentinos. En este sentido, la superficie cosechada de soja aumentó de 8.637,5 a 16.767,5 hectáreas entre la campaña 1999/2000 y 2008/2009. Por otro lado, el stock total vacuno disminuyó desde 58.472.000 a 55.432.000 cabezas entre el 2007 y el 2009.

De esta forma, se produjo en el campo argentino un reemplazo de la soja, producto que el argentino no consume, por los bienes que el argentino si consume como por ejemplo la producción de carne. Esta reducción de la oferta en un mercado expansivo provoca tensiones inflacionarias.

El segundo factor que impacta en el aumento de los precios es la fuerte concentración económica verificada en la Argentina. Por ejemplo; en el mercado de la leche, dos empresas (Sancor y Dadone) concentran el 66% del mercado; en el cemento, cuatro empresas (Loma Negra, Minetti, Avellaneda y Petroquímica Comodoro Rivadavia) concentran el 100% del mercado; en la producción del pan, dos empresas (Fargo y Bimbo) concentran el 89% del mercado; en las galletitas, dos empresas (Dadone y Arcor) concentran el 78% del mercado.

Por lo tanto, en un contexto de aumento del consumo popular, crecimiento del mercado interno y suba de salarios con elevados precios internacionales y fuerte concentración económica se traduce en una puja distributiva, donde los productores de alimentos quieren exportar la mayor cantidad de mercancías posibles y cultivar soja en detrimento del consumo interno y donde las grandes empresas concentradas quieren mantener el nivel de distribución del ingreso aumentando los precios ante cualquier incremento del salario nominal de los trabajadores.

El intento de los sectores dominantes es asociar la inflación al gobierno, pues si el culpable es el gobierno la solución es reducir el intervencionismo estatal en la economía. Sin embargo, la política antiinflacionaria requiere una mayor intervención del Estado para favorecer a los sectores populares en la puja distributiva.

En este sentido, las políticas de retenciones, subsidios y precios máximos llevadas a cabo por el gobierno nacional son fundamentales para reducir el nivel de la inflación. A estas políticas debemos sumarles nuevas herramientas tendientes a incrementar la competencia, como por ejemplo un sistema tributario y una nueva ley de entidades financieras que beneficien a las pequeñas y medianas empresas. Por otro lado, instrumentar políticas de premios y castigos para castigar las empresas que suben los precios sin un justificativo económico y premiar a aquellas que invierten y aumentan la producción.

Juan Domingo Perón en un encuentro producido el 16 de junio de 1948 ante dirigentes gremiales decía “¿A qué lleva esto? A un aumento de la demanda, porque nosotros aumentamos los salarios. Nuestros obreros consumen más. Fíjense ustedes que en la República Argentina se come hoy casi medio millón de toneladas más de carne que el año pasado; el de trigo lo mismo. Y como nuestros obreros ganan un jornal mayor, se compran más ropa, toman de vez en cuando algún vino bueno y demás. Todo eso aumenta el consumo. Si la producción disminuye y el consumo aumenta, se traduce en el mercado en una disminución de la oferta y un aumento de la demanda, y el precio sube. Son factores vitales”. La puja distributiva verificada durante el modelo peronista se vuelve a repetir en la actualidad ante el mismo intento de distribuir el ingreso a favor de los sectores populares.

El autor del articulo es economista del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular GEENap. www.geenap.com.ar (Agencia Paco Urondo)
(Agencia Paco Urondo)

martes, 8 de junio de 2010

La Paz: se realizo la charla sobre los trabajadores y las organizaciones sociales.

La Paz, Entre Rios (Agencia Paco Urondo, gentileza de Marcelo Faure) Con una fuerte defensa a la nueva Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, la estatización de los fondos previsionales y la integración latinoamericana. En una charla abierta realizada en la Unidad Básica Eva Perón de la ciudad de la Paz, el acto contó con la presencia del dirigente sindical Luís Cáceres (CGT); el intendente de la ciudad José Nogueira, Pedro Ríos, integrante del Frente de Asociaciones Campesinas (FACA), el ex intendente de Paraná Julio Solanas y varios dirigentes del Movimiento Evita.

La Charla abierta titulada “los trabajadores y las organizaciones sociales en el Bicentenario” organizada por la Agrupación Peronista del Norte Entrerriano, la Asociación Civil Jauretche y el Movimiento Nacional Evita, fue ocasión para que dirigentes de distintos espacios del peronismo confluyan y unan voces a favor del gobierno nacional y provincial.

El intendente José Nogueira dio la bienvenida a los presentes e hizo hincapié en “la fortaleza del modelo económico nacional que pudo soportar, en consonancia con otros países del cono sur, la crisis económica mundial, que hoy azota cruelmente a los países del primer mundo”.

Pedro Ríos, dirigente agropecuario del Frente de Asociaciones Campesinas (FACA); relató la experiencia de “los pequeños productores que se organizan en todo el territorio provincial, con trabajo genuino y sin discursos apocalípticos como el declamado por Alfredo de Ángeli o la Mesa de Enlace. Son posturas extremas que combatimos con organización y trabajo de sol a sol”.

A su turno, Julio Solanas señaló los “grandes aciertos” del gobierno nacional: “la nueva Ley de Medios, que nos protege de los monopolios informativos (…) la Asignación Universal por Hijo, una forma de distribuir la riqueza (…) la estatización de los fondos provisionales que construye la dignidad de nuestros adultos mayores, trabajadores de toda una vida (…) y la apuesta permanente a la integración latinoamericana en bloques como el Mercosur o la Unasur”.

Luís Cáceres del Centro de Estudios Laborales (CEL), coincidió en su definición al señalar a “la clase trabajadora y al pueblo” como los motores de “los procesos de inclusión social.”. Asimismo rescato la experiencia histórica del peronismo frente a los sectores privilegiados, “esa oligarquía que todavía existe”, afirmaron.

Alfredo “Pituco” Martínez y Antonio Jaime contaron historias locales del peronismo y revalorizaron “la militancia diaria de cientos de hombres y mujeres que luchan todos los días pero no salen en los diarios”.

El prof. Marcelo Faure, coordinador del Centro de Estudios Históricos Arturo Jauretche, sostuvo que “este tipo de encuentros dan oxígeno a militantes y dirigentes que buscan respuestas en nuevos escenarios políticos. Hace diez años el pueblo resistía el neoliberalismo, las privatizaciones y la flexibilización laboral. Hoy los trabajadores y sus sindicatos discuten en la mesa grande, aumento de salarios y convenios colectivos de trabajo. Falta bastante pero hubo definiciones políticas de fondo”.

También participaron del acto: Claudio Quintana, Secretario de Obras Públicas municipal; Susana Gabini, vicepresidenta del Consejo Provincial del Menor y la Familia; Carlos Soto, integrante de la Asociación de Productores del Ejido de La Paz; Ezequiel Ciró de la agrupación Segundo Centenario; el dirigente social y deportivo Carlos Camarata; Dante Alaggia, Director Departamental de Escuelas; Martín Uranga, concejal de la capital provincial (FPV); Roberto Strauss, del PJ de Santa Elena; y Carlos Barbosa, responsable provincial de las Juntas de Gobierno, entre otros.

(Agencia Paco Urondo)

viernes, 4 de junio de 2010

El modelo del Centenario vs. el del Bicentenario, por Guido Patricio Filippo

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Buenos Aires Economico 04/06/2010)
Existe un argumento fuertemente difundido de que es desproporcionado sostener que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner superó a gobiernos como el de Sarmiento o Mitre, que permitieron la consolidación del modelo agroexportador en la Argentina. Esta concepción hace referencia a corrientes migratorias que llegaron al país durante ese período, sobre todo entre 1890 y 1900, inmigrantes en busca de oportunidades de trabajo y progreso que Europa no podía brindarles.

Según esta argumentación, no se percibió bajo el gobierno de Néstor Kirchner, ni se percibe ahora en la gestión de Cristina Fernández, que tengamos una inmigración de esa magnitud. Más bien nuestros hijos se plantean, según esta concepción, en qué país vivir que no sea éste.

Describen a la Generación del ’80 como aquella que llevó a cabo la transformación más importante del país, que pasó de ser un desierto a ser uno de los países más prósperos del mundo. Para tal justificación, contrastan las exportaciones que representaban en ese momento histórico el 50% del conjunto de nueve países vecinos. En contraposición, en el período 2003/2007 configuran tan sólo un 15 por ciento.

Para finalizar, expresan que en un modelo de país exitoso, los padres deberían poder mantener a sus hijos sin requerir de una asignación universal. Observan también la conducta de los empresarios que, según esta argumentación, analizan en qué país les conviene invertir fuera de la República Argentina.
En definitiva, el país del Centenario era el de la gente que venía a radicarse a sabiendas que con trabajo y esfuerzo se aseguraban el progreso de su familia. En cambio, hoy en día la gente vive de la subsidiariedad del gobierno de turno.

Ahora bien: ¿qué país teníamos en el Centenario? Si seguimos la línea editorial expuesta, vemos que el primer centenario fue un país de oportunidades, próspero para los inmigrantes que venían a trabajar las tierras en busca de mejores condiciones de vida, donde tenían un futuro asegurado para sus familias. El “granero del mundo”, del cual partían las materias primas sin elaborar hacia el Viejo Continente, una Argentina inmersa en el modelo agroexportador, del que tanto se ha hablado, en el que crecían las exportaciones año tras año, donde el PBI aumentaba y que llegó a ser el séptimo país más rico del mundo. ¿Se podría decir entonces que fue similar a la belle époque de Europa?

Las exportaciones: respecto del nivel de exportaciones sobre el volumen latinoamericano y donde atribuye a la Generación del ’80 la prosperidad de nuestro país, es curioso que este tipo de argumentación no mencione que ese 50% se desvanecía por la avalancha de importaciones de la época, dado que la Nación no producía nada.

Para complementar la refutación, no deben dejar de observarse las remesas que se llevaban los británicos, dado que el gobierno aseguraba el 7% de la inversión inicial que hacía en los ferrocarriles.
Tampoco se hace referencia a las tierras expropiadas a los pueblos originarios en la Campaña del Desierto, donde se los exterminó casi por completo. El país de las grandes oportunidades y del progreso, más bien fue un país de pocos, que se repartieron las tierras entre ellos, ya que tenían el poder del Estado en sus manos, despilfarrando lo obtenido por la renta agraria diferencial, en construcciones de palacios al estilo europeo, en lugar de reinvertir el excedente en una industria nacional y redistribuir la riqueza.

La inmigración: en este sentido, debemos analizar por qué se dio el fenómeno inmigratorio desde los países europeos hacia la Argentina. Es verdad que los inmigrantes encontraron oportunidades en nuestro país, el fácil acceso a alimentos, que no tenían en Europa, por la relación precio-capacidad productiva debido a la gran fertilidad del suelo, siendo a su vez ésta la causa que contuvo a las masas, a pesar de las injusticias sociales de la época.

Sin embargo, las verdaderas causas de la oleada inmigratoria son más complejas. Hoy en día ha caído en desuso la antigua polémica de los factores de pull o de atracción de un área y push o expulsión del área de origen.

La inmigración europea fue un fenómeno policausal, donde la demográfica es la causa más importante. Veamos: en Europa se vio una tensión entre población y recursos existentes en las sociedades preindustriales, situación que se vio agravada por la transición de dos situaciones demográficas diferentes.

En este sentido, se parte de la contraposición de un modelo demográfico antiguo caracterizado por altas tasas de natalidad y mortalidad y otro moderno con bajas tasas de natalidad y mortalidad. El problema se dio en la fase de transición de uno a otro, ya que la tasa de mortalidad desciende más rápido que la de natalidad, por los avances en la medicina, lo que genera un excedente de población, que difícilmente encontraría ocupación en la economía local y se vea obligada a emigrar.

Asimismo, la oleada de inmigrantes fue una gigantesca incorporación de mano de obra con una cultura del trabajo bien marcada. Esta incorporación se hizo a través de contratos leoninos de arrendamiento, donde los arrendatarios tenían obligación de comprar insumos y herramientas a los arrendadores a precios viles y vender lo producido a valores ínfimos.

Por otro lado, la repatriación de los argentinos que en plena crisis del 2001-2002 decidieron emigrar a otros países, en especial al continente europeo; en la actualidad están regresando, consecuencia del nuevo modelo de desarrollo iniciado en el 2003 y de la crisis que atraviesan los países europeos como Grecia y España, con el agravante de las políticas que están programando llevar a cabo para subsanar dicha situación y que recaen en aplicar las viejas medidas neoliberales que el FMI impone y que ya han fracasado rotundamente en América latina.

El actual modelo económico: el modelo económico actual se basa en cinco políticas centrales macroeconómicas:

1) Tipo de cambio real competitivo: la devaluación de la moneda nacional respecto de monedas extranjeras, que permite la reapertura de industrias promoviendo también las exportaciones debido también a dicha competitividad.

2) Desendeudamiento público: que se llevó a cabo a partir de dos medidas, el pago al FMI con reservas del BCRA y la reestructuración de la deuda en default, que implicó una fuerte quita de capital e intereses, permitiendo así liberar recursos para incrementar de manera sustentable el gasto público.

3) Política fiscal expansiva: el aumento permanente del gasto público fue una de las políticas centrales que ha mantenido el Gobierno, incluso durante la crisis internacional, aumentando constantemente la inversión social, las obras de infraestructura y los subsidios para la contención de precios (aguas, gas, luz). Esto se ve reflejado en el crecimiento del mercado interno a partir de que aumenta la demanda, generando un aumento del producto y la creación de empleo.

4) Aumento sostenido de las jubilaciones, salarios e ingresos: permitiendo el aumento del poder adquisitivo de los jubilados y trabajadores a través de las paritarias. Conjuntamente la revolucionaria medida de la asignación universal por hijo.

5) Retenciones: donde el Gobierno ha aumentado las retenciones, priorizando así el consumo del mercado interno y buscando evitar la replica del modelo agroexportador.

Después de varios años del neoliberalismo, de destrucción sistemática de la industria y de los puestos de trabajo, actualmente se está llevando adelante un proceso de reindustrialización nacional, con integración social y desarrollo económico.

El desarrollo de la industria es fundamental, debido a que posee dos ventajas con respecto al agro. Una social, al crear masivamente puestos de trabajo. Otra económica, dado que es en la industria donde se producen los avances tecnológicos que permiten achicar las brechas con los países desarrollados.
Raramente los defensores del modelo económico del Bicentenario omiten mencionar que la crisis internacional no ha repercutido prácticamente en nuestro país. Por el contrario, como resultado del modelo económico actual seguimos teniendo un crecimiento sostenido y constante.

Evidentemente no se puede construir en siete años lo que se destruyó en treinta, y quedan todavía cosas por profundizar. Sin embargo, no se puede obviar que hoy tenemos un modelo económico consolidado. En la actualidad, el contexto internacional es ampliamente desfavorable por la crisis económica internacional, y aun así, por primera vez no hubo ajustes en los salarios, reducción de jubilaciones, enfriamiento de la economía y estancamiento del crecimiento económico. Todo lo contrario, vemos cómo los países centrales se hunden, sin que repercuta prácticamente en nuestro país.

Ésta es una de las grandes diferencias que hay entre el modelo actual y el modelo agroexportador del primer Centenario derrumbado por completo con la crisis de 1929. ¿Existen dudas de cuál es el mejor modelo económico?

El autor del articulo es integrante del Grupo de Estudios de Economia Nacional y Popular GEENap. www.geenap.com.ar (Agencia Paco Urondo)

jueves, 3 de junio de 2010

La Paz: Charla sobre los trabajadores y las organizaciones sociales‏.

La Paz, Entre Rios (Agencia Paco Urondo, gentileza de Marcelo Faure) El dirigente enrolado en la CGT, Luís Cáceres, estará en la ciudad de La Paz brindando una charla abierta sobre “Los trabajadores y las organizaciones sociales en el Bicentenario”. Será en la Unidad Básica Eva Perón este viernes a la hora 19.

El viernes 4 de junio a la hora 19, Luis Cáceres estará en el local partidario del PJ para brindar una charla abierta.

Cáceres es coordinador general del Centro de Estudios Laborales (CEL), organismo que articula a la Confederación General del Trabajo (CGT) con los movimientos sociales.

Cabe destacar que el presidente del CEL es el dirigente Omar Plaini - sindicato de Canillitas- que actualmente ocupa una vocalía en la dirección de la CGT y es un hombre muy cercano al camionero Hugo Moyano.

El intendente de la ciudad, José Nogueira, hará la apertura de la charla y al terminar se entregarán diplomas a viejos militantes del movimiento obrero organizado.

El evento está organizado por la Agrupación Peronista del Norte Entrerriano, la Asociación Civil Jauretche y el Movimiento Nacional Evita.

(Agencia Paco Urondo)

Foro de Economia Politica del Bicentenario. Invitacion

Capital Federal (Agencia Paco Urondo)Cliquear la imagen para agrandar.

(Agencia Paco Urondo)

miércoles, 2 de junio de 2010

Volvemos a reclamar, volvemos a decir, y pedimos que nos escuchen. ¡Paren de Fumigar!

Paraná, Entre Rios (Agencia Paco Urondo, gentileza de Hugo Garcia) El Foro Ecologista de Paraná, -como hace poco mas de tres años atrás, cuando junto a tantas otras organizaciones de nuestra patria reclamamos por las agrofumigaciones - , insiste y reimpulsa el llamado a atender y entender la tragedia sanitaria en que estamos.

Como nunca antes, nuestros niños, jóvenes, y adultos jóvenes enferman y mueren por causas que se correspondían con edades de adultos mayores. Leucemias, linfomas, alteraciones hormonales, cáncer, insuficiencias renales.

Malformaciones al nacer y abortos espontáneos, creciente índice de infertilidad masculina, daños neurológicos, enfermedades autoinmunes, nombran algunas de las mas anunciadas patologías que provocan estupor y desconciertos.

Ya es inocultable e indisimulable el determinante rol de la intoxicación química lenta y silenciosa de los agrotóxicos en este escenario devastador.

Como si nada ocurriera, la Cámara de Diputados de la Provincia ha dado media sanción a un proyecto de Ley de Plaguicidas que propone 50 metros la distancia de bordes o límites residenciales para la fumigación terrestre.

Como anunciando resultados para festejos nos enteran los medios de comunicación de la cosecha record de la soja en el territorio provincial, cultivo de crecientes demandas de agrotóxicos, en crecientes superficies agrícolas.

Quienes deberían oír, no quieren oír; quienes deberían saber, no quieren saber; quienes deberían mirar, no quieren mirar ni reconocer las urgencias.

Ante semejantes negaciones, convocamos a damnificados, víctimas, productores rurales, padres y abuelos, hombres y mujeres de los diferentes credos, docentes, estudiantes, trabajadores y pobladores preocupados y concientes de nuestro derecho constitucional a un ambiente sano y libre de contaminaciones venenosas y amenazantes, a recuperar la campaña “Paren de Fumigar” y encontrarnos el día 4 de Junio a las 20 hs en el salón Auditorio de la facultad de Ciencias de la Comunicación, en calle Buenos Aires 390.

Contaremos con la presencia de Carlos Manessi en representación del Centro de Protección a la Naturaleza (CEPRONAT) de la ciudad de Santa Fe, y la proyección de material audiovisual ilustrativo del tema que nos convoca.

Invita

Foro Ecologista de Paraná, miembro activo de la RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista) Argentina

Comunicado de prensa. Paraná, 31 de mayo de 2010

(Agencia Paco Urondo)