lunes, 6 de diciembre de 2010

¿VIENTO DE COLA O HURACAN INTERNO?, por Juan Santiago Fraschina

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Diario BAE, el 3/12/2010)

Existe consenso entre los economistas ortodoxos – neoliberales, incluso con algunos economistas autodenominados como heterodoxos – progresistas, y el arco opositor al gobierno nacional de que el éxito en términos de crecimiento económico y reducción de la desocupación y pobreza de la economía actual se debe únicamente a los altos precios internacionales de los commodities que la Argentina exporta, como por ejemplo la soja. Lo que estos sectores llaman el viento de cola. Incluso algunos economistas sostienen que si en la Convertibilidad se hubiera tenido estos precios internacionales, el modelo instaurado en la década del noventa hubiera sido exitoso.

¿Hay que negar los beneficios que trae el aumento de los precios internacionales de los alimentos y las materias primas? Por su puesto que no. Es importante para el aumento de las exportaciones, el superávit comercial y el crecimiento de las reservas en mano del Banco Central de la República Argentina. Ahora bien, ¿el actual modelo de desarrollo sólo puede ser explicado por las condiciones favorables en el mercado externo? La respuesta también es no. Para lo cual es interesante realizar algún resumen de las políticas económicas y sociales que se vienen aplicando desde el 2003 hasta la actualidad y que no responden al contexto internacional sino más bien a una decisión de carácter puramente político. Pero que además estas políticas son las que explican la mayor parte del éxito del nuevo modelo de acumulación instaurado por Néstor Kirchner y profundizado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Tipo de cambio competitivo: la devaluación del tipo de cambio permite que los sectores industriales sean competitivos y de esta forma poder detener el “boom” importador de la década del noventa que generó la desindustrialización de la economía argentina debido a que con el régimen convertible era más baratos los productos importados que los producidos nacionalmente. Con el nuevo tipo de cambio competitivo se retornó a un período de industrialización, debido a que el sector manufacturero y principalmente la pequeña y mediana empresa que es mano de obre intensiva volvió a ser competitiva. Por otro lado, este proceso de reindustrialización es la causa central que produjo la reducción significativa de la desocupación.

Las retenciones: que permiten dos cosas. Primero, desacoplar los precios internacionales de los internos. De esta manera, las retenciones actúan como política antiinflacionaria. En efecto, si no hubiera retenciones los sectores productores de alimentos exportarían la mayor cantidad de productos posibles, desabasteciendo el mercado interno lo cual provocaría una suba en los alimentos y un aumento de la pobreza y la indigencia. Por otro lado, las retenciones le permite al Estado nacional aumentar la recaudación tributaria para sostener el aumento de la inversión publica en infraestructura que permite el crecimiento del mercado interno. Pero que además permite obtener más recursos para subsidiar a la economía y a la población en servicios básicos como el transporte público. Asimismo, es importante destacar que las retenciones es un impuesto progresivo, es decir, lo pagan más los sectores de altos ingresos. En resumen, las retenciones es una política de distribución del ingreso.

Convenciones colectivas de trabajo y aumento del salario mínimo, vital y móvil: se volvió a establecer las convenciones colectivas de trabajo que permiten que todos los años los asalariados no sólo discutan los aumento del salario, sino además las condiciones de trabajo. Sin embargo, las convenciones colectivas de trabajo abarca a los asalariados en blanco o registrados. Por eso se aplicó un aumento constante del salario mínimo, vital y móvil que pasó de 200 pesos en el 2003 a 1.740 en el 2010. Esto es importante porque todo aumento del salario mínimo, vital y móvil genera un aumento del salario de los trabajadores en negro o no registrado. Por lo tanto, con esta política se generó la recomposición de los salarios tanto de los trabajadores en blanco como de los trabajadores no registrado, lo cual también se traduce en un incremento mayor del mercado interno.

Política de desendeudamiento externo: se logró un fuerte desendeudamiento externo del sector público a través de la reestructuración de la deuda externa pública (2005 y 2010) que permitió la reducción de la misma. Es decir, se disminuyó el capital de la deuda externa pública y los intereses, permitiendo liberar recursos del Estado para que puedan ser destinados a otros objetivos como por ejemplo la inversión pública. Por lo tanto, la reestructuración de la deuda permitió a partir de la reducción de la deuda externa pública que recursos que se hubieran ido al extranjera para pagar la deuda se pudieran destinar para el incremento del mercado interno.

Política fiscal expansiva: en el modelo actual existe un aumento constante del gasto público y la inversión del Estado que permite el crecimiento permanente del mercado interno al mismo tiempo que la construcción de la infraestructura económica y social necesaria para sostener el crecimiento económico (ejemplo, inversión en energía). Pero al mismo tiempo que se aumenta el gasto público el gobierno sostiene el superávit fiscal que le da fortaleza al Estado nacional y a la economía en general. Este rasgo el Estado nacional lo puede lograr a partir de un aumento constante de la recaudación tributaria como resultado del crecimiento económico y la instauración de las retenciones. Conclusión: el Estado invierte más al mismo tiempo que mantiene un superávit fiscal.

Reforma previsional: la reforma previsional consistió en el aumento de la cobertura. En este sentido, se incluyeron aproximadamente 2.200.000 nuevos jubilados que no se podrían haber jubilado porque no tenían los aportes necesarios (a partir de esto el sistema previsional argentino es el que presenta la mayor cobertura de America Latina). Pero además, se les garantiza dos aumento jubilatorio por año, es decir, uno cada semestre. Asimismo, se aumenta en forma constante la jubilación minima que pasó de 150 pesos en el 2003 a 1.045 pesos en el 2010. Por lo tanto, la reforma previsional implica más jubilados y aumento permanente de las jubilaciones; lo cual esto también se traduce en un fuerte crecimiento del mercado interno.

Reestatización de las AFJP: recuperar recursos que estaban en manos de las AFJP y que eran destinados a la valorización financiera (por ejemplo a la compra y venta de acciones de las empresas) y empezar a utilizar esos recursos para la distribución del ingreso y el fortalecimiento del mercado interno. Con la estatización de las AFJP esos recursos se empezaron a utilizar por ejemplo para la asignación familiar por hijo, el plan conectar igualdad y el otorgamiento de distintos créditos para la generación de puestos de trabajo.

Planes sociales: en este sentido se destaca la asignación familiar por hijo y las cooperativas de trabajo. Permiten por un lado mejorar la distribución del ingreso y la reducción de la pobreza. Pero también permite el aumento constante del mercado interno y por lo tanto el crecimiento del producto.

Políticas anticíclicas: en la crisis financiera internacional desatada en el 2008, el gobierno nacional, y a contraposición de los sucedido durante la década del ochenta y del noventa, en lugar de aplicar políticas de ajuste que hubieran implicado una contracción del consumo interno, llevó a cabo un conjunto de políticas anticíclicas como por ejemplo el aumento de la inversión públicas o el programa REPRO (que implicaba que el Estado nacional subsidiaba el sueldo de los trabajadores de las empresas con problemas financieros con la condición de no despedir a los trabajadores) permitiendo el sostenimiento del mercado interno y poder amortiguar de esta manera los efectos de la crisis en la economía nacional.

A partir fundamentalmente de estas medidas se puede entender que el éxito del modelo actual es la reindustrialización con crecimiento del mercado interno y que se traduce en la reducción del desempleo, la pobreza y el mejoramiento en la desigualdad social depende en mayor medida del impulso interno generado por las distintas medidas económicas y sociales aplicadas por el gobierno nacional.

¿Qué tiene que ver las convenciones colectivas de trabajo, la asignación familiar por hijo, la estatización de las AFJP, la reforma previsional, las políticas anticíclicas, las cooperativas de trabajo, las retenciones, la política fiscal expansiva y la política de desendeudamiento externo con el precio alto de las commodities? Nada. Dicho de otra manera, podría existir precios internacionales de las commodities elevados y no hacerse nada de los que se viene haciendo desde el 2003 que es lo que permite el crecimiento constante con reindustrialización e inclusión social.

Hay una frase que dice “yo te empujo pero hay que ponerle rueditas para que esto funcione”. El viento de cola es el empujón, pero las políticas económicas y sociales aplicadas desde el 2003 es el huracán interno que permite el éxito del nuevo modelo de desarrollo actual.

El autor es Economista del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP), www.geenap.com.ar(Agencia Paco Urondo)

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