lunes, 8 de marzo de 2010

Carta abierta a los compañeros, por Diego Fernández.


Coyuntura Crucial

Paraná Entre Rios (Agencia Paco Urondo) Pienso en caliente. Muy caliente. Pienso que las cartas están echadas. Hoy la derecha política ha dado un gran paso en su enfrentamiento con el gobierno popular, el que permite avanzar en términos de los intereses del poder económico en Argentina. Una batalla en el combate de fondo por la apropiación de la riqueza pero que tiene un alto valor simbólico en la coyuntura: en torno al banco central y el manejo de la riqueza acumulada por los argentinos. Jauretche hace 70 años se cansó de denunciar y combatir el origen del banco central y su autonomía como una maniobra del colonialismo inglés de la mano de la oligarquía nativa. Y no nos equivoquemos, el actor social de este movimiento golpista (perdón por no usar el eufemismo pequebú de "destituyente") es el mismo de siempre: la clase media argentina. La de la unión democrática del 45, la del 55, la del 76, la del campo, la del 28 de junio. Idiotas útiles históricos de la oligarquía. Por fuera y por dentro del peronismo, como muy bien lo advirtiera la compañera Evita. Hoy se reposicionan como actor político capáz de desplazar al gobierno, más allá del débil argumento que por ahora encontramos, en términos de su "heterogeneidad". De qué sirve hacer incapié respecto de que son una bolsa de gatos, si lo que tienen en claro, y lo que queda en claro, es que son capaces de posicionar una referencia política capáz de obstruir el curso del gobierno? De qué sirve sostener que vienen por volver el rumbo atrás si eso es claramente lo que buscan y lo que una sociedad despolitizada, alienada, fragmentada, que deja en debilidad a los sectores populares, termina apoyando? Acaso pensamos que la adhesión social mayoritaria que tuvo el campo en su enfrentamiento con el gobierno y el aislamiento en que quedamos los sectores populares se conjura agitando la aparición del hijo 101, o la reforma educativa? Tampoco, y mucho menos, llevando a Dolina y Aliverti a radio nacional. Porque la pelea que hay que dar no es por ese plus de electorado clasemediero que aún en tiempos de Perón fue necesario sumar para imponer el proyecto popular en el país cuando teníamos adentro todos los laburantes, los sindicatos, los pobres, los cabecitas, sino que la pelea es por lo que perdimos el mismo 28 de junio: los sectores populares, los que nos dieron la espalda en el mismo conurbano. Y esto es básicamente, la carencia de voluntad de construcción de organicidad popular. Necesaria para combatir el dengue, la gripe A o la derecha argentina. La más temible de toda latinoamérica. La más cruenta, la más despiadada, la más voraz.
Se equivocan también los que califican estas maniobras como "golpe blanco" al estilo hondureño. Esto es la derecha argentina, en la configuración social argentina actual. Aquí en principio juega cómodamente un consenso social progolpista que ya lo conocemos y no haría necesaria ninguna intervención del tipo hondureño, o como se dió contra Evo o Chávez. A su vez, convengamos que -incluso en el punto de menor consistencia y organicidad político ideológica como Honduras- en esos tres gobiernos existía una articulación pueblo gobierno que desarrolló una resistencia que aquí no existe (y antes que me llamen derrotista o gorila, recuerdo el episodio de D'Elía saliendo como llanero solitario a cagar a trompadas a los gorilas en la Plaza como maniobra desesperada ante una movida que venía de golpe tocando a deguello -y es justamente D'Elía quien hace días anunciaba movilizar reclamando al gobierno responda a los movimientos sociales).
Compañeros, hoy el senado se convirtió en un aquelarre y sentaron a carrió en el medio. No fue tn, clarín ni morales solá. Y de ese acto son subsidiarios los progres de diputados, como proyecto sur, y todo lo que sigue. Que hayan constituido a menem en un actor de este escenario no es su debilidad. Es su fortaleza. Muestran que están decididos a todo. Muestran que hay tela social como para hacerlo. Y muestra nuestra debilidad. Pues si la hegemonía fuera la del 2004 2006, ese hijo de puta no puede aparecer nunca y hasta todman le dispararía.
Están cebados. Y provocan pero van por mucho más que la provocación. Lo peor de todo, es que los que estamos dispuestos a defender el gobierno, no sabemos qué quiere hacer el mismo gobierno. No nos organizó y ya no hay tiempo. No hay estrategia política de poder popular y el poder mediático no es despreciable. No los combatimos desde los CIC, tomados en su gran mayoría por la burocracia municipal o los punteros del pj en cada uno de los distritos. O donde funcionan como organización comunitaria, son insuficientes para combatir el sentido común alienado de la mayoría social. Y como no hay interlocución con los actores sociales sujetos de las políticas de gobierno, no sabemos si el gobierno va a enfrentar esto al estilo peronista, redoblando las políticas en el sentido de profundizar el proyecto popular, para lo cual debe desconocer la farsa de la institucionalidad republicana, pero en la paradoja de desnudar asi su realidad que es la falta del poder político necesario para eso. O va a montarse sobre la provocación gorila visualizando el caos como salida política, con destino igualmente incierto para los intereses populares.
De nuestra parte, de los trabajadores, desocupados, cabecitas, peronistas que nos identificamos con lo que ha hecho el gobierno de Néstor y Cristina para restablecer Justicia Social en el país, la voluntad de combatir a los gorilas hoy más que nunca está intacta. Pienso que llegamos a un punto del desarrollo político del proceso kirchnerista en el gobierno en que la contradicción no se resuelve sin movilización y organización popular. Pienso también que el tiempo para construirla está casi dilapidado.
Con lo peor de la cultura residual del peronismo, la exacerbación dogmática y ahistórica del verticalismo acrítico, con la anulación de la crítica y la autocrítica política flaco favor le hacemos a la perspectiva de consolidar las conquistas del gobierno en favor de nuestro pueblo. Mucho menos cuando tal práctica es consecuencia del interés por preservar un espacio político o funcional.
Espero equivocarme mientras redoblo mi compromiso para el triunfo del gobierno popular en este derrotero histórico.
Un abrazo peronista. Diego Fernández

(Agencia Paco Urondo)

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