Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Históricamente la política argentina ha pendulado entre dos posiciones, antagónicas, irreconciliables, mutuamente excluyentes, dos visiones de país, dos proyectos que han confrontado desde el mismo inicio de la nación y hoy vuelven a hacerlo, repitiéndose la historia nuevamente pero esta vez con un final abierto y de difícil pronóstico.
Las fuerzas son las mismas de siempre, cambian los nombres, los momentos, las circunstancias pero en el fondo comparten una misma lógica. Por un lado las fuerzas populares, las fuerzas nacionales, fuerza que siempre ha tenido como meta la independencia y la soberanía económica a partir de la inclusión de todas las fuerzas económicas y sociales. Son las fuerzas que a partir de un proyecto autóctono han buscado discutir de igual a igual con los poderes reales que traccionan no solo en nuestro país sino el mundo, intentando modificar las estructuras sociales para buscar un reparto mas equitativo de los recursos económicos para lograr el mayor grado de justicia social posible en cada momento histórico.
La fuerza contraria siempre ha sido la misma; la que hablando de valores republicanos y democraticos ha privilegiado el nunca discutir el status quo social; las fuerzas que han defendido siempre al orden social imperante y a sus intereses creados. Son las fuerzas que siempre bajo una apariencia de moralidad han puesto a los intereses corporativos, personales y extranjeros por sobre los de la nación. Son las que siempre miraron y buscaron proyectos ajenos para aplicarlos en la Argentina; cuyos únicos beneficiarios siempre fueron los mismos; han sido las fuerzas de unos pocos que siempre mucho pudieron. Han sido normalmente la máscara para ocultar la defensa de intereses extranjeros y antinacionales con complicidad siniestra de sectores de nuestra sociedad. Estas son las fuerzas conservadoras; llamadas por algunos la derecha argentina.
Lamentablemente la lucha a lo largo de estos 200 años siempre ha sido desigual y casi siempre ha terminado en derrota de las fuerzas nacionales y populares, significando siempre una frustración y hundimiento del pueblo argentino.
En el siglo 20 tenemos varios ejemplos de esta confrontación de fuerzas. Tenemos el ejemplo de 1930 cuando las fuerzas conservadoras utilizaron de ariete a las fuerzas armadas, para conjurar el final del proyecto popular de Yrigoyen. Lo mismo sucedió en el 55, donde la llamada revolución libertadora, vino a poner fin al proyecto peronista; posiblemente el proyecto mas ambicioso del campo popular y nacional hasta ese momento intentado. Pero esto no fue suficiente para detener a las fuerzas conservadoras; demasiado poderosas resultaron en ese momento.
Lo mismo sucedió en el 76; donde la derecha; aprovechando un momento de debilidad y tribulación del campo popular vino a destruir a sangre y fuego toda la construcción nacional de mas de 50 años; destruyendo las bases del país con el proyecto de Martinez de Hoz. En esta línea luego tuvimos al engaño menemista, que vino a intentar concluir lo que no logró el proceso; y lamentablemente tuvo éxito y la derrota nacional fue sellada. La derrota nacional fue militar en el 82 y en los 90 se completaba con la derrota economica y social. El enemigo, las fuerzas conservadoras y los intereses de Washington y Londres habian logrado el objetivo; la derrota y humillación argentina.
Pero no solo tenemos en el siglo 20 ejemplos ilustrativos de esta confrontación y dinámica de derrotas. Veamos el siglo 19. Ya al inició de la revolución de mayo veíamos esta contradicción; no parece casual que haya sido un obispo el primer orador contrarrevolucionario. Hasta San Martín tuvo que enfrentarse a las fuerzas conservadoras cuando desde Buenos Aires el directorio de Pueyrredon le negaba apoyo para continuar con sus expediciones en Chile y Perú llamandolo a sofocar las rebeliones interiores. Rosas mismo padeció el ataque de estas fuerzas, Rosas quizás el primer lider de las fuerzas populares y nacionales. Rosas mientras defendía a la nación del bloqueo británico y luchaba en la vuelta de obligado, los conservadores porteños rosqueaban en su contra desde Londres apoyando a los británicos en su empresa; lo mismo que fueron cómplices festejaron la derrota en Caseros.
En fin; los ejemplos abundan en nuestra historia; y hoy aquí nos encontramos, en un momento bisagra.
No seré yo quien defina a este movimiento político que hoy tiene el poder en la Argentina; no intentaré explicar que significa o que representa el proyecto político en marcha. Esa tarea se la dejo a sus enemigos; son los enemigos de este proyecto los que mas elocuentemente lo definen. Lo definen claramente porque son las mismas fuerzas que en anteriores oportunidades se enfrentaron a los proyectos genuinos y populares de independencia y soberanía económica; y hoy lo atacan de todos los frentes. Parece ser que estas fuerzas ven en el proyecto nacional una amenaza grave a sus intereses.
Hoy estas fuerzas conservadores tienen nombres y apellidos, tienen caras visibles; pero ellos solo son gerentes de poderes invisibles pero reales, poderes en las finanzas, en Washington, en Londres y en algunas de nuestras corporaciones que hoy ven una amenaza en el status quo. Que llamativo que justo cuando la Argentina, a partir de este gobierno, denuncia a Gran Bretaña ante el mundo como una nación colonialista y decrépita, instalando en la agenda nacional, regional y británica el tema Malvinas; la oposición conservadora emprenda una ofensiva a todo o nada de acorralamiento definitivo del modelo nacional; mas que oposición hoy parecen los gestores de Londres en Buenos Aires.
Por eso muchachos, esto es una confrontación, es una batalla; no es momento para posiciones tibias; es negro o blanco, no hay grises; o se está en defensa de los intereses de todo el pueblo argentino o se está contra ellos y a favor de las corporaciones, el capital extranjero y los intereses de Washington y Londres.
Afortunadamente las fuerzas nacionales hoy tienen algo a favor, ya no existe la amenaza del partido militar, ya no existe, hoy el poder se define en la sociedad; en el debate, en el voto. Las fuerzas conservadoras y antinacionales ya lo han entendido así por eso el bombardeo mediatico al que estamos siendo sometidos, por eso la operación desánimo que llevan a cabo las corporaciones de comunicación. A esto debemos oponernos y plantearles la lucha desde lo dialéctico, desde la militancia y desde el voto cuando llegue la ocasión. Que no nos intenten vender otro buzón cuando llegue la hora de elegir. (Agencia Paco Urondo)
Liberales dudando de los números de Milei
Hace 11 horas
Cumpas el 24/03 todos a la Plaza de Mayo : para los genocidas ni olvido ni perdón.
ResponderEliminarExcelente publicación, vagamente diría yo con alta simplificación que se trata de las famosas PATRIA CHICA y PATRIA GRANDE, por supuesto que de la mano de Nestor y/o Cristina estamos haciendo GRANDE esta tierra, tan grande como su superficie, tan grande como su historia, tan grande como el espiritu de su gente, esa misma gente que sale a las calles, que discute y se pelea con todos por defender lo que es NUESTRO, simplemente eso, NUESTRA IDIOSINCRASIA, nuestra riqueza humana, nuestro TRABAJO, nuestra BELLEZA como Nación ! por eso luchamos desde nuestra AGRUPACION: CONVOCADOS POR EL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR !!!!
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