viernes, 19 de marzo de 2010

Susana Diéguez: “La memoria sigue activa”

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Revista Veintitrés, por Franco Mizrahi) Una ex detenida reconoció a su secuestrador en la lista del Batallón 601 que publicó Veintitrés. La integrante de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia de Viedma, denunció que un funcionario de Río Negro formó parte del máximo organismo de Inteligencia del Ejército durante la dictadura. El silencio del gobernador Saiz.

Los militares entraron a la casa de los padres de Susana Diéguez, en Villa Devoto, la madrugada del 19 de abril de 1977. Ingresaron por el techo y también rompieron la puerta principal. Violaron a su hermana, de 17 años, y luego se la llevaron a ella. Por entonces, acusaba 29 años. Su destino fue el centro clandestino de detención “El Atlético”, donde permaneció hasta el 24 de abril del mismo año. Bastó una semana para que sufriera todo tipo de vejámenes: picana eléctrica, simulacros de fusilamiento y una violación cometida por el represor Julio Simón, más conocido como “Turco Julián”. La saña tenía como sustento una acusación de pertenencia a la JP y una identificación como “compañera” de Jorge Tassara, detenido en el penal de La Plata. Cuando los militares la soltaron, Diéguez se prometió no olvidar. “Algunas heridas cicatrizan. Pero la memoria sigue activa”, confiesa hoy desde Río Negro –provincia natal de su ex pareja–, adonde se mudó años atrás. Sin claudicar en su militancia, Diéguez integra la Comisión de la Memoria, Verdad y Justicia de Viedma, es secretaria del bloque de concejales del Frente para la Victoria local y miembro de la CTA.



Pasaron 33 años de su secuestro. Pero para esta docente jubilada, que ahora tiene 62, la búsqueda de justicia no tiene aún fecha de expiración. Aunque sí ciertos momentos compensatorios: hace un año y medio, como testigo en la causa “ABO” –que investiga lo sucedido en los centros clandestinos de detención “El Atlético”, “Banco” y “Olimpo”–, Susana reconoció a su secuestrador a través de una foto. Era Carlos Alberto Lorenzati, por entonces funcionario del gobernador rionegrino Miguel Ángel Saiz. Y volvió a encontrarlo, semanas atrás, en Veintitrés, como integrante del listado de personal civil de inteligencia del Batallón 601. Una revelación que tuvo su efecto: el funcionario en cuestión entró en licencia.

“Yo tengo la certeza de que Carlos Alberto Lorenzati es el que me secuestró”, afirma Diéguez. “El momento del secuestro es muy shockeante. Por eso, a la distancia, pocos de nosotros podemos reconocer a la patota que nos llevó. En la Conadep no había descripto mucho a mis secuestradores. Pero la aparición de la lista del PCI del 601, confirmó lo que denuncié.”

–Según el funcionario Lorenzati, existe una confusión: quien trabajaba para el Batallón es un homónimo.

–Yo conseguí el decreto de su nombramiento y supe que trabajaba en el Instituto Geográfico Militar, en el año ’72. Tiene aportes desde entonces hasta el ’77. Pero desde esta fecha a 1993 no hay nada más. En la provincia jugaron mucho con la existencia de un “Carlos Alberto Lorenzatti”, es decir, el mismo apellido pero con doble “T”. Pero ese hombre tiene otro número de documento, que empieza con 4 millones. Aparece en la Conadep y en otros legajos judiciales. Dicen que es un subcomisario de la Policía Federal, que estuvo implicado en el caso Sivak. Yo investigué y esa persona no tiene aportes. Y, si es un subcomisario de la policía, es muy raro que no los tenga.

–¿Usted cree que ese “Lorenzatti” no existe?

–Tengo mis serias dudas. ¿Van a tragarse en la Justicia el dato de la doble “T”? A mí me preguntan en el juzgado si Lorenzati, el que me secuestró, era “Polaco Grande”. Nunca le escuché ese alias. Pero reconocí que este tipo había sido uno de mis secuestradores. Y, además de llevarme, fue quien me interrogó sobre todos los nombres que tenía en mi agenda. ¿Por qué lo voy a marcar como secuestrador si él no hubiera hecho semejante cosa? Además, también tomé conocimiento de que el Centro de Antropología Forense de Capital Federal estaba investigándolo.

–¿Y qué sintió cuando lo reconoció?

–Cuando apareció la foto, una amiga me preguntó si lo reconocía. Pero como estaba vestido con un equipo de esquí, tenía ciertas dudas. La foto quedó guardada en la biblioteca de mi casa durante tres meses. Hasta que un buen día decidí volver a mirarla. Y probé cambios, como taparle con los dedos las antiparras o concentrarme en su nariz. Uno de los que me había secuestrado era un tipo alto, que se distinguía de los otros que eran morochos porque tenía pelo más claro. Tal como muestra su perfil. Así que, en diciembre de 2008, tuve que hacer un reconocimiento en el juzgado que instruye la causa. Me mostraron otras fotos más claras de Lorenzati, sin ropa de esquí. Ahí ratifico que es quien me secuestró. El reconocimiento de represores me angustia mucho. En el fondo yo no quería que Lorenzati apareciera ahí y que fuera funcionario de un gobierno de la democracia. Pero bueno, lo reconocí. Pasó todo el 2009 y el 28 de noviembre pasado me volvieron a citar desde el juzgado de Daniel Rafecas para otra testimonial. Volvieron a mostrarme fotos y lo reconocí, otra vez.

–¿Quién es la mujer que aparece junto a él?

–Luego de publicar mi denuncia contra este hombre, el diario Noticias de la Costa, de Río Negro, recibió un llamado anónimo a través del cual avisaron que la mujer también era agente secreto. Dijeron que se trataba de “Laura Catalina Hejler” y que se infiltraba en las manifestaciones docentes en Bariloche. Para mí, no es casualidad que ese nombre, al igual que el de Lorenzati, con una sola “T”, figuren en el dossier de agentes de inteligencia que publicó Veintitrés.

–¿Qué rol cumple Lorenzati en el gobierno provincial?

–Es director de Asuntos Delictivos de la provincia. O sea que forma parte de la Secretaría de Seguridad. Actualmente está de licencia. Pero estamos investigando si hizo inteligencia política. Es un ex represor blanqueado, trabajando en un gobierno democrático.

–¿Qué tareas tiene asignadas?

–Tenía a su cargo la confección de un mapa del delito de la provincia y trabajaba con los Consejos de Seguridad. Yo estoy convencida de que él es quien me secuestró. Además estuvo totalmente escondido, nadie pudo hablar con él por teléfono desde que tomó estado público su pasado. Argumenta haber sido cartógrafo militar, ese es su único descargo. Pero la fiscalía de Derechos Humanos pidió su procesamiento y detención. Los funcionarios que lo conocen dicen que es un pobre tipo, que se está comiendo un garrón por tener un nombre igual. Y vuelven a instalar el tema de las “T” en el apellido. Pero toda la investigación que hice me lleva a concluir que él, el funcionario de Saiz, es el mismo que integró el 601 en plena dictadura. Y lo reconfirma su nombre en la lista que confeccionó el Archivo de la Memoria. No hay ninguna duda de que es él.

–¿Cómo reaccionaron en el gobierno de Río Negro?

–Nosotros pedimos una entrevista con el gobernador Saiz para pedirle la destitución a Lorenzati. Sobre todo porque este personaje sigue en la provincia. Pero no tuvimos respuesta. Y, justamente por eso, nuestras actividades del 24 de marzo no tendrán presencia de funcionarios del gobierno provincial. (Agencia Paco Urondo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario