lunes, 15 de marzo de 2010

Recorrida por el hospital de campaña enviado a Chile


Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en prensa.medios.gov.ar) La unidad sanitaria argentina funciona hace 10 días en Curicó, 250 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Fue visitada y ponderada por la Presidenta. Fue preparada para catástrofes pero tuvo que ser adecuada sobre la marcha para reemplazar al destruido hospital local en la atención a la comunidad. El director de Ceremonial de la Presidencia, Rubén Zacarías, y la enviada de prensa, Soledad Periga, fueron invitados en Curicó por el encargado del hospital de campaña, comodoro Lucero, a recorrer las instalaciones adaptadas a último momento para alternar prestaciones diferentes a la diseñada para las catástrofes, ya que se debieron atender desde consultas clínicas y embarazos, hasta a lesionados por los movimientos. El médico militar explicó cómo se reconfiguró la planta que se traía para atender víctimas en un centro médico con cobertura hacia la comunidad:

“El riesgo de muerte es durante el evento, a las 4 horas o al cuarto día. Ya había pasado en Haití igual. O sobreviene por la agresión directa, que puede ser en el momento en que cae la mampostería; o a las 4 horas, por una deficiencia respiratoria, por haber quedado comprimidos y estar sin lesiones aparentes, pero si sangran se deshidratan, tienen alguna compresión y fallecen. Después del cuarto día es muy difícil encontrar entre los escombros a una víctima de estos eventos con vida”, dice. Y el hospital de campaña llegó una semana después del primer gran terremoto. Justifica entonces que al hospital le hayan dado un perfil diferente al que pensaban inicialmente. “De hospital militar de área de combate, lo estamos configurando como para dar asistencia humanitaria”, precisó. Y continuó: “Está compuesto originalmente por once módulos convencionales, de 2,60 x 6 x 2,60. Pero que tiene la capacidad de desplegarse hacia los laterales, lo cual duplica su capacidad cúbica porque los transforma en un módulo de 6 x 6 x 2,60. Se hace más confortable y más amplio. De esos once, nueve son operativos y dos ocupan las plantas potabilizadoras de agua y los generadores”.

Para enfrentar las diferentes temperaturas, todos los módulos están provistos de aire acondicionado para actuar en zonas con un rango de temperaturas entre + 40 y -15 grados centígrados. Dispone de autonomía energética a través de dos turbogeneradores que proveen fuerza motriz a todo el hospital y a la planta potabilizadora, que procesa agua insalubre a potable y la ubica en un depósito de 3 mil litros de capacidad. Lucero mostró que se dividió en un área sucia y una limpia. “Por la sucia viene la consulta externa, diaria, porque se transcurre, se llama así porque se camina y no está esterilizada; una vez que vemos al paciente ahí, decidimos si tiene que pasar a internación o a hacerse análisis, pero siempre ambulatorio. Y si es necesario por la complejidad lo trasladamos a la limpia, donde les hacemos la estabilización, el abecé que se llama, y compensamos la vía aérea, la circulación y el sangrado”, manifiesta.

“Si es quirúrgico lo pasamos a cirugía, al área de internación o a terapia intensiva. Eso es en líneas generales, después hay diagnóstico por imágenes, laboratorio y tenemos dos plantas quirúrgicas”, prosigue. El área limpia está configurada con cuatro camas para la estabilización de pacientes graves. Se paran las hemorragias, se compensa la vía aérea y se mantiene la circulación con resucitación cardiopulmonar. “Si se trata de un paciente quirúrgico, un politraumatizado grave, o una situación como esa, se le toman las muestras de examen y se le hace radiología para inmediatamente pasarlo al área quirúrgica”, detalla.

La sala de internaciones, que es de ocho camas, fue preparada como maternidad: acá están las mamás por tener familia, y en el otro módulo, de ocho camas, tenemos cinco incubadoras con recién nacidos graves-graves, afirma Lucero, cuya especialidad es precisamente la pediatría neonatológica. Al colapsar esa área del hospital (y al no tener la misma comodidad en el nosocomio chileno, que son carpas), la decisión fue traer la atención de partos, debido a que las instalaciones se pueden mantener más limpias, climatizadas, que es otra de las características de estos módulos. Lucero recuerda que “esto es argentino, es un clon del que está en Haití”. Se lo trasladó desde El Palomar todo cerrado en siete vuelos de Hércules C 130. El que quedó en Haití tiene 54 módulos, es una ciudad. Hasta el personal vive adentro.

Según el médico militar, “era un hospital diseñado por el ejército norteamericano para la guerra de Vietman. Son módulos conectados entre sí y autoabastecidos, porque se soterraba, se lo metía adentro de un enorme pozo, que se camuflaba con maderas y pasto para evitar ser detectado por el Vietcong. Y como se circulaba por dentro, se lo llamaba el submarino”. Cuenta que como dio tan buen resultado se lo copió. Argentina adquirió este hospital en el año 78, lo ingresó al país para el 80, a un costo muy importante porque está fabricado con aleaciones ignífugas… Indica que el que permanece en Haití es uno de los pocos que quedaban en pie de ese sistema de hospital y está muy bien mantenido. Revela que estaba preparado para la guerra química, bacteriológica y nuclear y sostiene que por el sistema de filtrado de aire que posee no lo afectaría un ataque bacteriológico, aunque advierte que se han deteriorado las pinturas especiales que traía. Enfatiza que “se copió el que tenemos en Haití con tecnología argentina, por ejemplo éste, que se replicó así módulo por módulo.

Estaba en Palomar como backup de aquel que fue a Haití, pero surgió la demanda y la Presidenta reaccionó rápidamente con la ayuda ante este evento. El lunes a la mañana me dijeron agarrá la bolsa que te vas a Chile”. Describe la dotación permanente: 34 personas, 28 del arte de curar y 6 técnicos. De ellos, ocho pertenecen al Ejército, tres a la Armada y 23 a la Fuerza Aérea. Las especialidades médicas que se cubren son: laboratorio, quirófano, terapia intensiva, electroencefalógrafo, sala de emergencia, de internación, baños, consultorios, planta potabilizadora de agua con cisterna, dos grupos electrógenos y una ambulancia. Y es muy posible que se agregue un sistema de control psicológico y apoyo, porque la población está anímicamente desestabilizada con esta desgracia. “¡Hay que pasar por un terremoto, eh! -subraya- A nosotros nos tembló recién 7 y veía por la calle rebotar los autos. Da la sensación que el piso se va a abrir y vas a caer. Es desesperante. Y eso que fue breve, porque el terremoto grande de 8 duró 3 minutos”.

Pone como ejemplo que sería como un baile, pero “le digo a la gente que en tres minutos arriba del ring Mike Tyson te mata, y ese tiempo en un piso 15 viendo cómo todo se mueve, los cajones se caen, el televisor explota, se llena todo de humo y se corta la luz, debe ser desesperante”. Destaca la muy buena recepción por parte de la población encontrada, “al punto de ir a comprar cigarrillos y que digan no, no le vamos a cobrar. Están muy agradecidos”, comenta mientras va dejando atrás los módulos completamente equipados y asépticos. “Me siento muy feliz de contarles todo esto, porque es importante que cada uno de los argentinos sepa que este hospital es argentino, de todos los argentinos. Cuando vemos esa banderita flameando ahí arriba, el día que la izamos (y mirá que somos todos gente grande, de más de 30, yo tengo 57) sentimos la misma emoción que cuando estábamos en la escuela primaria y se izaba la bandera. Acá estamos, con un pedacito de nuestro territorio”, concluye al despedirse.

Visita

La Presidenta, que estuvo el jueves de visita en la localidad de Curicó, felicitó y agradeció "a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, que son un ejemplo de cómo están desempeñando su tarea". Allí conoció el caso de una joven madre de Curicó, que dio a luz a Anaís, una niña de tres kilos y 39 centímetros, justo a la hora en que la zona central era estremecida por el fuerte sismo minutos antes del mediodía. "Es un honor que nos venga a visitar la Presidenta. Acá hay mucho esfuerzo y ella lo reconoce", comentó el oficial de Ejército Matías Egel, quien está a cargo de la planta potabilizadora y los generadores. Antes de encaminarse al helicóptero para regresar a Santiago, la mandataria se fotografió con el personal médico militar, flanqueada por las enfermeras Selene Iuspa (Fuerza Aérea) y Edith Rosana Figueroa (Ejército).

Del nivel uno al dos

El hospital fue utilizado en diversas circunstancias en lugares como Concaran (San Luis), Formosa, La Plata y, en el exterior del país en Mozambique- en el sureste de Africa- y Kosovo- en los Balcanes.

Hay solamente tres similares en el mundo y está compuesto por 11 módulos de tipo container que se conectan entre sí y que están perfectamente aislados del exterior. Posee dos salas de internación para 20 camas, dos quirófanos, servicios de terapia intensiva y radiología, una sala de emergencia, un consultorio odontológico, laboratorio de análisis clínicos, central de materiales, cocina y baños completos. Posee, en reserva, dos containers que pueden ser rediseñados de acuerdo con necesidades eventuales. También está dotado de dos carpas tipo canadiense que le permite ampliar su capacidad a 52 camas.

A este nosocomio móvil estuvieron siendo derivados en Curicó, principalmente, los pacientes del hospital chileno que quedó semiinutilizado tras el terremoto que rompió gran parte de la planta de techos. Tal es así que se tuvo que adecuar una sala para destinar a neonatología, en la que se internó a parturientas. El centro de salud comenzó a funcionar el sábado último y ha atendido a personas con crisis de stress, quemaduras, hipertensión, diabetes, bronquitis, y gastritis, entre otros cuadros. El hospital se encuentra operando en el nivel 1 y y se puso en funcionamiento el quirófano, por lo cual se pasó al nivel 2. (Agencia Paco Urondo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario