Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Por Marcelo Speranza
El jueves 24 de setiembre, los Vecinos por la Salud Gratuita junto a organizaciones políticas y sociales, organizaron una charla abierta en el Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) nº 38, ubicado en Medrano 350, del barrio de Almagro, sobre Atención Primaria de la Salud (APS), su significado, historia, experiencias y posibilidades de expansión en el sistema nacional de salud.
Concurrieron más de 60 vecinos, quienes escucharon atentamente a los/las disertantes: la Lic. Cristina Ferrer, psicóloga y docente de la UBA, la dra. Yamila Comes, médica y docente, responsable de la APS en el municipio de Morón, el Dr. Sebastián Ameijeras, médico generalista, integrante del Programa Adolescencia del ministerio de Salud y Medio Ambiente de la Nación y y la Dra. Mercedes Ferro, médica generalista en el Centro de Salud nº 11 de la ciudad de Buenos Aires.
En la presentación del encuentro, un compañero de la Juventud Peronista se refirió a la situación del CeSAC nº 38 hace un año atrás, donde existía un solo consultorio habilitado y la realidad de hoy, con seis consultorios, un salón de usos múltiples y varios programas de salud en pleno desarrollo, gracias a la participación activa de las organizaciones sociales, vecinos y los trabajadores del lugar. No obstante, advirtió sobre la preocupación que impera en la comunidad acerca de las presuntas intenciones del gobierno porteño de llevar a ese Centro -que en su momento fue la Clínica El Buen Samaritano- oficinas del Ministerio de Seguridad, puntualmente Policía Metropolitana o la Unidad de Control de Espacios Públicos (UCEP), según los trascendidos.
El Centro nº 38 tiene su historia de lucha. Fue, como se expuso, la Clínica El Buen Samaritano, una entidad mutual evangélista, cuyos directivos la llevaron la quiebra en dos oportunidades. En la última, luego del abandono por parte de la patronal, los trabajadores del nosocomio se organizaron bajo la forma de cooperativa para que el lugar siga funcionando como espacio de atención de la salud. Posteriormente, el gobierno de la Ciudad lo estatizó y colocó como un efector de atención primaria, dependiente del área Programática del Hospital Durand.
Con muchas dificultades el CeSAC sigue adelante. Las instalaciones dejan asombrado al observador. Es un edificio con cuatro plantas, de más de 50 metros de largo y por lo menos 10 de ancho. La charla se realizó en el hall de entrada, donde se desarrollan actividades administrativas y asistenciales. Pero al recorrerlo en toda su extensión, dejamos constancia que con intervenciones arquitectónicas, equipamiento y recursos humanos adecuados este centro tiene una potencialidad enorme, sin hacer costosas inversiones. El problema mayor, es, como en casi todos los casos, la decisión política, en este caso, fortalecer una instancia de salud que excede la atención médica y es abarcativa de una acción integral para el barrio y sus alrededores.
Volviendo a las intervenciones del encuentro, Cristina Ferrer hizo la distinción entre distintas concepciones de salud: la decimonónica, positivista, donde la noción de salud tenía, por definición, una impronta biológica, individual y descontextualizada del escenario histórico. Esta ideología creó un modelo hegemónico, que aún perdura, con una fuerte carga normativista acerca de lo que es sano y lo que es enfermo.
Lo enfermo es la desviación de la norma, lo distinto (de ahí el término latino alienus que significa extraño o ajeno) y lo distinto es la alteridad, lo alternativo. Lo que no cae bajo la norma es alternativo. Ese es el origen de la expresión "medicinas alternativas" o sea no reconocidas por lo que la "ciencia positiva" tiene por canon (lo medible, ponderable, comprobable, etc.), explicó la profesional.
Vale la aclaración: de ninguna manera negó el valor de lo científico, pero a esta altura del siglo sabemos que la ciencia no es neutral y que es atravesada por intereses ideológicos y materiales. Puso por caso las multinacionales productoras de medicamentos y otros insumos, las empresas que consideran la prestación de servicios de salud como un negocio (las llamadas prepagas) y la convalidación de este modelo por los aparatos ideológicos del Estado y educativos (las universidades públicas e institutos privados de formación).
Ferrer apuntó que con el fin de la II Guerra Mundial, se apresuró la creación de Naciones Unidas, se conformaron sus organismos, entre ellos la Organización Mundial de la Salud (OMS). Eran los tiempos del Estado de Bienestar ("Welfare State"), del keynesianismo, del laborismo europeo y el nacionalismo popular en el Tercer Mundo. El Estado intervenía eficazmente en la economía, pero no sólo en la economía sino en casi todos los ámbitos de la sociedad civil haciendo retroceder al libre mercado como paradigma de resolución de las relaciones sociales.
La OMS tomó el sentido de los cambios en que estaba embarcada la época. Y creó un nueva concepción de la salud entendiéndola como el estado de completo bienestar físico, psíquico y social al que debe aspirar una comunidad. En consecuencia, significó una ruptura con la concepción biologicista, individualista y descontextualizada de salud. Las implicancias no fueron pocas.
A continuación, la Dra. Yamila Comes, del municipio de Morón, centralizó sus ideas sobre qué significa Atención Primaria de la Salud, diferenciando la definición que da la OMS con la construcción colectiva que ellos pensaron: es la forma particular de organizar un sistema de salud, incluido en un contexto mayor. Destacó que la APS no es sólo el Centro de Salud o la Sala de Primeros Auxilios. Es una red de instancias estatales y de organizaciones sociales, con capacidad resolutiva.
"La atención primaria tiene un rol específico y no debe superponerse con otros niveles de complejidad como el hospital", expresó. "Tampoco es sinónimo de atención médica. No es el consultorio médico del barrio", afirmó. Es un trabajo interdisciplinario, intersectorial, territorial, donde es importante el vínculo con las organizaciones del pueblo: escuelas, centros de jubilados, sociedades de fomento; articulando estrategias y acciones; relevando recursos; organizando, disponiendo de una alta capacidad de respuesta.
La funcionaria habló de la importancia de la accesibilidad a los servicios y señaló dos grandes barreras: las físicas y económicas y también las simbólicas, donde muchas veces los propios habitantes de barrios carecientes tiene internalizado un determinado modelo de atención, en el que si no se paga no hay atención. Y ello genera vergüenza. Y la vergüenza hace que no concurran al Centro de Salud. Es lo que el modelo neoliberal ha conseguido permear en las subjetividades. Que la salud no sea concebida como un derecho del que todo habitante es poseedor, sino un dádiva que agradecer.
La Dra. Comes también habló de cómo está estructurado la APS en el país y de la realidad de Morón. De la incongruencia de una concepción única de atención primaria a nivel nacional. Cada estado provincial la concibe de acuerdo con sus criterios propios, de acuerdo a la gestión, donde se mezclan intereses e ideología, a la buena voluntad, a las limitaciones presupuestarias y a distintos factores.
"Hay un punto donde el Estado, que tiene la obligación de garantizar el derecho a la salud, se desliga", aseveró. Y ubicó en la hegemonía neoconservadora un punto de inflexión. También señaló la deficiencia en la formación de recursos humanos y en el abordaje de la temática. "No hay una concepción de integralidad ni de intersectorialidad (con desarrollo social, vivienda, educación, servicios sanitarios, etc.). Cada gestión a nivel local hace lo que quiere o puede".
Es importante destacar que en Morón, la gestión del intendente Martín Sabatella, de orientación nacional, popular y progresista, ahora electo diputado nacional por el Encuentro Popular, el 50 % del presupuesto va a Salud y Desarrollo Social.
Sebastián Ameijeras, por su parte, relató su experiencia como médico en el conurbano y en la Ministerio de Salud a nivel nacional. Generalista, el profesional integra el Programa Adolescencia del ministerio. Describe una situación compleja en los jóvenes de los sectores populares. La búsquedad de respuestas a ese interrogante complejo. Y rescata la figura, obra y legado del ilustre sanitarista del primer peronismo, Dr. Prof. Ramón A. Carrillo, precursor de la medicina social en la Argentina.
Carillo pensó la salud como una cuestión integral. No era sólo la atención del enfermo, era la seguridad social, la recreación, el cuidado de la niñez y los ancianos, la educación física, el turismo social, el agua potable, la alimentación entre otros factores. El Estado era garante de un derecho básico. Planificaba y definía políticas públicas. Y ageregamos nosotros: eso y no otra cosa era el Estado Social Justicialista.
Otro aspecto no menor que resaltó Ameijeiras fue el rol de la Universidad Pública, que no es la del 45 ni la del 73. Sigue predominando la concepción neoliberal: la salida individualista, la lógica mercantilista impuesta por la maquinaria interna y externa a la edudación superior. "Los espacios de formación" -asegura- "no están orientados hacia una medicina colectiva, comunitaria". Abogó por el fortalecimiento de las organizaciones del pueblo "que fueron las que se hicieron cargo cuando el Estado se retiraba de su rol". "Son actores estratégicos en la mesa de gestión de la salud", concluyó.
Cerró la charla, la Dra. Mercedes "Mechi" Ferro, quien contó su experiencia en el Centro de Salud nº 11 del sistema de salud público porteño. Desde octubre de 2005, ella y un equipo llevan adelante un Taller de Adultos Mayores. Narró la inicial resistencia de profesionales y no profesionales ante la irrupción del espacio para las personas de tercera y cuarta edad, "demanda oculta" de contención y asistencia. Y explicó los cuatro momentos por los que atravesaron hasta la institucionalización del taller, las alternativas que vivieron cuando el Centro de Salud se mudó a otra locación y se quedaron sin el Salón de Usos Múltiples donde tenían su espacio de reflexión y acción los talleristas, tanto los coordinadores como los protagonistas.
Finalmente, la legitimidad de la demanda de un espacio para desarrollar la actividad fue asumida por la dirección del organismo y es a la fecha que el Taller prosigue sin pausa.
La conclusión de la charla-abierta, de acuerdo a las impresiones de este cronista, fueron varios, de las que rescata tres puntos: 1) la necesidad de socializar, profundizar y replicar el sentido y valor de las experiencias de la APS por parte de sus actores (trabajadores y comunidad organizada); 2) el imperativo de que no hay auténtica APS sin participación comunitaria tanto en el diagnóstico, como en las etapas de diseño y ejecución de un plan de acción 3) la urgencia para que desde el Estado central se formulen postulados básicos orientadores sobre la atención primaria de la salud.
Como agencia de noticias trabajaremos para que estas ricas y singulares experiencias tengan visibilidad social. (Agencia Paco Urondo)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No estuvo el TOPU de Rainieri?
ResponderEliminar