Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Política y Medios) Cancillería reclamó ante la ONU 1,7 millones de kilómetros cuadrados de territorio del lecho marino. El supervisor del proyecto, Florencio Aceñolaza, aseguró a P&M que “es importante que se empiece a pensar que el mar nos va a dar importantes elementos de crecimiento económico”. Por su parte, Mario Cafiero advirtió sobre el avance británico y la falta de respuesta argentina.
Con el trabajo de 13 años de investigaciones de la Comisión para el Límite en la Plataforma Continental Argentina, su presidente, el vicecanciller Victorio Taccetti presentó ante Naciones Unidas el estudio interdisciplinario sobre los límites de la plataforma argentina.
Allí, el diplomático pidió soberanía sobre 1,7 millones de kilómetros cuadrados a los que según el estudio se debería extender el territorio argentino.
"El final de la historia es que, cuando esté definido el límite (dentro de dos años) el Parlamento argentino intervenga para dar la disposición que establezca el límite exterior de la plataforma, pero todavía para eso falta mucho", señaló el vicecanciller.
Según el geólogo e investigador del Conicet Florencio Aceñolaza, que supervisó esta Comisión, en esos 800 kilos de material que se envió a la ONU “Argentina fijó su límite rodeando a las Islas Malvinas, las Islas Sandwich, las Islas Georgias y la Antártida”.
“Durante casi 13 años, la comisión en la que estaba como supervisor, en un barco del Conicet hizo perforaciones para definir las características que permitieron determinar la posición del límite conforme lo que Naciones Unidas estableció en sus normas técnicas, que está vinculada con lo que es el talud continental y el espesor del sedimento que había en el talud”, explicó a Política&Medios el investigador que reside en Tucumán.
Esta presentación no la hizo sólo Argentina, son alrededor de 150 los países que hasta el 13 de mayo tienen tiempo para enviar sus estudios.
“Lo importante es que para Inglaterra y algunos países de la Comunidad Europea, el conflicto ya no existía y esto pone nuevamente en Naciones Unidas que el conflicto permanece”, argumentó Aceñolaza.
La disputa por la soberanía cobra mayor importancia ante la incalculable cantidad de recursos económicos y naturales que existen en esa superficie.
“Es una zona muy rica en productos marítimos, se supone que hay reservorios de petróleo, aunque no se ha comprobado todavía, lo mismo que hay yacimientos minerales”, dijo, y agregó que eso entraría en “una segunda etapa, que es la exploración de la potencialidad que tiene esa zona, ya que hacen falta grandes recursos para hacerlo. Lo importante es que se empiece a pensar que el mar nos va a dar elementos importantes para el crecimiento económico nacional”.
Por su parte, el ex diputado nacional Mario Cafiero opinó en diálogo con P&M que “el reclamo ante la ONU es lo mínimo que se podría hacer” y agregó que “Inglaterra está ocupando realmente el área y Argentina está mirando con la ñata contra el vidrio el territorio usurpado. En este momento el Reino Unido da permisos de pesca, de exploración petrolera, y Argentina no tienen ninguna respuesta frente a esta permanente acción del gobierno inglés”.
“Cedemos frente al avance inglés y protestamos, pero nunca hacemos algo concreto para empezar a resolver esta situación, cuando, desde el punto de vista jurídico, Argentina tiene enormes títulos para pelear esta cuestión, y cuando, desde el punto de vista internacional, siempre hemos tenido apoyo del resto de los países a nuestros reclamos”, analizó Cafiero.
En coincidencia con Aceñolaza, el ex legislador que en 2007 creó una auditoría técnica para seguir la actuación de Argentina ante la ONU por los reclamos sobre Malvinas, explicó que sobre esa zona se dice que es la "Arabia austral por la potencialidad petrolera”.
En este sentido señaló: "Los ingleses, viendo que se agota la cuenca petrolera del mar del norte, desde hace 15 años empezaron con la exploración del área marítima de las islas. Vienen avanzando, primero reclamaron 150 millas al rededor de Malvinas, después 200 millas y se extendieron a las islas Georgias y Sandwich del Sur. Ahora reclaman 350 millas y vienen por la Antártida”.
Según Cafiero, esto fue posible por un convenio firmado en 1990 con Gran Bretaña llamado Acuerdo de Madrid, que le permitió a Inglaterra no sentarse a discutir la soberanía y avanzar en todas estos proyectos.
“Pedimos que se derogue este acuerdo, y que se ponga este tema como punto principal de la agenda exterior argentina. Debería haber sanciones para las empresas inglesas que inviertan en Malvinas, y reconocer que tenemos un grave conflicto, ya no por una isla sino por las 350 millas que rodean a estos archipiélagos más la que rodea la Antártida, es una disputa de 5 millones de kilómetros cuadrados”, concluyó Cafiero. (Agencia Paco Urondo)
miércoles, 22 de abril de 2009
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