sábado, 19 de septiembre de 2009

Barone con la Paco: "La televisión pública es una forma de compensar todo lo que hay del otro lado"

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Basta de Zonceras (versión radial de la Paco, martes de 10 a 13, FM La Boca) se dio, por segunda vez en el año, el inmenso placer de entrevistar al periodista Orlando Barone. Ley de medios, periodistas de mes y obediencia ciega.

- Quique de la Calle ¿Cuál es tu opinión sobre lo que está ocurriendo con ley de medios?
- Orlando Barone: Es un momento apasionante para aquellos que nos interesa el mundo de la política. Desde la militancia, desde el periodismo. Es una situación heredada de la dictadura. Siempre digo que soy un periodista montado en dos tiempos, uno de democracia, los últimos 25 años, y después muchos años de dictadura, represión, censura. En mi genética periodística debo tener ambas pulsiones, una fuerte tensión, esperemos que haya triunfado la democrática. A otros los puede la pulsión autoritaria, de la obediencia debida. En definitiva, es uno de los hechos distintivos de la democracia. El momento oportuno es aquel en el que la ley se pone en marcha. El haber sacado a las telefónicas es interesante, porque incorpora un aporte de algunos sectores que veían a ir un problema. Ese acuerdo entre las partes deja una mejor ley.

QC: En ese marco, sorprende la postura de Miguel Bonasso quien dijo que seguía oponiéndose al proyecto (Nota: finalmente, Bonasso se abstuvo en la votación).
OB: Deberíamos recordar aquel poema famoso de Tejada Gómez, un fragmento: “como es el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque en esa pendiente el distraído suele quedar de pronto a la derecha”. Eso es para Bonasso.

QC: Y para otros actores que se encuentran en una encrucijada, como Proyecto Sur… (Nota: Claudio Lozano votó a favor)
OB: Está en la misma línea. Habría que hacer una observación que nos excede a mi y a vos, si uno tiene principios pero es muy narcisista, se va todo a la mierda.

QC: ¿Cómo ves al periodismo, porque los periodistas están metidos en un embrollo, porque se encuentra en una situación compleja, es un tema que le atañe, pero además está en una relación de fuerza adversa, porque cobra un sueldo de las propias empresas implicadas?
OB: La pregunta denota una preocupación, vos sos un tipo joven. La tuya es una visión más vital, la mía es más cínica, más resignada, tengo muchos años más que vos. Es un tiempo que ha dividido mucho a la sociedad periodística, suponiendo que fuera una sociedad, y esto tiene que ver con la concentración de medios. Quienes tienen los beneficios de un empleo, de la consideración, de la importancia que da trabajar en los medios de esa concentración en algún momento se pone la camiseta. Uno no labura por dinero sino por espíritu de cuerpo. El periodista trabaja exclusivamente con las ideas, con la inteligencia; de esta manera, nosotros arrendamos nuestra inteligencia a los medios que nos contratan. No se puede trabajar siempre en medios con los cuales se coincide política, ideológicamente. Cuando eso ocurre, uno sufre mucho, por eso muchas veces el organismo ideológico o psicológico tiene defensas naturales. ¿Cuáles son? Creer que lo que te mandan a hacer es lo que vos querés hacer. Creo que se entendió.

QC: Generalizar siempre es un problema, porque existen diferencias. En la pregunta no me refería a los noteros o movileros, ellos son parte de relaciones de poder muy adversas, me refería a periodistas con más prestigio personal…
OB: A eso iba, no hice el recorte necesario. En realidad hay una diferencia entre el rol que vos cumplís. La obediencia debida se usa con mucha justicia en los militares. Por obediencia debida se justificaron crímenes. Voy a hacer una traslación falsa, maniquea, porque no son comparables en su gravedad. Sigamos: un movilero que tiene obediencia ciega, para usar un término antipático, al mandamiento que le otorga su jefe editorial, que vive de su trabajo, ¿es culpable? ¿debe rebelarse o debe esperar? Hay quienes reaccionan y no trabajan más. A esos no los conocemos. Hay otros que quedan desplazados del segmento de notoriedad, porque los medios premian más a los empleados del mes. El sistema premia a los más obedientes, a los que siguen sus consignas. Deberíamos desconfiar de los famosos, de Barone también. Este es el grave problema. Ahora se está dilucidando.

QC: He contado más de una vez que tengo una amiga en Clarín online, y ella describe la situación que están pasando los redactores. De notas que aparecen en la redacción, que vienen “desde arriba”, que hay que firmar, porque si no se firman no tienen seriedad, entonces se obliga a los redactores a firmarlas. Es una situación muy tensa…
OB: Hay muchos actores damnificados. Lo que ha transparentado la nueva ley, la posibilidad de cambiar. Al cambiar el espectro, las voces, se produzca nuevas apariciones, una competencia distinta. Este enfrentamiento entre la ley y los grupos damnificados está produciendo un titulaje torcido, mendaz, en esos medios, en los propios periodistas, que son mensajeros, algunos más notables que otros, y algunos que lo deben hacer voluntariamente porque deben coincidir con la postura del medio. Seamos optimistas, pensemos que no todos son esclavos. Una mitad puede coincidir; la otra mitad tiene pocas posibilidades de rebelarse, es gente casada, que tiene hijos, que ama su profesión. Ahí aparece esa dualidad que mencionás vos, que estás preocupado con esta situación. Eso se va a saldar con la nueva realidad, seamos optimistas, que produzca tal cambio en las posibilidades de encontrar nuevos rumbos laborales. Esto pasaba hace muchos años. Ahora hay muchos medios pero se reducen las posibilidades.

QC: Ahí está la historia del periodista Claudio Díaz, echado del diario Clarín, que nunca más pudo conseguir trabajo…
OB: Claro, a quien conocí. Queda maldito. Puede haber otras conductas. Por ejemplo, yo me fui de La Nación y Continental voluntariamente. Acaso porque tengo algún tipo de capacidad pude encontrar otras vías profesionales, con menos consagración mediática. De motus propio decidí hacerlo. Pero te digo algo: ¿vos creés que puedo volver a La Nación, o Continental? ¿O puedo trabajar para Clarín o para De Narváez? Fijate que reducidas son las posibilidades.

QC: La última vez que hablé con vos, en enero de este año, hablamos de Víctor Hugo Morales, y en aquel caso yo lo criticaba por un caso vinculado con el Grupo Prisa, no lo recuerdo. Nobleza obliga, hay que destacar la valentía que tuvo en este caso y en el de “Fútbol para todos”, participando de las audiencias…
OB: Los que defendemos la ley somos las voces más marginales, no somos los periodistas importantes. No se encuentran las voces de los notables, que son los empleados del mes de las grandes empresas. Los ricos y los famosos no están con la ley. Que Víctor Hugo sea el líder de esta argumentación a favor de la ley es importante, es un contrapeso de todo el Grupo Clarín o el Grupo Prisa. No hay otro en la misma dimensión. Las Magdalena, los Nelson Castro no están con la ley. Aliberti, puede ser otro caso importante. Tengo esta teoría: los ricos y los famosos terminan siendo conservadores. No quieren perder su situación de riqueza.

QC: ¿Cómo es laburar en la televisión pública? Porque hay allí otra discusión que tiene que ver con los canales estatales que no debieran ser funcional a ningún gobierno en especial.
OB: Hasta ahora, es así como decís. El canal público es un canal gubernamental. Sigue la línea del Gobierno nacional. No tiene a Nelson Castro, y está bien que así sea. Es una forma de compensar todo lo que hay del otro lado. Imaginate si el canal público fuera democrático, vamos a darle voces a los opositores, si tienen todo. Es una compensación desprolija de la democracia, pero menos mal que está. Menos mal que corrimos el arco. El ideal sería que los medios se democratizaran y el canal público debiera volver a la normalidad con periodistas que no tuvieran que ver con el Gobierno. Debiera tener periodistas profesionales, no objetivos, porque eso no existe.

Para escuchar la entrevista completa


(Agencia Paco Urondo)

2 comentarios:

  1. Orlando Barone es el único periodista que capta totalmente mi atención cada vez que lo escucho (o veo). Tiene la capacidad para decir lo que muchos pensamos (o nos preguntamos) pero con muchisima claridad y en tiempo real! Siempre me pareció que era demasiado autónomo para Continental y La Nación... Los felicito por la nota, y sigan asi. Santiago (Santa Cruz).

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  2. Gracias Santiago! Y si estás militando y querés que coordinemos alguna actividad, chiflá.

    Saludos!

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