lunes, 14 de septiembre de 2009

El pinosolanismo en su encrucijada, por Enrique de la Calle

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Viernes por la tarde noche. Alrededor de 50 personas, en su mayoría militantes de Proyecto Sur, escuchan con atención a Julio Raffo, apoderado nacional de la fuerza, y a Guillermo Mastrini, especialista en radiodifusión y telecomunicaciones. Aunque pueda no parecerlo en un principio, la conformación de la mesa anticipa un debate muy fuerte al interior del espacio conducido por Pino Solanas.

La charla fue motorizada desde las bases militantes de Proyecto Sur como modo de introducir (¿presionar?) una discusión que la dirigencia de la fuerza no parece vislumbrar. Con claridad: los militantes quieren que el partido apoye al oficialismo en la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Un hombre con algunos años a cuesta, se lo hace saber a Raffo: “Julio, tenemos que tener una postura clara sobre el tema. La gente me putea en la calle, me dice que estamos con Clarín. Va a pasar como con la 125. Además, hoy Pino estaba en lo de Mirta... Me tiene los huevos un poco llenos”, grafica. El aludido Raffo responde con evasivas, titubea, y propone no entrar en los “planteos maniqueos” del kirchnerismo que afirman que “se está con el Gobierno o con Clarín”. “En la 125 hicieron lo mismo, nos dijeron que éramos canallas, que apoyábamos a la Sociedad Rural, y había malos en los dos lados, ¿eh?”, concluyó el dirigente. El silencio ganó la escena, solamente tres personas se animaron a aplaudir con alguna timidez.

Antes, el propio Raffo y Mastrini se extendieron sobre el proyecto oficial. El referente de Proyecto Sur objetó cuestiones no estructurales de la iniciativa, como que la norma habla de “servicio de interés público y no de servicio público”, una diferencia que para él “no es menor”. También que las audiencias públicas establecidas para renovar las licencias “no son vinculantes” y que la autoridad de aplicación tendrá mayoría del Ejecutivo. Cuando el asombro comenzaba a convertirse en denominador común entre los asistentes que no entendían cómo un debate tan importante se acotaba a un puñado de elementos periféricos, Raffo se refirió al ingreso de las telefónicas. “No puede permitirse que participen, se quiere combatir un monopolio conformando otro monopolio”.

El segundo disertante no coincidió con Raffo en dos puntos estructurales. Por un lado, consideró que el proyecto es un gran piso, que se trata de un buen texto, que recupera el trabajo de diferentes espacios que han militado para sancionar una nueva ley de radiodifusión, entre ellos, la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Además, recordó que la actual norma proviene de la dictadura, se enmarca en la doctrina de Seguridad Nacional y establece a las fuerzas armadas como autoridad de aplicación. Por otro, defendió el ingreso de las telefónicas porque “el avance tecnológico va hacia ese lugar, es cada vez más difícil separar radiodifusión de telecomunicación, es mejor que entren ahora con regulación”. En caso contrario “van a ingresar igual, pero sin restricciones; en los 90 ocurrió que el mercado se reguló solo, y después se modificaba la ley de radiodifusión reconociendo los cambios”. Concluyó el experto que el proyecto propone límites valiosos a la posible participación de las telefónicas.

Sin embargo, lo más interesante de los dichos del especialista de UBA Mastrini fue la introducción de la discusión política, ausente en la disertación errática de Raffo. Afirmó: “El kirchnerismo propone un nosotros o Clarín difícil de aceptar, es una forma de hacer política con la que no coincido. Dicho esto, entiendo que es un desafío para el progresismo, porque si esta ley no se aprueba ahora no se va a hacer por mucho tiempo, el nuevo Congreso no lo va hacer, y todos lo sabemos. De esta manera, va a quedar la ley de la dictadura, que legitima a los monopolios, que establece un COMFER integrado por fuerzas armadas. Basta ver la reacción que generó en el Grupo Clarín para entender que es un buen proyecto. No soy político, les dejo planteado el desafío”. Valga una paradoja: Mastrini quiso escaparle a un supuesto maniqueísmo del kirchnerismo (“Nosotros o Clarín”), con… una afirmación ¿maniquea?: “ahora o nunca”.

Un par de días después, y con el siguiente artículo escrito en buena parte, la presidenta Cristina anunció la exclusión de las telefónicas. Fue una concesión al reclamo del centroizquierda (y la postergación de un rico debate sobre cómo regularará el Estado la "confluencia tecnológica"). De esta manera queda allanado el camino para que esos espacios adhieran al proyecto oficial. De cualquier modo, se mantiene intacto un debate que atraviesa todo ese bloque en relación a cómo posicionarse frente al kirchnerismo.

Encrucijada

El encuentro citado arroja más lecturas de las evidentes. No se trató, solamente, de una charla destinada a militantes o vecinos, ávidos de sumar elementos sobre un tema determinado. En este caso, expresó el intento de parte de las bases de Proyecto Sur por manifestar su apoyo a la ley elevada por el oficialismo al Congreso nacional. La participación de Mastrini, con una opinión diferente a la planteada hasta el momento por los referentes del espacio, es todo un dato: el especialista, invitado por las bases, contradijo los dichos de Raffo, dirigente nacional de la fuerza. Los aplausos ofrecidos a uno y otro, el pedido de definición de un asistente a Raffo, las conversaciones una vez finalizada la jornada, son señales de que no toda la militancia de Proyecto Sur coincide con las acciones (y los discursos) de Pino Solanas, Claudio Lozano y compañía.

Como el año pasado fue “la 125” ahora la ley de medios pone a Proyecto Sur y a todos los sectores autodenominados progresistas (preferimos “autodenominados”, porque una cosa son los dichos y otra los hechos…) a una definición. La negociación es ardua, y cada espacio discute con el kirchnerismo la introducción de modificaciones, nadie quiere soltar prenda ni adelantar posturas que lo perjudiquen en la mesa de discusión. Por ejemplo: si el progresismo adelanta que “pase lo que pase” va a votar a favor, el oficialismo tendrá más espaldas para mantener cerrado el proyecto. Todas las estrategias son válidas, bienvenidas sean. Ahora, ¿está clara la estrategia de fondo? Ella debería apuntar al diseño de una ley que se haga cargo de una histórica demanda social, que proponga la inclusión de actores ajenos al mercado, la posibilidad de discutir un marco regulatorio antimonopólico, que garantice la libertad de expresión y el derecho a la información. La actual ley de Radiodifusión no lo hace. La estrategia deberá contemplar escenarios, relaciones de fuerzas concretas, que permitan (o no) avanzar en esa dirección. Está claro que el Congreso de diciembre no es un contexto favorable.

La discusión está planteada en Proyecto Sur. Ahora, ¿cuánto pesan esas bases militantes críticas al interior de la fuerza conducida por Pino? Como cualquier otro partido liberal, Proyecto Sur debe atender a su electorado, en parte conformado por el progresismo porteño, pero en buena medida por clases medias antikirchneristas, más interesadas en la oposición al Gobierno nacional que en el perfil contaminante de las industrias mineras sanjuaninas. En ese sentido, el posible rechazo de Lozano en Diputados, y el de Pino en los medios, responde correctamente a muchos de sus votantes.

En mayo de este año, el propio Julio Raffo afirmaba en una entrevista a la revista Zoom (ver nota) que era “muy bueno que el Poder Ejecutivo haya puesto de nuevo en el tapete el tema de la Ley de Radiodifusión”. Hacía observaciones pero concluía que “desde el punto de vista político, aplaudo esta decisión, y en mi espacio político que es Proyecto Sur, empujo a que se la apoye, y creo que así será”. No dio la misma impresión el viernes pasado.

Con la modificación propuesta por el oficialismo, pareciera saldarse la principal demanda de Proyecto Sur. Igualmente, Lozano alertó sobre "la letra chica" y Pino se refirió "a otros puntos que rechazamos, como la autoridad de aplicación". Como sea, los avances logrados ¿serán suficientes para acompañar una nueva ley de radiodifusión?

Si la respuesta es negativa, la pelota volverá a cancha de la militancia de Proyecto Sur. ¿Qué hará en ese caso? (Agencia Paco Urondo)

11 comentarios:

  1. Entonces las bases tendrán que cuestionarle a Pino y a Lozano la representatividad ¿no? A veces me pregubnto qué ha sido de ese Pino de pensamiento singular... hoy se parece más a los radicales, o al peronismo disidente...

    ResponderEliminar
  2. KIRCHNER ESTA CASI TAN A LA DERECHA COMO EL COLORADO. BASTA DE MENTIRAS.

    PINO SOLANAS 2011.

    ResponderEliminar
  3. O sea: Solanas / Lozano votaron con la Sociedad Rural y son... ¿la izquierda?

    ResponderEliminar
  4. Algunas opiniones de gente cercana a Proyecto Sur son sinceramente exhasperantes.
    Anónimo: construir un demonio de los K no junta votos, mucho menos militantes. Podrían superar la chatura de los medios, ¿no? y esforzarse por tener una propuesta sólida que convoque a otros militantes, en vez de transformarse en un partido trosko más. El país muchachos no termina en la Gral. Paz
    Yendo a Pino, a quien respeto, me parece que tiene el mismo problema de los K: la demonización de aquellos que no piensa igual y la consecuente chicana. Creer que uno tiene la verdad y los otros se equivocan es un grave error si de hacer política se trata.
    Espero que esta vez, PSur entienda que esto es un reclamo histórico del pueblo, de muchas organizaciones, que desde hace años trabajamos y apoyamos medios y radios comunitarias. Si eso tiene que ver o no con la pelea entre K o Clarín la verdad es que no me importa. Como si me importa terminar con el monopolio de la palabra

    ResponderEliminar
  5. Simple, Pino Solanas sigue con su doble discurso de siempre. Ahora habla de antiimpaerialismo pero forma parte del dispositivo de la derecha.
    Lastima que no este vivo Cacho El Kadri, nos recordareia como Pino lo estafó.

    ResponderEliminar
  6. Es vedad lo que dice "anonimo", yo le escuche a Cacho hablar de laa sinverguezadas de Pino.

    ResponderEliminar
  7. Pino es un 'bon vivant' bien pensante pero no deja de ser un teórico intelectual.

    Su cine es muy bueno y no sólo desde la denuncia sino también como documentalista (es un genio, nada que ver con la basura del yanqui Michael MOORE)

    Los que hablaron del querido Cachito cantan la justa.

    ResponderEliminar
  8. ¿Proyecto sur LIBERAL???????? Entonces qué les queda a Néstor y Cristina K

    ResponderEliminar
  9. "el posible rechazo de Lozano en Diputados..."

    votó a favor, giles

    ResponderEliminar
  10. Finalmente. Y fue una sorpresa, porque se negó hasta último momento. Pero debiera ser más sorpresivo (ya que de sorpresas hablamos) que a un progresista le cueste tanto votar una ley progresista. ¿Será que el progresismo argentino es una caja de sorpresas?

    Saludos!

    ResponderEliminar
  11. Perdón ¿no fue este gobierno el que permitió fucionar a Multicanal y Cablevisión? ¿porqué eximieron a los medios de comunicación de pagar el impuesto al cheque? ¿no le alcanzó con ese sobre a clarín? Sextuplican el patrimonio, todos los amigos se hacen ricos "muy ricos" mas que menem y caballo juntos. Le regalan minicuper a la hijita de 17 años que no lo puede conducir de u$s 39000 y nosotros hablando de la distribución jajajajajajaja que boludos por favor, nos reventamos el lomo laburando y ni llegamos a fin de mes y los banqueros y mineros y petroleros y cerealeros la pasan bomba. Dejense de joder por favor.

    ResponderEliminar