Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado por el CIEPE, septiembre de 2009) La paz regional amenazada
Cierto clima de “enrarecimiento” político regional se profundiza en indo-hispano-afro-latino América o, como sintetizara Martí, en Nuestra América: La nación multicultural que re-emerge y se manifiesta como identidad del proyecto estratégico de los pueblos, en medio de la crisis internacional que indica la profunda lucha que existe por establecer el Nuevo Orden Global.
En primer lugar, luego de 58 años (es decir, luego del otro gran momento histórico de enfrentamiento mundial 1939-50) en el año 2008 se vuelve a desplegar la Cuarta Flota de la Marina de los EEUU para patrullar los países de América Latina, especialmente el Atlántico Sur con base de apoyo en el Pacífico Sur. De hecho, una de las condiciones de Washington para aprobar el Tratado de Libre Comercio en Perú fue la sanción de una ley que habilitara a dicha flota a usar los puertos peruanos, haciendo de los mismos la plataforma necesaria sobre el Pacífico para operar en los territorios Suramericanos. Esta reactivación de la IV Flota se dio semanas después del conflicto regional por el bombardeo de fuerzas colombianas y norteamericanas sobre un campamento de las FARC violando soberanía ecuatoriana e involucrando al gobierno ecuatoriano. También coincidió con el proceso de conformación, y finalización de los detalles de funcionamiento, del Consejo de Defensa del Sur, que significa un salto hacia la constitución de un bloque regional suramericano independiente y soberano.
En segundo lugar, el golpe en Honduras, que guarda relación en términos específicos con: “la decisión del gobierno de Manuel Zelaya de elevar los salarios, incorporar a las mujeres al seguro social obligatorio, combatir a los monopolios petroleros y la voluntad de importar medicamentos genéricos desde Cuba, fueron cosechando poderosos enemigos en su contra. Sin embargo, la paciencia de los golpistas se vio definitivamente colmada con la propuesta de reforma de la ley minera” que afectaba fuertemente los intereses de las empresas Goldcorp y Yamana Gold (Página12 02-08-09 Basualdo/Manzanelli) y con la propuesta del cierre de la Base Estadounidense de Palmerola. Honduras es el punto más débil en Centroamérica y el Caribe en el desarrollo del proyecto estratégico nacional, popular y latinoamericano. Además, constituye una importante plataforma desde donde atacar al núcleo fuerte centroamericano que es Nicaragua. El golpe es propiciado por el Ministerio de Defensa de EEUU comandado por el republicano y referente del Pentágono, Robert Gates; por la cúpula de la Iglesia Católica Hondureña; y por las cámaras empresariales más importantes de dicho país, ligadas casi todas a la exportación y en su mayor parte extranjeras. Es este mismo bloque de fuerzas y entramado de intereses, junto con los multi-medios de formación de opinión que les pertenecen, que está jugando fuertemente en los distintos países de la región bajo las diferentes modalidades de la guerra de baja intensidad o “soft power”.
En tercer lugar, la intensión de instalar siete bases militares en Colombia, fortaleciendo la principal plataforma del Pentágono en Suramérica para intervenir y quebrar la posibilidad de desarrollo de un bloque de poder suramericano autónomo. Sur-américa contiene objetivamente la masa crítica de poder para posicionarse como polo de poder soberano de desarrollo del proyecto estratégico Estado, Producción y Trabajo, es decir, de desarrollo endógeno de las fuerzas productivas; única salida para los pueblos y desde los pueblos.
En cuarto lugar, así como ocurrió en Honduras, el creciente “involucramiento” de la cúpula de la Iglesia Católica de Latinoamérica en los “nuevos procesos” de Golpe de Estado, “desestabilización” institucional y/o desgaste a todos los gobiernos regionales que, más allá de sus contradicciones, debilidades y situaciones particulares, expresen en alguna medida (o en toda) los intereses nacionales, populares y latinoamericanos. Lo cual profundiza la crisis al interior de la Iglesia, puesta de manifiesto en el enfrentamiento entre los distintos sectores y en el desarrollo del cristianismo de base o popular.
Estas maniobras forman parte de una estrategia global y conjunta sobre el continente, que tienen dos elementos centrales que lo explican y que son parte del mismo proceso: por un lado, la constitución de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), formalizado el 23 de mayo de 2008 en Brasilia, al que Lula sintetizó con la frase “América del Sur unida moverá el tablero de poder del mundo”. Por otro lado, la profundización de la crisis internacional y la puja inter-imperial, con la emergencia y manifestación de la crisis financiera internacional, como parte del desarrollo de la crisis global.
Datos de Suramérica
Elaboración Propia
El Eje Buenos Aires-Caracas-Brasilia (Argentina, Venezuela y Brasil) suma de Suramérica:
- 70,45% de superficie
- 68,28% de población
- 72,15% del PBI (Producto BrutoInterno)
Constituye, además, una de las principales reservas Hidrocarburíferas del mundo, una de las principales regiones de producción de alimentos del mundo, una de las principales reservas de biodiversidad del mundo, una de las principales reservas de agua dulce del mundo.
El PBI conjunto de Sur-américa es superior al de Alemania, la tercera economía mundial.
La superficie suramericana es apenas superior a la de Rusia, el país con mayor superficie mundial.
La población suramericana es mayor a la de EEUU, que es el país con la tercera población más grande a nivel mundial.
Crisis Global, multipolarismo y situación latinoamericana
En el capitalismo las crisis son cíclicas e inherentes a su propia reproducción, debido a sus contradicciones internas. Ahora, las crisis financieras globales son resultantes de la lucha entre imperios financieros globales. Mientras las crisis de reproducción tienen ciclos repetidos de 5 a 10 años, las crisis financieras globales tienen ciclos de aproximadamente 50 años y coinciden con los cambios de época.
La situación internacional es de profundo enfrentamiento entre los distintos polos de poder mundial, acelerándose día a día. Es por ello que se habla del pasaje del unipolarismo anglosajón al multipolarismo, en donde emergen varios polos de poder de magnitud diferente. Por lo tanto, lo que se abre, como en cada crisis cíclica profunda, es la lucha por un nuevo orden imperial global. Y justamente, al producirse la crisis por el desarrollo de las propias contradicciones que le son inherentes, dichas contradicciones no se encuentran bajo un velo místico e indescifrable para el común de los mortales sino que se encarnan en actores concretos y en los enfrentamientos concretos entre las distintas fracciones de capital financiero multinacional y transnacional, (que son las dominantes bajo las escalas actuales); donde los capitales financieros menos grandes, retrasados, luchan por no perecer, ser absorbidos y/o quedar subordinados por las fracciones más grandes y dinámicas que pujan por imponer su nuevo orden. Todos los polos de poder mundial luchan.
Para entender de qué nivel es la lucha basta citar a uno de los principales redactores del Financial Times, órgano Londinense del capital financiero, en una de las notas sobre la Cumbre del G-20 de Londres: “El proceso promete enquistar el hábito del multilaterialismo en un mundo multipolar. La historia nos recuerda que los grandes cambios en el poder mundial, como el que estamos viviendo, frecuentemente terminan en una guerra porque los estados que ascienden desafían el status quo.” (Philip Stephens, FT 3 de abril de 2009). Se refiere obviamente a las guerras mundiales inter-imperialistas en escenarios centrales, ya que las guerras en escenarios secundarios como las que vivimos actualmente, en donde se masacran pueblos enteros, por ejemplo, por el control de oriente medio y sus recursos naturales, parecen no ser nada en comparación a lo que se refiere el editor asociado y comentarista senior del Financial Times.
Las redes financieras más dinámicas a nivel global, comandadas por los pulpos angloamericanos, pujan por forjar el Estado – Red Global a su imagen y semejanza, así como la burguesía naciente forjó en su momento el Estado-Nación. En este nuevo esquema de dominio, que implica una institucionalización del poder transnacionalizado, quedarían subordinados todos los intereses que no poseen escala global, que no están organizados en redes financieras globales que apalancan a sus empresas en cada rincón del globo, que no controlan la tecnología blanda de punta en lo que se refiere a la organización empresaria, que no poseen la inteligencia estratégica para controlar el nodo central del proceso de acumulación actual: el sistema financiero global, el cual subordina y contiene todas las ramas de producción.
Toda crisis financiera, luego es también económica y abre un gran proceso de centralización de capitales, por la cual los sectores más dinámicos y avanzados, dan un salto de escala y productividad, dejan rezagados-derrotados y se “comen” a los perdedores. Por ello, toda crisis es al mismo tiempo un salto de escala de acumulación, un salto que destruye fuerzas productivas sociales. Sin embargo, los posibles perdedores no van a resignarse a ello y los poderes emergentes no van a resignarse a los anteriormente dominantes. No es producto de la casualidad que todas las grandes crisis llevaron a las grandes guerras, ya que el momento militar es uno de los planos de la guerra, es el momento de máxima agudización de los enfrentamientos.
En este escenario de avance de las fuerzas globalistas, ya que pudieron estabilizarse luego del golpe de septiembre de 2008 debido a su fuerte presencia en la zona más dinámica de la economía mundial –Asia-, las líneas retrasadas necesariamente y con urgencia deben asegurar sus “patios traseros”, territorios de influencia, “sus espacios vitales” a partir de los cuales pueden existir y desarrollarse como polos de poder en la contienda mundial. Por ello, los sectores retrasados norteamericanos no globalizados, que necesitan que el dólar se mantenga como moneda mundial, que necesitan imperiosamente el ALCA como territorio-estado continental propio, deben jugar a fondo en su intervención en América Latina. Sólo controlando Latinoamérica, el imperialismo unipolar-unilateral del capital financiero retrasado angloamericano con base en el territorio norteamericano, puede continuar luchando.
De hecho en este proceso de centralización global, que la crisis financiera frenó en parte pero que la profundización de la crisis económica no hace más que llevarlo hasta sus últimas consecuencias, ya cayeron varios gigantes ligados al Complejo Industrial-Militar del Pentágono.
En la situación de empate de fuerzas que existe en el territorio norteamericano entre los dos proyectos estratégicos imperiales angloamericanos, los sectores conservadores ligados a la cúpula del partido republicano han logrado mantener el control del Ministerio de Defensa (Gates) y a través del mismo luchar contra la estrategia del proyecto financiero global, que es multilateral sin dejar de ser unipolar, encarnada por Hillary Clinton (Secretaria del Departamento de Estado) y los cuadros de Wall Street que ocupan los principales lugares en el gobierno de Obama.[ii] Si existen diferencias en lo que respecta a Honduras en el gobierno de EEUU no es porque existan “buenos” o “malos”, o más o menos imperialistas, sino porque pugnan dos estrategias diferentes, y ambos quieren ver al ALBA y la UNASUR como simples recuerdos de desafíos antiimperialistas aplastados. La situación parece indicar que el proyecto globalista logra imponerse en Irak-Irán (no necesariamente porque ganan la guerra sino porque trasladan el centro del conflicto), desplazando la guerra a Afganistán. Esta derrota de la línea retrasada angloamericana en el escenario principal hace que esta acelere su control de Suramérica, avanzando sobre Honduras como eslabón débil y profundizando su presencia en Colombia. La línea Global golpea sobre el golpe de Honduras, y mejora las correlaciones de fuerza para que el Unasur-Alba frene el ALCA y el intervencionismo del Pentágono. El complejo industrial-militar necesita centralmente tomar el control de Suramérica y armar el ALCA para enfrentar a la línea Globalista en mejores condiciones.
Para la estrategia globalista angloamericana su centro de atención es medio Oriente, además no le es conveniente para su estrategia Unipolar con multilateralismo subordinado, avalar en este momento al golpe de estado abierto (aunque si jugar al desgaste de las fuerzas populares mediante la deslegitimación y operación sobre las posturas de integración y transformación más avanzadas), porque no le conviene que se fortalezcan ciertas posiciones favorables a los intereses angloamericanos retrasados y, por último, aboga por una salida negociada en donde la mediación principal es un hombre de ellos, estandarte del progresismo financiero neoliberal: el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
En cambio, para los llamados “halcones” republicanos, le es imperioso “ir por todo” llevando el enfrentamiento al terreno militar, aún a riesgo de perder día a día mayores niveles de legitimidad y de provocar reacciones aún peores para sus intereses como en el fallido golpe en Venezuela de 2002. De lo contrario, los halcones pueden perder sus nidos.
Así como para los halcones (en representación del JP Morgan, la Exxon Mobil y el Complejo Industrial-Militar del Pentágono) la Unión de Naciones Suramericanas y el ALBA constituyen tremendos escollos en su patio trasero, ya que quedan “encerrados” en el espacio del Nafta (México, Canadá, EEUU y en alguna medida Inglaterra), lo mismo sucede para otro polo de poder mundial que también comparte el mismo patio trasero –aunque con muchos más años de antigüedad- y que osciló históricamente entre la lucha y el acuerdo con norteamericanos e ingleses, siempre de acuerdo al momento histórico que se viva en éstas latitudes: las coronas vaticana y española, y la red de intereses que gira a su alrededor.
Este bloque de poder enfrentó al ALCA, al “capitalismo salvaje” neoliberal desde 1993, proponiendo un “capitalismo humanitario”, y logró cambiar la correlación de fuerzas en la región instalando referentes propios en los gobiernos, como en el caso de Duhalde en Argentina. Esto lo hizo no sólo por el riesgo de perder posiciones estratégicas en la región en donde tiene mayor cantidad de feligreses, sino porque además representa el territorio principal de expansión y desarrollo para sus grupos económicos multinacionales (FIAT, Banco Bilbao Vizcaya, Repsol, Telecom, Telefónica, etc.) y de sus grupos económicos “locales”, como Perez Companc, Casenave & Asoc, etc.
Sin embargo, las cosas han cambiado y los mismos que en su momento favorecían los procesos de transformación y se enfrentaban al ALCA, ahora pasan a jugar junto a sus antiguos adversarios, como tantas veces ha ocurrido en la historia de la región y en los golpes que sufrieron los procesos de transformación en Argentina: 1930, 1955, 1966 y 1976. Además tienen situaciones comunes: una crisis que los pone en un lugar complicado y el fortalecimiento de un bloque de poder regional con capacidad de desarrollar un proyecto soberano.
El acuerdo entre Chrysler y FIAT es un ejemplo de dicha situación compleja. Chrysler es una automotriz estadounidense no globalizada, muy poco dinámica y que la crisis terminó de derribar. Fiat es una automotriz que por su escala, en la situación actual de concentración y saltos productivos en dicha rama industrial, no podía sobrevivir por mucho tiempo más. El acuerdo permite un salto de escala, cooperación tecnológica y fusión operativa que hace posible la sobrevivencia, fortaleciéndose en el continente americano.
Principales automotrices mundiales
Elaboración propia.
Estos polos de poder tienen la imperiosa necesidad de ir por Latinoamérica juntos, profundizando las contradicciones en la región y elevando la atmósfera de agitación. Por ello se habla de un clima de “enrarecimiento” político que no es otra cosa que la agudización del enfrentamiento entre proyectos estratégicos.
Por ello, como observa el cura Eduardo de la Serna, coordinador del movimiento de sacerdotes en opción por los pobres Carlos Mujica, es cada vez más fuerte y visible el accionar de la cúpula eclesiástica y la embajada norteamericana, junto con los monopolios mediáticos, en los golpes para cambiar las correlaciones de fuerzas en la región y en cada uno de los países que la componen:
“Hace tiempo yo decía que no parecía que hubiera posibilidad de golpe militar en Argentina fundamentalmente por dos motivos: la embajada de los Estados Unidos no parecía alentarlos, y la Iglesia hizo una clara defensa de la democracia. Por tanto si dos de los grandes apoyos de los golpistas no los alentaban, la cosa se les haría difícil a quienes los propugnaran. El presidente de la UCR en el Senado dijo que hay quienes no quieren que el gobierno llegue al 2011, pero nadie le pidió nombres. La embajada no parece ajena al golpe militar en Honduras, y –allí– la Iglesia jerárquica, en voz del cardenal Rodríguez Maradiaga, tomó clara postura por el régimen de facto. Algo semejante se ve en la postura del Cardenal de Bolivia, Julio Terrazas. Algunas declaraciones episcopales parecen sumamente preocupantes en este marco. Por todo esto, no creo que todo este cúmulo presentado al comienzo sea “casual” ni creo que algunas voces episcopales lo sean. Personalmente, no creo que a muchos de ellos les importen los pobres; es más, muchos parecen festejar cada muerto de fiebre “A” o cada caso de dengue, o cada aumento de un dígito en la pobreza.” (Página/12, 10 de agosto de 2009, “Demasiado para ser casual”).
La UNASUR y la profundización del proceso de transformación regional
La contraofensiva conservadora-reaccionaria en la región no constituye, como se nos aparece a primera vista, un “avance de la derecha” (además de que la palabra “derecha” pierde su sentido ante el progresismo financiero-reaccionario o a cierta “izquierda” conservadora e infantil de matriz liberal). Este “avance” refiere más bien a construcción que se hace en el campo de la visión, como parte de lo que el Pentágono define como “guerra psicológica”, que trata de mostrar ciertos triunfos tácticos (y por lo tanto reales), o ciertas respuestas desde los núcleos de poder reaccionario contra los procesos de avance popular, como si fueran triunfos estratégicos y casi-definitivos, como parte de un camino cuyo resultado es inevitable y que se desprende de procesos supuestamente agotados.
Para los monopolios mediáticos es central imponer su relato de lo que sucede para:
a- Construir fuerza moral propia.
b- Desmoralizar la fuerza de enemigo.
c- desarrollar la fuerza político-social necesaria para imponer sus propios intereses, rearticulando una alianza de clases con fracciones del campo del pueblo que lo vuelva posible.
d- Desarticular la fuerza político-social de los procesos de transformación popular en la región que progresivamente aumentan los niveles de heterogeneidad, conciencia y organización accediendo a mayores niveles de influencia político institucional y político-social.
e- Sobre esta base, aumentar cuantitativa y cualitativamente las operaciones técnico-militares.
La contraofensiva reaccionario-conservadora obliga a responder
1- aumentando los niveles de integración regional soberana a través de UNASUR y la consolidación del Consejo de Defensa Regional;
2- desarticulando los instrumentos para la “guerra psicológica” –los multimedios masivos de formación de opinión- forjados a partir de las dictaduras genocidas neoliberales en los 70’ y 80’, y estructurados en los años 90’, lo que implica también, una democratización del espacio de la comunicación controlado por 5 grupos económicos por país, que además muchas veces son los mismos a nivel regional;
3- profundizando mediante mecanismos estatales, frente a la crisis global, los procesos de industrialización-producción-ocupación y fortalecimiento del mercado interno;
4- generando aceleradamente mecanismos de inclusión o integración social de las fracciones obreras más empobrecidas.
Esta contraofensiva obliga a redoblar los esfuerzos por la construcción del Proyecto Nacional, Popular y Latinoamericano, ya que la desesperación imperial en medio de la crisis global y la lucha por el Nuevo Orden Global obligan a los intereses imperiales retrazados a ir por su “patio trasero”, acabando con la paz regional.
[i] CIEPE (Centro de Investigación en Política y Economía), 3 de septiembre de 2009.
[ii] Tanto Timothy Geithner, anteriormente jefe de la Reserva de New York y actual Secretario del Tesoro (Ministro de economía), como Lawrence Summers, el principal asesor económico de Obama y ex Secretario del Tesoro de Clinton, son hombres vinculados al Citigroup, han sido cuadros centrales en el desarrollo del sistema financiero global y en el desarrollo de las redes financieras transnacionales, y están estrechamente relacionados con Rubin, también ex Secretario del Tesoro antes que Summers y hombre del Citigroup. (Agencia Paco Urondo)
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