AZUL, BUENOS AIRES, (Agencia Paco Urondo, por Fernando Wilhelm) El pasado 4 de agosto se presentó en Bolívar el libro “La ley y las armas”, biografía de Rodolfo Ortega Peña escrita por los periodistas Felipe Celesia y Pablo Waisberg. Un numeroso público se dio cita en la Biblioteca Rivadavia, entre los que se encontraban Ramiro Ortega Gómez, hijo de Rodolfo; ex concejal y dirigente del Movimiento Evita; el dirigente peronista Julio Fal y compañeros del Movimiento Evita de Bolívar, Azul y Olavarría.
La presentación estuvo a cargo de Fal y luego los autores y el propio Ramiro detallaron el trabajo de investigación de cuatro años y los obstáculos que debieron sortear para llegar a buen término.
La contratapa del libro sintetiza lo que encontrará el lector. “El 31 de julio de 1974, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, el diputado nacional Ortega Peña moría acribillado por la Alianza Anticomunista Argentina.
El hecho marcaba el inicio de una violenta escalada en el accionar de la “Triple A” y ponía fin a la vida de un intelectual, abogado y político que expresaba como pocos la agitada historia argentina de esos tiempos. Hijo de una acomodada familia antiperonista, formado para ser un digno representante de su sector social, el “Pelado” Ortega Peña se convirtió en la antítesis de ese modelo: abogado de organizaciones sindicales y defensor de presos políticos, historiador revisionista, militante del peronismo de izquierda vinculado con organizaciones armadas, peronistas y no peronistas.
La ley y las armas reconstruye la vida de ese hombre calificado por muchos como “francotirador” o “provocador”. Y al mismo tiempo recrea uno de los períodos más intensos de la vida política, sindical, social y cultural argentina: el que abarca desde la “Década infame” hasta la última presidencia de Juan D. Perón.
Felipe Celesia y Pablo Waisberg son los autores de esta minuciosa investigación, basada en un nutrido conjunto de fuentes documentales y un centenar de entrevistas a quienes conocieron a Ortega Peña, compartieran o no sus ideas o sus afectos. Captan así la imagen polifacética y a veces contradictoria, en lo público y lo privado, de quien juró como Diputado de la Nación bajo la consigna “La sangre derramada no será negociada”.
En 1978 se presentó en Barcelona un libro en honor a Ortega Peña. Se llama Homenaje y es una extensa poesía que escribió Vicente Zito Lema y dibujó Ricardo Carpani. “No tiene final un poema para el amigo asesinado./ Tampoco tiene final esta lucha que nos envuelve y desgarra./ La derrota es hoy la gran señora impía que todo/ lo corrompe. Pero ella no es eterna./ Volveremos del exilio. Sin pactos/ con el exterminador. Sin comercio/ de nuestros muertos./ O volverán nuestros hijos./ Sé que tus hijos, Rodolfo,/ y mis hijos y los hijos de cada compañero/ verán hacerse luz la pesadilla”.
Waisberg opinó que: “Ortega Peña era un peronista que utilizaba categorías marxistas para analizar la historia, por lo tanto era un peronista de izquierda. El lo que definió tempranamente en su vida política, alrededor del ´64, diez años antes de su muerte, es que no era posible una revolución o ningún tipo de cambio social por fuera del peronismo. Por lo tanto él entendía que cualquier revolución sea socialista o algo más de tipo nacional tenía que ser protagonizada por peronistas y el peronismo en su conjunto”.
El joven periodista apuntó que “Ortega Peña fue en términos de hoy un transversal al peronismo, a las organizaciones de izquierda marxistas, incluso tuvo muy buenas relaciones con otras organizaciones políticas que no planteaban la lucha armada”.
Por su parte Ramiro opinó que la presentación de “La ley y las armas” en su pago chico fue muy buena porque “pudimos discutir y charlar sobre la figura de mi padre y esas generaciones que irrumpen políticamente a partir del golpe de ´55 y militan dentro del peronismo con todo un proyecto nacional, popular, y que son consecuencia de la formación del comienzo del Terrorismo de Estado que tiene que ver con las tres A”.
“Yo digo –afirmó- que hay una generación o parte de distintas generaciones que en los sesenta y setenta dejaron su impronta y ese legado es el legado de la participación social que debemos seguir, debatiendo, discutiendo y organizando políticamente al pueblo. Estemos en los espacios políticos partidarios que sean, tenemos que participar. Esas generaciones tuvieron un nivel altísimo de participación, desde lo cultural, deportivo, religioso. Todo el mundo debatía las cuestiones públicas, la política y en las distintas expresiones sociales estuvo presente. Siento que hoy tenemos que avanzar en eso, que todos los espacios y sectores sociales participemos políticamente”.
“La ley y las armas” se vende a buen ritmo en las librerías e incluso llegó a las manos del presidente Néstor Kirchner. Las próximas presentaciones del trabajo serán en Mar del Plata y diversos lugares de Capital Federal. (Agencia Paco Urondo
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