LA PLATA, Agosto 7 (Agencia Paco Urondo - 414) (Publicado en Diario Hoy, La Plata) El cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman, acusó al director de El Día de haber sido colaboracionista de la dictadura. En respuesta, Kraiselburd le envió una carta en la que intenta -sin éxito- justificar su accionar durante los años oscuros. Timerman refuta las excusas de Kraiselburd y ratifica sus acusaciones
En un entrevista exclusiva que Hoy publicó el 10 de julio, Héctor Timerman, actual cónsul argentino en Nueva York, denunció con dureza las vinculaciones de sectores del periodismo argentino con la última dictadura y acusó, concretamente, al director del diario El Día, Raúl Kraiselburd, a quien señaló como "cómplice" del gobierno de facto que dirigió los destinos del país durante el período 1976-83, dejando el trágico resultado de 30 mil personas desaparecidas. Como respuesta y ante la repercusión de la denuncia ( la Cámara de Diputados bonaerense aprobó un proyecto de declaración en el que pide que se investigue el accionar de directores de medios durante la dictadura militar), Kraiselburd envió la semana última una carta a Timerman en la que intenta justificar sin éxito su cuestionado accionar durante los años oscuros. En esta edición, Hoy publica la respuesta de Timerman a esa misiva.
Héctor es uno de los hijos de Jacobo Timerman, fundador del diario La Opinión, que durante la última dictadura fue secuestrado, torturado y luego tuvo que partir a un largo exilio junto a su familia. Jacobo denunció ante distintos organismos internacionales los aberrantes crímenes que tenían lugar en nuestro país y hasta dio cuenta de que varios periodistas habían sido víctimas del terrorismo de Estado.
Pero sus denuncias chocaron con la oposición de editores argentinos (entre ellos Kraiselburd), que negaron sistemáticamente lo que estaba ocurriendo en la Argentina. Incluso defendieron a la dictadura militar en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y en distintos organismos internacionales. Como si fuera poco, intentaron por todos los medios desprestigiar la figura de quien fue uno las principales periodistas argentinos del siglo XX.
Héctor Timerman ratificó lo afirmado en otra carta, publicada por Hoy el 26 de junio (ver La primera carta...), que puso de manifiesto la estrecha relación que mantenía Kraiselburd con el jefe de la Policía bonaerense durante la última dictadura, Ramón Camps: ambos escribieron un libro en 1981 mediante el que se intentó desacreditar las denuncias de Jacobo, según denunció Timerman.
"Señor Raúl Kraiselburd:
"Ud. está confundido: el debate no es sobre mi padre, es sobre usted. Usted y su apología de la Dictadura. Usted y su silencio.
"El eco de mis expresiones me alegran ya que confirman que no son pocos los que coinciden sobre su conducta. Veo que usted denomina a quienes se hicieron eco como parte de grupos promotores de "intentos fachistizantes de los años 30". Una vez más usted deja caer su careta de demócrata e insulta a Estela Carlotto, quien a propósito de mi carta declaró: "Cuando presenté, en su momento, un recordatorio del asesinato de mi hija Laura en el diario El Día, la censura fue terrible. Se me quitaban las palabras más fuertes y de esa manera el recuerdo quedaba borrado".
"Estela es una de las personalidades más honorables de la Argentina, reconocida en todo el mundo como un paladín de la justicia y de los Derechos Humanos. Como hizo con mi padre y ahora con Estela, usted sigue tratando de matar al mensajero porque no quiere que se conozca el mensaje.
"Veo que ha estado leyendo la colección de La Opinión, a pesar de sus intenciones le hará bien apreciar el buen periodismo. Conozco el párrafo que Ud. cita. No habrá sido, por cierto, debido a ese párrafo que mi padre fue secuestrado, torturado, humillado, expulsado del país y quitada su ciudadanía Argentina. No habrá sido, Kraiselburd, por ese párrafo que el diario fue expropiado. Habrá habido otros párrafos, párrafos como los que usted nunca escribió y por eso no tenía problemas en relacionarse con el genocida Ramón Camps.
"Sobre su política editorial es interesante lo que escribió el investigador Fernando Ruiz sobre los medios durante el secuestro de mi padre: "El Día de La Plata publicó una editorial en defensa de los periodistas Jara y Robert Cox (actual presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, 2002), pero nada dijo de Timerman. El diario La Prensa publicó una editorial sobre la libertad de prensa, donde ocho párrafos fueron dedicados a Cox, que estuvo 24 horas preso, y sólo uno a Timerman. El 2 de mayo, ADEPA protestó por el arresto de Cox, pero nada dijo del de Timerman. El Buenos Aires Herald y La Opinión criticaron al resto de los diarios de Buenos Aires por su actitud frente al caso Timerman".
"Veo que Ud. dice que el 25 de abril de 1977 se refirió editorialmente al secuestro de mi padre. Le recuerdo que fue secuestrado el 15 de Abril de 1977. Le llevó a usted 10 días pronunciarse sobre el tema. ¡Diez días! ¿Está esperando que le agradezca su "valentía y solidaridad" al mencionar dicha editorial? Le tengo que recordar que se trataba del secuestro de un director de diario por una patota dirigida por su conocido Camps. Luego dice Ud. se volvió a ocupar el 16 de noviembre, seis meses después que el diario había sido expropiado. ¡Seis meses tardó en editorializar y sólo se dedica a criticar las formas pero no el hecho de la intervención en sí!
"Yo debo escribir muy mal o usted debe tener problemas para comprender lo que lee pero nunca expresé dudas sobre lo actuado por Edward Seaton o Robert Cox, simplemente me remito a sus informes de la época y no necesito ir ahora a preguntarles nada.
"En el informe de la SIP firmado por, entre otros, Edward Seaton, y que Ud. parece no haber leído o no haber comprendido dice, según una nota de Horacio Verbitsky de 2004: "El informe señaló que la única notable excepción a la ausencia de cobertura de los crímenes del Gobierno militar es el Buenos Aires Herald, el valiente David que recibió el premio Mergenthaler en nuestra última reunión, que se publica en inglés y cuyo director, Robert Cox, fue arrestado y detenido durante 24 horas bajo acusación de violar una ley de seguridad por informar en la tapa acerca de una conferencia de prensa de extremistas Argentinos en Roma".
"Nada dice el informe sobre los méritos que Ud. se adjudica que ya se parecen a las medallas que se autootorgaba el Yeneral González que interpretaba el genial Alberto Olmedo.
"Menciono a Horacio Verbitsky porque Ud. se apoya en él con relación a su supuesta colaboración en un proyecto editorial del asesino Ramón Camps. Me alegro que Ud. tenga tanto respeto por mi amigo y admirado periodista Horacio Verbitsky y valore sus dichos por encima de los de Claudio Escribano. ¡Qué pena que en 1980 antes de ir a la reunión de la SIP no lo haya consultado sobre la situación de los periodistas desaparecidos!
"El solo hecho que Camps lo mencione como un allegado me produce escalofríos. ¿A Ud. no?
"Cuando Camps declaró que mi tío José habría dicho que Jacobo nunca fue torturado, fue el mismo día a ver a Tato a Noticias Argentinas y le entregó su desmentida. Tato, una buena persona, trató de disuadirlo por miedo a que asesinen a mi tío por refutar a Camps, pero éste se negó en forma tan rotunda que la agencia emitió un cable con sus afirmaciones contrarias a las de Camps. El cable lo publicó La Nación el mismo día que Escribano anunciaba que Ud. y Camps escribirían un libro.
"Situaciones parecidas, conductas tan distintas.
"Su nombre aparece muy seguido junto al de Camps en el Juicio por la Verdad y el Juicio a Etchecolatz. Su ex empleado Raúl Vaccaro acaba de declarar que conoció a Camps por intermedio suyo. Lo mismo que otros testigos. ¿También estos juicios son continuadores de grupos "fachistizantes"?
"Recuerdo que cuando mi padre estaba desaparecido, muchos periodistas me recomendaban que le pida a Ud. que interceda frente al criminal de Camps. No habrá sido por sus editoriales que gozaba de un fluido acceso al ladrón de criaturas.
"En 1981 ya pocos podían negar, a pesar del silencio de los medios, del genocidio que vivíamos los Argentinos. Inclusive el 30 de marzo de ese año Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato publicaron, junto a otras personalidades, una solicitada repudiando la situación represiva. Sin embargo, Ud. continuaba su campaña en el exterior de apologista de la Dictadura. En Octubre de 1981 en un acto que lo describe cabalmente devolvió el premio María Moors Cabot que había recibido su padre. De esa manera se asoció a la Dictadura para nuevamente tratar de desprestigiar al principal opositor a la Dictadura. El New York Times publicó el 24 de octubre de 1981 lo siguiente: "Among the others who have reportedly sent protest notes are Bartolomé Mitre, publisher of La Nacion of Buenos Aires; Raul Kraiselburd, publisher of El Día of La Plata; Jorge Ramonda, publisher of La Voz del Interior of Cordoba; Carlos Ovidio Lagos, publisher of La Capital of Rosario; Juan Carlos Colombres, a cartoonist, and Maria Costanza Huergos, an editor at La Prensa".
"El New York Times publicó el 27 de Octubre "...Robert H. Cox, former editor of The Buenos Aires Herald and recipient of a Maria Moors Cabot award in 1978, said he felt that many of the critics of the decision to give Mr. Timerman the prize were protesting because they "think they feel they have to protest. If you don't," he explained, "that means that you are immediately considered as guilty as he is. But no one says what he was ever guilty of. Everyone is getting in there and hacking away at him, some just to curry favor with the Government".
"En esos meses Cox declaró en la televisión Americana sobre la campaña de la derecha para desacreditar a Timerman, porque "él dejó al descubierto el mal y, si uno quiere apoyar el mal, no puede tenerlo al descubierto".
"Como ve, no hace falta ir ahora a preguntarle nada ni a Cox ni a Edward Seaton, lo importante es lo que dijeron en el momento de los acontecimientos sobre los hechos más allá de las apreciaciones sobre las personas. Cox jamás fue amigo de mi padre y no creo que lo haya apreciado, sin embargo mi familia jamás dejo de reconocer su coraje y hombría de bien.
"Mire Ud., gastó tanta saliva en atacar a mi padre en vez de enfocar su discurso en que un diario nacional había sido confiscado y a su Director le habían cancelado su ciudadanía Argentina. Esa es la diferencia entre Ud. y Cox.
"Como le dije al principio Kraiselburd, el debate no es sobre mi padre, es sobre USTED y su actitud, Kraiselburd. Su actitud durante la Dictadura y sus intentos de cambiar la historia, de silenciar sus agachadas, y su temor a que finalmente la verdad se conozca".
Héctor Timerman. (Agencia Paco Urondo)
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