viernes, 4 de septiembre de 2009

Cinthia Shammah: “Muchos sectores sociales subsisten gracias a los basurales”

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, en Fundación Metropolitana)

Por Enrique de la Calle

En la metrópolis Buenos Aires existen alrededor de 200 basurales ilegales. Diferentes gestiones han prometido, sin éxito, su cierre por daños ambientales. Según la especialista Cinthia Shammah, ese fracaso se explica porque las intervenciones públicas no dan cuenta de los conflictos existentes entre diferentes actores sociales, muchos de los cuales aprueban la existencia de basurales.

: ¿De qué trata el libro “El camino informal de la basura”, que acabás de publicar?
Cintia Shammah: El libro analiza el entramado de actores que hay detrás de un basural informal en el área metropolitana Buenos Aires. Un basural es un espacio informal, que funciona generalmente en la periferia del AMBA, que no respeta las normas establecidas, con fuerte impacto ambiental. Pero es más que eso. El libro trata de pensar los conflictos, la conflictividad entre diversos actores sociales. Se estudia el caso de un basural ubicado en el municipio de San Martín, en el Gran Buenos Aires. Por razones metodológicas, no importa su ubicación y el nombre real de los involucrados. El basural estaba activo cuando comenzamos con el estudio y después fue cerrado. Nos preguntamos ¿cómo fue ese proceso? ¿cómo logró resolverse la conflictividad?

: ¿De qué se trata el conflicto del cual hablás?
CS: Detrás de un basural existen conflictos entre los diferentes actores que se relacionan con ese basural. Existen actores en contra del basural, que lo quieren cerrar por cuestiones ambientales, pero también otros que están a favor: muchos sectores sociales subsisten gracias a los basurales. Te hago un mapa de actores. A favor, están los administradores, que siempre están en los basurales activos. En todo basural existe un orden, determinadas reglas, personas que administran el ingreso y el egreso de la basura. Y por supuesto, reciben un canon por eso. Uno tiende a pensar al basural como el caos, el desorden, y no es así. Después está la policía, que necesariamente tiene que “tolerar” la existencia de un espacio que es ilegal. Después están los carreros, que arrojan residuos y cobran por la recolección informal. También están los que levantan cartones o desperdicios que puedan reutilizarse. Y por último, los que subsisten gracias al basural. Hay que señalar que los basurales existen desde toda la vida y no va a ser fácil erradicarlos. Se trata, en buena parte, de modificar comportamientos culturales muy establecidos.

: ¿Quiénes se oponen al basural?
CS: Muchas organizaciones territoriales, ONG que pueden tener incidencia territorial o no, la CEAMSE. Con dos planteos: el ambiental, es decir, el negativo impacto que los basurales producen sobre las poblaciones cercanas. Con consecuencias negativas sobre la salud, sobre las napas, etc. Son ONG “verdes” y otras que no, que le entran al tema por otros aspectos. En el caso de CEAMSE, se repudia la ilegalidad de los basurales y hay también un problema económico. La CEAMSE recauda por tonelada que dispone en sus rellenos.

: Comparto una reflexión con vos. Pensaba que tal vez la CEAMSE podía mirar para el costado en el caso de los basurales clandestinos ya que de alguna manera le sirven porque de no existir, más residuos irían a parar a los actuales rellenos sanitarios que están totalmente colapsados. ¿Puede pasar algo de esto?
CS: Creo que no. A la CEAMSE no le conviene la existencia de estos espacios que están al margen del servicio formal. Con respecto a la contaminación, el libro no estudia eso, le interesa más pensar por qué funciona un basural si es tan negativo para las poblaciones que lo rodean. Y dejo de lado cualquier mirada que reduzca todo a una supuesta desidia del Estado que pudiera permitir la existencia de estos espacios.

: Entonces, la pregunta obligada: ¿por qué siguen funcionando?
CS: Porque hay necesidad e interés de los diferentes actores que están a favor. Muchas personas subsisten gracias al basural. Reciben un rédito económico o directamente se alimentan del basural. El basural es una fuente de ingreso, como pueden ser los planes estatales. Los diferentes actores tienen intereses diferentes. Es infinita la gente que vive de los más 105 de rellenos que según la CEAMSE hay en el AMBA (según un estudio de 2004, debe haber más). Los administradores reciben un ingreso cada vez que alguien deposita o quita un residuo. Además, hay un negocio inmobiliario: son terrenos bajos, la basura permite elevar las tierras que de esa manera se revalorizan. Los administradores venden terrenos para levantar casas. También están los carreros y los que levantan cosas que pueden ser reutilizadas. Los carreros cobran por recolectar la basura, hay que ver que existe un sistema integral informal de recolección y de disposición final de basura. Existe un sistema formal y otro informal.

: ¿Cómo repercuten las crisis sociales en la emergencia de los basurales?
CS: Está claro que los basurales actuales son un emergente de los últimos años, por las diferentes crisis económicas y sociales de estas últimas décadas. Siempre hubo basurales, los actuales adquieren características específicas por la crisis.

: El libro estudia un proceso que podemos llamar exitoso, porque permitió el cierre de un basural, resolviendo las conflictividades que vimos. ¿Qué pasó?
CS: Una organización territorial de uno de los barrios pegados al basural logró cerrarlo a través de su acción política y social. Era una ONG con legitimidad entre la población del barrio, con vínculos externos que le otorgaron recursos, proyectos sociales, legitimidad externa. Se reunieron con ONG, con espacios académicos, con actores políticos variados, con medios locales, pusieron el tema en agenda. Pero lo fundamental, entendieron los conflictos que se ponen en juego. Pudieron desarrollar proyectos para que los vecinos que subsisten gracias al basural tengan un recurso. El Estado cuando interviene, no comprende que existe un conflicto más allá de la contaminación ambiental. Los municipios sí conocen la situación.

: ¿Cómo son las intervenciones estatales?
CS: Son cortoplacistas, piensan en lógica de cierre, de la foto. Y no mucho más. Y no piensan en el largo plazo, qué hacen las familias que viven del basural. La organización del caso estudiado en el libro, logró superar esa mirada de corto alcance. Pensó al basural desde una lógica que incluyó diferentes derechos, no sólo a un ambiente sano. El derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud, etc. El Estado nacional tiene un cierto interés en erradicar los basurales, pero sin éxito, por lo que fuimos viendo. El Gobierno provincial y de la Ciudad, lo mismo. Se debe pensar integralmente el fenómeno. Se debe resolver también el tema de la recolección informal. El residuo llega al basural de alguna manera. En muchos barrios de la periferia no existe la recolección formal. Y por supuesto, debe atenderse la cuestión social. Si se quisiera resolver en una mesa de discusión habría que sumar a muchos actores, con diversos intereses y conflictos puestos en juego. (Agencia Paco Urondo)

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