miércoles, 8 de abril de 2009

Cecilia Pando, por Cintia Petrocco

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) A pesar de 30.000 desaparecidos, de terribles torturas, de inflación, hambre, guerra, violaciones, triple A, discriminación, miseria, violencia desmedida, tristemente aun sigue habiendo personas que salen a embanderarse a favor de los asesinos militares y no solo eso, fiel a su estilo Facho, con gestos poco cordiales, se atreven a amenazar a quienes despues de muchos años de impunidad ordenan justicia.

Cecilia Pando mostró su odio, su miseria mas profunda, la del rencor de ver que hay alguien que esta castigando a los delincuentes que nos dejaron el pais manchado de sangre, salió a la calle gritando como loca que iba a matar a y a encargarse ella misma de el secretario de Derechos Humanos Eduardo Luis Duhalde.

Creo que otra cosa no esperabamos de esta "Señora" a quien muy grande le quedan esas palabras, pero no me gustaría ofender a los animales. Fiel defensora de asesinos comenzó a exponerse desde que gracias a la gestion de Nestor Kirchner y a la derogación de las leyes de obediencia de vida y punto final, los culpables de la desaparición física de miles de jovenes, estudiantes, profesionales, militantes, etc, etc., puedan tener su castigo, no el merecido, porque carcel es poco para tanta masacre aunque confio que el merecido les espera cuando tengamos la gracia de no tenerlos mas entre nosotros.

Ahora yo me pregunto, con que cara mirará esta mujer a sus hijos cuando regresa a su casa despues de estos lamentables y tristes espectaculos que da en la calle, como les explica que apoya la tortura el robo de niños y la muerte, o que a ellos tambien le dirá que es mentira lo de los 30.000 desaparecidos, que todos estan en Europa vivos y disfrutando de la vida? Hay una parte de todo el horror que a lo largo de estos años la escuché decir en que coincido, los chicos estan vivos, no en España ni en Paris, estan en el corazón de cada uno de nosotros, quien levantamos la bandera de justicia y por ellos no olvidamos ni perdonamos. (Agencia Paco Urondo)

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