miércoles, 8 de abril de 2009

Entrevista a Julio Piumato, secretario de DD.HH. de la CGT: “En Venezuela, Argentina, Bolivia se pretende vulnerar la soberanía popular”

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Agencia Paco Urondo: ¿Por qué están organizando “Hacia la justicia del bicentenario”?

Julio Piumato: El 8 de octubre, los argentinos tendremos una oportunidad para consolidar un nuevo proyecto nacional, distinto del que estuvo presente en el primer aniversario, que estuvo dominado por la oligarquía y el Pueblo luchando por sus derechos. Estaba cobrando protagonismo político la UCR, como expresión de una naciente pequeña burguesía nacional. Era una seudo democracia, no hubo verdadera participación popular hasta la modificación de la Ley Sáenz Peña. El festejo del bicentenario tiene que ser más parecido a quienes hicieron nuestra independencia. Un nuevo proyecto de país entrelazando al Pueblo con América Latina, con el modelo productivo, la Justicia Social, la redistribución del ingreso, la educación, salud, y también la justicia. Aún hoy sigue identificada con sectores conservadores y retrógrados. Esto tiene una explicación: la oligarquía se volcó a controlar las instituciones de la República: el ejército, la Iglesia, la Cancillería y específicamente, el Poder Judicial.

APU: ¿El Pueblo argentino padece esta justicia?

JP: El deterioro de la justicia tiene que ver con su criterio de dos caras. Una cara cómplice con los poderosos. La otra cara para los ciudadanos pedestres: represiva en lo penal e indiferente en los demás temas. Es la justicia que heredamos de la Dictadura y el neoliberalismo. Han llegado jueces, fiscales y defensores democráticos. También estamos los trabajadores judiciales, reserva moral del poder judicial. Nuestro proyecto de vida está comprometido con el destino de la justicia. Están los estudiantes y los docentes universitarios de Derecho. Pero aún el concepto de justicia como privilegio de las minorías se impone a una definición que incluya al conjunto de los argentinos. Este encuentro que estamos organizando desde el Poder Judicial lo hacemos para recuperar los valores: la justicia como derecho constitucional, garantía para las mayorías, los Derechos Humanos como fundamento de la justicia, el libre ejercicio de los derechos sociales.

APU: ¿No hubo avances con la remoción de la Corte Suprema de 2003?

JP: El gobierno avanzó mucho. Removió una Corte de las minorías por otra independiente. La nueva mayoría de la Corte tiene ahora una visión de la Argentina justa, libre y soberana. Nosotros decimos que es una corte independiente. Pero esto no alcanza. En las Cámaras de apelación, que es la segunda instancia judicial y la mayor parte de las veces la última, al menos la mitad siguen imbuidas del viejo sistema. Quienes manejan esta segunda instancia pertenecen a la Argentina del pasado. Es decir, queda mucho por hacer.

APU: ¿Qué falta?

JP: El atraso en materia de Derechos Humanos no es accidental. Es reflejo del tipo de jueces existentes en muchos tribunales. Hay un avance fuerte desde el Poder Ejecutivo y en el ministerio público fiscal. Hay avances importantes, vamos por buen camino. Hay jueces y fiscales pero su número no es determinante. Falta mucho por hacer. En otras jurisdicciones ven diferente el tema. Esos jueces lentos están imbuidos de la ideología de la última dictadura. Todavía hay más de la vieja justicia que de la nueva. Centro mi análisis en el perfil de muchos magistrados que se caracterizan por su gatopardismo. Discuten las grandes reformas judiciales sobre modernización organizacional, pero esquivan el meollo. Bueno, la idea del encuentro que vamos a hacer es para pensar como se construye una justicia diferente.

APU: ¿Por qué pone el eje de la justicia sobre los Derechos Humanos?

JP: Porque los Derechos Humanos son la síntesis del significado de justicia. Ya establecimos socialmente este parámetro. Ahora hay que incorporarlo al debate. Que sea el disparador para los actores del mundo de la justicia que tengan una visión nacional y popular.

APU: ¿Quiénes son las expresiones de la Argentina del pasado?

JP: La Argentina del pasado son muchos. (El presidente de la Cámara de Casación, Alfredo) Bisordi no estaba solo. Tenemos que buscar la remoción de muchos fiscales y jueces. Un ejemplo se pudo ver en el conflicto contra los especuladores de la soja, cuando el conjunto del Pueblo fue agredido por los factores del poder del pasado. El rol de la justicia fue de complicidad con este último actor. Además, manifestaron una notoria incoherencia de jueces y fiscales, que tuvieron un criterio abstencionista cuando los poderosos cortaron rutas, desasbastecimientos, expresaron coacción armada. Son indiferentes cuando estos actos los cometen los rubios de ojos celestes. Sin embargo, cuando esto lo hacen los trabajadores, la reacción es la opuesta. De hecho, recientemente trabajadores de la UTA fueron procesados por requerimiento del (intendente porteño) Mauricio Macri. El mismo que apoyaba apologéticamente el accionar de la Argentina sojera. Otro caso es el fiscal federal de Catamarca, que procesó a dirigentes de Chumbita por cortar la ruta nacional 64. Esa misma carretera estuvo cortada buena parte de los cien días que duró el conflicto y nadie identificó a los responsables.

APU: ¿Cómo se combate esta justicia cómplice del genocidio, y consecuente en la actualidad?

JP: Nosotros activamos muchos juicios de remoción, pero a veces no tenemos los elementos. Por eso es tan importante la participación ciudadana, necesitamos de ella para poder avanzar.

APU: ¿Cómo ves la justicia en América Latina?

JP: La justicia del continente es funcional a minorías poderosas. Y ahora enfrentan con el poder judicial a los gobiernos populares y democráticos, como es el caso de Evo Morales. La CGT en su conjunto fijó posición en la materia. La ofensiva contra Morales se enmarca en una escalada de agresión continental, donde la payasa del juicio por la valija de Antonini (Wilson) es solo un capítulo más. Peor aún, el juicio es llevado adelante por la misma justicia que no puede decir quién mató a un presidente hace ya 45 años. Son operaciones políticas contra Estados soberanos. En Venezuela, Argentina, Bolivia se pretende vulnerar la soberanía popular. Siembran dudas sobre el financiamiento de la campaña electoral, cuestionando el mandato popular que refrendó la profundización del modelo que no es del agrado de Estados Unidos.

APU: ¿Cómo ves la situación específica boliviana?

JP: En Bolivia transmiten una revuelta de una minoría como crisis, cuando en verdad dos terceras partes de los bolivianos apoyan a Morales. Parece que la definición de la democracia es que el derecho de las minorías se impone por su poder económico, para las élites. El resto de la población no es sujeto de esos derechos. Niegan la soberanía popular. Esto no es accidental: ¡el embajador (estadounidense) expulsado es experto en disgregar naciones! Buscan la diáspora boliviana, utilizando a los sectores más reaccionarios y la manipulación mediática. Lo que ha evitado la caída de Evo son los nuevos aires que soplan en el continente, el aval de UNASUR resultó central. Esta fuerza secesionista es fundamental en el plan norteamericano, Santa Cruz es un punto central en la geopolítica sudamericana. Es la puerta del Amazonas, acceso a los recursos naturales sudamericanos, al agua dulce, energía. Por eso la cuarta flota en el Atlántico Sur. Es decir, se trata de la voluntad de apropiarse de los recursos naturales y en ese sentido América del Sur es una reserva estratégica.

APU: ¿Cómo ves la situación para adelante?

JP: Las presiones desestabilizadoras van a seguir. Los medios masivos de comunicación en manos de empresas monopólicas poco tienen que ver con una realidad local, les interesan más los centros internacionales con los que creen que pueden hacer mejores negocios. Nosotros tenemos que tener como objetivo consolidar el proyecto nacional y la unidad continental, en un marco de conflictividad provocada no por las mayorías nacionales que se impusieron cómodamente en las elecciones. Estas manifestaron su deseo de paz y prosperidad, objetivo que no se condice con las potencias internacionales que solo aspiran a saciar su voracidad aunque con ello violen los principios más básicos de los Derechos Humanos de los pueblos.
(Agencia Paco Urondo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario