Estambul, Turquía (Agencia Paco Urondo, publciado, naturalmente, en La Nación) Según el director Eyzaguirre, es "injusto" que un país miembro del organismo se niegue a una revisión.
El domingo amaneció con lluvia en Estambul y, tal vez sustentado en esa atmósfera, el Fondo Monetario Internacional (FMI) expresó un pronóstico gris sobre la política fiscal argentina y sostuvo que si se lleva adelante la auditoría a la economía del país en los términos del artículo IV el organismo revisará, aunque el Ministerio de Economía pida lo contrario, la "sustentabilidad" de las políticas del Gobierno.
Sin embargo, como volvió a asomar el sol, ambas partes ratificaron que se está construyendo el "puente" para que haya un acuerdo en torno de este intercambio de información directo demorado desde 2006.
Por la mañana, cuando las gotas se transformaban en tormenta, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, explicó por qué para el organismo la economía argentina caería 2,5% este año y crecería apenas 1,5% el próximo, cifras más pesimistas que las que tiene para casi todo el resto de la región.
"La proyección es menor porque, aunque los otros países también son exportadores de materias primas, al mismo tiempo tienen acceso al mercado de capitales", recordó.
Según el economista chileno, "la Argentina puso en práctica una política fiscal contracíclica, pero recién cuando empezó la crisis, no antes; el gasto público subió muchísimo recientemente y no está en el grupo más fuerte [de la región] porque no tiene un programa de metas de inflación y porque su política fiscal no está basada en reglas demasiado bien establecidas".
Amable, pero firme
Con su habitual tono amable, Eyzaguirre recordó que "cuando otros exportadores de materias primas cosechaban en 2007 y 2008 una parte de la suba de los precios, la Argentina no lo hizo". Frente a este diagnóstico, el funcionario expresó su apoyo a la decisión del Gobierno de regularizar la deuda en default y acercarse al FMI, aun con las constantes idas y venidas de esta estrategia.
"Es adecuado el pensamiento del ministro Boudou de querer volver a los mercados voluntarios si uno está a un costado del mercado de capitales y tiene una cuenta corriente superavitaria; pero, si aun así hay deudas atrasadas que debe pagar, hay que ganar acceso nuevamente a los mercados", consideró el director del Hemisferio Occidental, acompañado por su silencioso equipo.
Y aunque el servicio meteorológico anticipa que continuará el mal tiempo en esta ciudad, el clima político podría mejorar en los encuentros que mantendrán con el director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn, el presidente del Banco Central, Martín Redrado -que se reunirá hoy-, y el ministro de Economía, Amado Boudou, que lo hará mañana.
En principio, Boudou ya marcó el terreno, al afirmar que no quiere que el FMI ingrese en la discusión de la política económica argentina ni se reúna con la oposición o con empresarios, más que nada para no irritar a nadie en la residencia de Olivos.
Anoche, el ministro ratificó que "hay que seguir avanzando, pero sin discutir de políticas".
Pero Eyzaguirre refutó esa limitación con toda diplomacia: "No es nuestra intención entrometernos, sino decirle al resto del mundo la sustentabilidad y la ganancia que generan las medidas adoptadas por un país. No se trata de discutir política, sino políticas", dijo, mediante un juego de palabras en inglés con los términos politics y policies .
Las reglas del club
"Este es un ejercicio de revisión, no una auditoría, que hacemos junto con las autoridades para ver cómo están el mundo y el país de acuerdo con la visión de ellos y del sector privado, con la intención de conocer los planes del Gobierno de varias fuentes", agregó.
"La Argentina es miembro del FMI y del G-20, que son clubes en los que uno participa y discute políticas con los demás, porque se supone que un país se beneficia de saber lo que hacen los otros y viceversa. Así que estar en un club y escuchar lo que hacen los demás pero no decir lo que uno mismo está haciendo es algo injusto", dijo Eyzaguirre, ante una pregunta de LA NACION.
Según el directivo, "la Argentina tiene que decidir por sí misma, pero estamos felices de lo que escuchamos de la intención del Gobierno de volver a los mercados y de acercarse al FMI, algo que no debe ser una vergüenza para nada. China, Estados Unidos, Australia y Canadá tienen un artículo IV. Así que espero que éste sea el caso".
De todos modos, para no quedar desautorizado por un eventual gesto de indulgencia de sus superiores hacia la Argentina, Eyzaguirre aclaró que él dirige un staff que hará lo que digan "el directorio y el director gerente".
En el mismo sentido, en la delegación argentina indicaron que la última palabra en torno de esta cuestión la tendría la presidenta Cristina Kirchner, que revisará los antecedentes de cada uno de los auditores a quienes les toque ir a la Argentina para evitar "alguna palabra fuera de lugar" en el informe, que podría hacerse antes de fin de año. (Agencia Paco Urondo)
lunes, 5 de octubre de 2009
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