viernes, 26 de junio de 2009

Voto cantado, nueva poesía de Ignacio Copani

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Por Ignacio Copani
imaginátelo con el acompañamiento que más te guste...

Aquí me pongo a cantar

al compás de los comicios,

poniendo todo mi oficio

de trovador y juglar…

Porque a la hora de votar,

voto y canto sin prejuicios.


Será mi voto cantado

al ritmo de esta vigüela.

Tempranito iré a la escuela,

contento y bien empilchado,

despierto y documentado

con carnet y escarapela.



Porque votar, hija mía,

para esta generación,

de muchacho cincuentón,

no es cosa ´e todos los días.

Es novedad todavía

y te estalla el corazón.



Al pensar en la legión

de compañeros queridos,

que la vida han ofrecido

para que tengas la opción,

de elegir sin proscripción

tus colores preferidos.



Que ojalá sean iguales

al color de la esperanza,

de ver a un pueblo que avanza

y forja sus ideales

a imagen y semejanza

de sus héroes inmortales.



Canto el voto y las razones

de pregonar mi elección,

fue fácil la decisión,

no caí en vacilaciones,

ni escuché lo que propone

la cínica oposición.



Y eso que puse bien fuerte

el volumen de la radio,

me leí todos los diarios

y la tele vi sin suerte.

No encontré a nadie que oferte

más que mentiras y agravios.



Y yo quería escuchar

aunque sea una ideíta,

una sola, pequeñita,

algo que me haga dudar,

pero escuché en su lugar

al pasado que me grita.


Pidiéndome que regrese

al fondo y al patacón,

al olvido y al perdón

de quien no se lo merece…

Y que adore a canal trece,

“te ene” y cablevisión.



Me invita a privatizar

hasta el patio de la escuela,

los haberes de mi abuela,

las cartas que hay que mandar,

el agua para tomar

y el avión que ahora vuela.



Pero yo tengo memoria

que es motor de mi futuro

y se que estos tiempo duros

donde nos puso la historia,

van a ser tiempos de gloria,

venciendo en el cuarto oscuro.



Por eso mi voto canto,

el secreto no me sienta.

Elegir es la herramienta

que nos ha costado tanto

Al temor y al desencanto,

yo le canto las cuarenta.



Podría cantarle más,

pero eso ya es demasiado,

si a esta estrofa hemos llegado

siguiendo con su compás,

no vamos a ir para atrás,

ni siquiera hacia el costado.



Más bien iremos al frente

de la victoria soñada,

con las risas postergadas,

apretando bien los dientes,

por sendas independientes…

Y no por rutas cortadas.

(Agencia Paco Urondo)

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