Capital Federal (Agencia Paco Urondo, por Grupo Ulises, gentileza Mariushka) El domingo 24 de mayo del corriente el diario Perfil publica la nota "Plataforma Continental. Política de Estado y diplomacia profesional" firmada por Alberto L. Daverede Presidente de la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (APCSEN).
Desde el grupo Ulises entendemos que no podemos dejar pasar por alto el contenido de la nota, ni tampoco dejar de hacer una clara referencia respecto al autor, que tiene la grave responsabilidad de haber ocultado delitos de lesa humanidad de la dictadura, ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Al respecto, cabe formular los siguientes comentarios: Al igual que todos los documentos producidos en socorro de la fracasada política de seducción, la nota elude toda referencia concreta a los temas centrales y candentes de la cuestión de Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Davedere no habla de:
a) la enorme extensión del mar argentino y de su plataforma continental.
b) su enorme potencial de recursos minerales, hidrocarburos, pesca y los recientemente valorizados recursos genéticos de alto valor medicinal.
c) No existe referencia alguna al usurpador británico ni a los millones de km2 sobre los que éste ha avanzado en el Atlántico Sur, ante la inoperancia de las autoridades argentinas y la pasividad de organizaciones, como la asociación que Davedere preside.
d) No hay referencia alguna a la solidez de los títulos jurídicos que respaldan a la República Argentina, de conformidad con el derecho internacional y al reconocimiento masivo que la causa Malvinas ha merecido en foros internacionales y regionales
La nota tiende a consolidar una visión eviscerada de la candente realidad actual en el Atlántico Sur. Davedere le agrega solo referencias al pasado, para evitar hablar de este presente complejo y de un futuro aún más difícil. Se hace referencia a los años 40 y de esta manera solo se contribuye a configurar un cuadro de irrealidad temporal y geográfica. Un cuadro de hermetismo, de desinformación y confusión, a fin de ocultar la verdadera naturaleza de la cuestión y los macizos fracasos de nuestra política exterior en el área.
No es extraño que el embajador Davedere cumpla esta función desinformativa, ya lo hizo en el pasado, durante la dictadura. El embajador Davedere fue un actor principal y voluntario en la política de desinformación y ocultamiento de los crímenes de lesa humanidad. Ya que en ese entonces Davedere era el representante de la Cancillería de la dictadura en la Comision de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra y negaba explícitamente toda existencia de violaciones a los derechos humanos en la Argentina. (Agencia Paco Urondo)
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