martes, 16 de junio de 2009

Palabras del presidente del PJ, Néstor Kirchner en Cañuelas

Cañuelas, Buenos Aires (Agencia Paco Urondo, acto del 02-06-09) En primer lugar quiero traer un fuerte abrazo a todos los habitantes, hermanos y hermanas de Cañuelas y el apoyo incondicional a Gustavo para seguir profundizando las políticas llevadas por parte de la presidenta Cristina; en segundo lugar me causa una profunda emoción estar nuevamente con ustedes en Cañuelas. Allá cuando a muchos les costaba pronunciar mi apellido Cañuelas me recibió con los brazos abiertos, yo era un sureño que caminaba con la rara idea de querer ser presidente de los argentinos para ver si podíamos generar un punto de inflexión en esta dura y casi trágica historia que nos ha tocado vivir en tiempos recientes y no tan recientes. Por eso cuando llego y veo un intendente motivado, trabajando con ganas, con fuerza, con el apoyo del Gobernador, con el apoyo incondicional de la Presidenta, para que este plan de obra pública de 111 mil millones de pesos que se pone en marcha en el país y en toda la Argentina y en toda la provincia de Buenos Aires, que no tiene móviles electorales, por el contrario, este plan es el antídoto fundamental, junto con los planes estímulo que la Presidenta ha lanzado en la Argentina, para hacerle frente a una crisis internacional inédita. Siempre digo, hagan un minuto de reflexión, si ante esta crisis internacional estarían gobernando los que nos gobernaban en el 2001, o los que generaron la década del ´90, ¿qué sería de los argentinos? Esto basta para valorar lo que hemos avanzado y lo que hemos logrado.

¿Qué hicieron aquellos que gobernaron la Argentina en la década del ´90 que tiene que ver con estos empresarios supuestamente exitosos que iban a ser ministros de un presidente que yo no quiero nombrar, y que lo nombró a ese empresario que quería ser ministro en los ´90?; ¿qué hicieron ante el primer problema que hubo en la Argentina? Bajar los fondos a las universidades, bajar los fondos a las provincias, bajar los sueldos a los empleados públicos, y lo más doloroso-todo es doloroso- bajarle el 13 por ciento a los jubilados. Esos son los que dicen que quieren traer el nuevo amanecer a la Argentina. Es muy importante que escuchemos los argentinos, porque tratan de hacer alboroto porque quieren que no nos escuchemos y no reflexionemos, por eso como bien dice Daniel, no caigamos en el alboroto porque no nos interesa, lo que unos interesa es intercambiar ideas y mostrarles los proyectos que se están llevando adelante, qué es lo que pasó, qué es lo que estamos haciendo y qué es lo que viene.

En la década del ´90 nos hicieron creer a los argentinos que se podía vivir con un peso-un dólar, endeudaron la Argentina en 153.537 millones de dólares, una deuda relación producto-deuda de 140 por ciento, hoy estamos en 48 por ciento en relación producto deuda gracias al esfuerzo que hicimos los argentinos, en una negociación histórica, histórica, donde ahorramos 70 mil millones de dólares en la renegociación de la deuda privada. Y también, en ese tiempo terminamos con el FMI, que prácticamente hacía -con todo respeto- como los gendarmes de la gestión que llevábamos nosotros adelante. Miren adónde llevó al mundo esa política y esos principios neoliberales de la década del ’90 que han explotado, y hoy tenemos hasta en Estados Unidos viviendo a gente en carpa ante la explosión, ante los millones de empleos que se han perdido, ante las miles y miles de empresas que se han caído. Por eso, cuando escuchamos a un presidente como Barak Obama, nos alegra que del primer país del mundo, el país que tiene el 30 por ciento casi del Producto Bruto Interno, haya un presidente que se entre a dar cuenta, que es muy importante un Estado que articule lo público con lo privado. Esto no es ni ser más estatista ni menos estatista, ni aquellas definiciones que quieren asustar a la gente. Queremos un Estado que promueva y articule lo público con lo privado, porque ya vimos que ante el mercado la gente sola, lamentablemente siempre pierde. Entonces tiene que estar ese Estado articulando lo público y lo privado, para defender ese patrimonio nacional que fue rematado durante la década del ’90, dejando a miles y miles, millones de argentinos en la callem, muchos de ellos que estaban a punto de jubilarse. Les daban un retiro voluntario y le decían:”andá, que te podés hacer empresario, poner un kiosco, tener un remis”. Así trataban a los argentinos. Nosotros, durante nuestra gestión, jubilamos un millón ochocientas mil personas que habían sido tiradas a la calle en la década del ’90. Y hemos generado, aparte de los 15 aumentos, no 13, 15 aumentos, algo que es fundamental, que lo ha hecho nuestra Presidenta, que es la movilidad jubilatoria, cada 6 meses se actualizan automáticamente los sueldos de los jubilados. No más mendigar, si no directamente leyes que los protegen.

A mí, me tocó recorrer la Argentina quebrada y prendida llamas, yo la recorrí. Yo me acuerdo cuando nuestros productores no tenían ni nafta para poner a los tractores, y estaban totalmente endeudados en todos los bancos. Y yo soy un defensor de la producción, de la industria, del trabajo argentino. Por eso, humildemente, cuesta creer-y yo voy a pedir un fuerte aplauso para Daniel Scioli- que lo agredan tres o cuatro inadaptados; sí, Daniel, tres o cuatro inadaptados, con todo lo que se ha hecho. Han aumentado la producción en forma fenomenal, le hemos generado un sistema de cambio competitivos que es una inversión permanente que está haciendo el Estado argentino, que es la platita de todos ustedes, más de 12 mil millones de dólares; subsidios al gas-oil, también en miles de millones de dólares; todo tipo de apoyo, el desendeudamiento de todos los bancos; crecimiento productivo como nunca, crecimiento de la metal-mecánica y la posibilidad de volver a abastecerse de maquinarias, como ustedes los habrán visto, los ven seguido, que tienen la posibilidad de tener herramientas que no tenían antes. Pero así, como todos los argentinos fuimos en su momento a ayudar a nuestros productores, y nosotros creemos que son muy buena gente (sacando quienes conducen las entidades rurales, muchos de ellos –no todos- algunos de ellos que confunden, confunden los intereses normales y legítimos de quienes producen haciendo política. Y yo hago un ejemploy digo un nombre en todos lados: que el discurso del señor Biolcati, ahora, dicho en el ’76 no le hubiera extrañado a nadie. Es decir la misma política de Martínez de Hoz, el mismo pensamiento de Martínez de Hoz, y leña con los que piensan diferente, démosle con todo lo que tienen, así piensa, esa es la intemperancia que tienen.

Porque en la Argentina, cuando hay ganancia extraordinarias, hay que aprender a ser solidarios Para construir un país hay que construirlo para todos: para los docentes, para los empresarios, para los productores, para nuestros pequeños y medianos, para los investigadores, artistas, intelectuales; un país es en su conjunto, nunca un sector puede priorizar sobre el otro. Y tiene que regir el manto de la solidaridad. La Presidenta, en estos dos últimos años ha puesto en el sector del campo 16 mil millones de pesos.

Pero yo les quiero contar algo ¿saben cuál es la diferencia sustancial que tenemos con la mentalidad de las patronales rurales? Que nosotros no queremos un 1910, celebrar el Bicentenario como se celebró el Centenario. Si ustedes recuerdan, el Centenario se celebró con estado de sitio en la Argentina, y éramos los principales productores primarios del mundo, o unos de los principales productores primarios del mundo. Con los dirigentes sindicales presos, y los dirigentes políticos, que en ese momento levantaban banderas nacionales, presos. Nosotros no queremos volver a ser el granero del mundo, ¿sabe lo que queremos? Que produzcamos todos los productos primarios que podamos, pero que le demos conocimiento y valor agregado argentino, trabajo argentino, trabajo a nuestros pibes y nuestras pibas. Lo que no queremos, argentinos y argentinas acá, desde Cañuelas, es que exportemos nada más que la materia prima, que en algunas casas hay que hacerla, pero tenemos que generar el mayor valor agregado y de conocimiento argentinos para que después sea al revés, no que nosotros tengamos que importar esa materia prima con trabajo extranjero, dejando sin trabajo a nuestros pibes y a nuestras pibas, como pasó en la década del ’90. Lo que queremos es exportar trabajo argentino, exportar el trabajo de nuestros pibes y nuestras pibas, que es un material humano espectacular, y que tenemos que cuidarlo, para ir generando el crecimiento argentino.

Esta es una diferencia filosófica, porque necesitamos el desarrollo industrial, porque necesitamos generar niveles de ocupación acordes al crecimiento que tiene la Argentina, tenemos que seguir creciendo; hemos crecido más del 66 por ciento en los últimos años. Y seguimos creciendo en esta crisis, ahora a un promedio de un 2,7 por ciento, pero seguimos creciendo, seguimos manteniendo el nivel del empleo. Del nivel de crecimiento de los argentinos el 43 por ciento es consumo interno, y el 17 por ciento exportaciones, con récord de las mismas. ¿Y eso, por qué? Porque hubo 5 millones de puestos de trabajos más, porque hubo un millón ochocientos mil hermanos y hermanas que no estaban jubilados y pudieron jubilarse, porque hubo aumento de salarios, porque volvieron las paritarias, porque mejoró el poder adquisitivo, porque bajó la pobreza, porque bajó la indigencia, porque bajó la desocupación. No es por casualidad. Entonces algunos buscan hacer ruido, o algunos buscan condicionar, nada más tratando de quebrar de alguna manera el funcionamiento armónico de la Nación, como lo quisieron hacer con esa actitud destituyente que tuvieron el año pasado, tratando de imponerse sobre el resto.

Nosotros vamos a seguir predicando la paz y el amor, pero con mucha firmeza en las convicciones y en los principios. A mí, cuando me tocó ser presidente, y hoy a la Presidenta, no nos importa ser presidentes de cualquier proyecto. No nos importa, no le importa a la Presidenta, y nunca lo hubiera sido, ser presidenta de un proyecto que mantenga la Obediencia Debida, el Punto final y el Indulto, nunca nuestra Presidenta hubiera llevado adelante ideas para tratar de conformar a ciertos sectores que vayan contra la industria nacional, el trabajo argentino, el desarrollo de país, la integración Latinoamericana, esa visión nacional y popular, amplia y plural, como dijo Gustavo, que tenemos que llevar adelante.

Y nuestra Presidenta tomó una de las determinaciones a mi juicio más importantes del 2003 a la fecha: la recuperación de la administración de los fondos de los jubilados argentinos, 100 mil millones de pesos recuperamos. Saben ustedes que esa platita se prestaba entre muy pocos, las AFJP la manejaban con muy pocos, con algunos bancos, con algunas inmobiliarias- todos nosotros somos dueños de esos bancos, de esas inmobiliarias- con algunas empresas siderúrgicas? Con muy poquitos. Los argentinos no tenían nada que ver. Ahora, administrándolo la Presidenta, el Estado Argentino hoy, esos fondos llegan a todo el país en inversiones, moviéndose y teniendo la rentabilidad necesaria para que nuestros jubilados puedan avanzar y tener sus fondos absolutamente custodiados.

Por eso, yo digo que a mí me tocó recuperar Correo Argentino, Aguas Argentinas, pero no porque las hayamos ido a estatizar ni mucho menos: porque las abandonaban los empresarios, que se cansaron de llevar rentabilidades cuando estaba el uno a uno, pero cuando tuvieron que hacer las obras no las quisieron hacer. Nos tocó recuperar el espacio radioeléctrico argentino, pero nuestra Presidenta, con la recuperación concreta de la administración de los fondos de los jubilados y de Aerolíneas Argentinas, que no es si gano un peso más o un peso menos, es la conectividad lo importante de Aerolíneas Argentinas, volver a tener una línea de bandera, que permite estructurar social y económicamente al país, dio pasos fundamentales. Claro. Nuestra Presidenta “Coraje” no va a dejar sus principios tampoco en la puerta de la Casa Rosada, a ella le toca un período más difícil que el que me tocó a mí y a Daniel. Primero, porque yo tuve la suerte de tener un Vicepresidente. Cristina no la tiene. Esto es muy importante. ¿Se imaginan con esta crisis internacional, tener a un Vicepresidente que llegó con uno armando listas opositoras, ésa es la lealtad, la integridad moral que marca este país? Pero esto es lo que pasa en este país hoy. Yo, Daniel, por eso te agradezco, pero también para que los argentinos tomemos como ejemplo, que la consecuencia, la lealtad institucional, el llevar un proyecto adelante y demás, tienen que ser cuestiones fundamentales, no hay que tratar de llegar de cualquier manera a un cargo. No sirve eso. Lo fundamental, lo fundamental es llegar con principios y con ideas. Segundo, que a mí me tocó sacar al país, con Daniel, en su conjunto del infierno. Cristina tiene ahora que cualificar las políticas institucionales, calificar la calidad del empleo, y la redistribución del ingreso. Nosotros no queremos una Argentina, como pasa en otros países del mundo –Latinoamericanos inclusive- donde los ricos cada día son más ricos y los pobres se quedan abajo. Nosotros queremos recuperar la movilidad social ascendente, con una clase media que se consolide, y una clase trabajadora que se consolide. Pero con el pensamiento que el hijo del trabajador de hoy es el universitario o el industrial del mañana. Que todos tienen las mismas posibilidades.

¿Qué les quiero decir con esto? En la vida hay que tener ilusiones, sueños. Nosotros no necesitamos tener una dirigencia que lo único que le importa es saber cómo se abraza al establishment. Nosotros necesitamos una dirigencia que gobierne al establishment y a todos los argentinos (…) No les da el derecho a la impunidad. El derecho (…) obligación a responder y a ser un buen ciudadano es de todos los argentinos. Pero del derecho a tener sueños e ilusiones, también. Ya no puede ser que el que porque más plata tiene es el que tiene que tener más posibilidades. Lo más importante es que el que tenga y el que no tenga, tengan las mismas posibilidades, para que el más inteligente, el más trabajador sea ése el que realmente sobresalga con fuerza en la sociedad argentina. Y esto es muy importante, porque cuando a uno le premian el estudio; nosotros nos acordamos, cuando nuestros viejos, cuando éramos pibes, llegábamos con la nota del primario, del secundario, de la universidad, y la alegría de la vieja y del viejo por la nota que sacábamos, y cómo se peleaba el viejo y la vieja para que uno pueda ir adelante, que pueda tener un mejor destino que el que tuvieron ellos, un mejor futuro.

Yo siempre recuerdo que el 26 de mayo del 2003 en la Plaza, un señor me paró y me dice “qué Argentina tenemos, doctor”. Llena la Plaza, pero era la Plaza más triste de la historia. Porque estaba llena de desocupados, gente con los brazos caídos, gente que había perdido sus ahorros, me decía, “esta Argentina está al revés de aquella Argentina de hace 40 años atrás, 50”, “acá, mis hijos y mis nietos van a estar peor que yo, vienen a vivir a mi casa, porque les rematan la casa, por las hipotecas”; todas esas cosas que nosotros fuimos levantando, y que tantas viviendas hicimos, y tanta gente evitamos que sean rematadas sus casas por esas hipotecas que se fueron generando durante todo ese tiempo”. Y me decía eso, y yo creo que nosotros de a poco estamos volviendo a la idea, que es fundamental, de que nuestros hijos tienen que estar mejor que nosotros. Que el derecho al sueño y a las ilusiones los tenemos todos. El derecho a la movilidad social ascendente lo tenemos todos. El derecho a consolidar una clase media, nuestra clase media que llega junto a la clase trabajadora en una alianza estratégica, el pulmotor concreto del desarrollo global del país. Nuestra clase media tiene que darse cuenta que antes de haber sido clase media perteneció a la clase trabajadora. Y tiene que entender con claridad que sus intereses están con el conjunto de todos los argentinos y no con el establishment, que la suele usar, a veces, para obtener sus objetivos, y después es a la primera que castiga. Fíjense ustedes, usó para consolidar a algún sector de la clase media argentina, el modelo represivo del ’76 de Martínez de Hoz. El modelo neoliberal, con ese famoso uno a uno que nos engañaron, es cierto, y que muchos argentinos creímos y creían que se podía llevar adelante.

Entonces es fundamental que los argentinos vayamos construyendo el campo de la Nación entre todos. Entre los intelectuales, los estudiantes, pibes, pibas, los investigadores. ¿Se acuerdan ustedes cuando hubo un Ministro de Economía que le dijo a una científica que protestaba pidiendo los elementos para recuperar la capacidad investigativa en la Argentina, que un país que no investiga, que no estudia, que no tiene proyecto científico, tecnológico, no tiene futuro estratégico? Le dijo: éste va a ser un país de servicio, el mundo ya está dividido en el trabajo y en el rol que tiene cada uno, así que usted, mejor, colóquese un delantal y vaya a la cocina. Esto no es despectivo, que uno se ponga un delantal y vaya a la cocina; pero si tenemos un científico, o una científica que puede aportar su investigación, es terriblemente doloroso que la castren de esa manera, y que castren la posibilidad de construir un país diferente.

Estas son las cosas que fueron sucediendo. Y nosotros aspiramos a que el año del Bicentenario sea el gran año de la Argentina, el de la consolidación definitiva. ¿Hacia dónde vamos? Vamos a consolidar un modelo de industrialización, agro-industrial, con valor agregado, vamos a consolidar un país con mucha infraestructura, porque eso nos da capacidad turística, capacidad de crecimiento, capacidad de desarrollo económico. Vamos a un país donde podamos construir definitivamente un autopartismo nacional, que podamos construir el automóvil argentino, el avión argentino, que empecemos a desarrollar todas nuestras potencialidades para interrelacionarnos con el mundo, que es central y fundamental; vamos a un país para consolidar la educación; el 6 por ciento del Producto Bruto Interno está destinado a la educación; queremos docentes que estén bien remunerados y que también tengan la posibilidad de estar bien capacitados, preparados, para que cada día tengan mayor capacidad de formación para poder formar mejor. Pero la educación es fundamental, es imposible construir un país que no tenga consolidadas sus bases educativas y un proyecto educativo, porque ese proyecto educativo va a marcar la columna vertebral del país que nosotros queremos construir en este mundo, que hay que hacerlo con autonomía en la globalización, pero sin desconocer qué mundo es el que estamos viviendo. Fíjense la crisis internacional que tenemos. Un país que esté bien administrado, un país que tenga las reservas, relación-reservas como la que tenemos hoy, un país que se siga desendeudando, un país donde el trabajo sea premiado, la investigación premiada, un país donde los sueños y las aspiraciones de los argentinos se vayan concretando con trabajo y con esfuerzo. Eso es lo que quiere nuestra Presidente “coraje” Cristina. Ella, si hubiera sido concesiva con algunos sectores por allí la estarían aplaudiendo, por ahí no saldrían algunos a protestar intempestivamente. En la Democracia se debate, en la Democracia se discute, en la Democracia todos valemos iguales, no vale más el que más tiene y menos el que menos tiene. Somos todos argentinos y todos valemos iguales, es central y esencial. Pero la Presidenta piensa como piensa Daniel, Gustavo, y la mayoría de los argentinos.

Yo, honestamente, sí tuve miedo alguna vez en la vida. Allá por el ’76, cuando vivimos la represión tremenda y absurda en la Argentina, dolorosa, para consolidar ese proyecto neoliberal que después tuvo su semejanza en los ’90. Pero lo de hoy me parece trágico-cómico, pareciera ser como si hubieran cambiado los tanques por algunos tractores, en vez de meterlos a trabajar en el campo, ponérselos enfrente a la gente. Duele realmente que hagan este tipo de cosas, yo los llamo a la reflexión. Estamos debatiendo, tenemos una elección por delante. ¿Por qué esa intransigencia, por qué ese “o me dan lo que yo quiero, o rompo todo”? Nunca se construyó así un país, todos tenemos que ir resignando un poquito para hacer un país que nos contenga a todos. Todos tenemos una verdad relativa para tener una verdad superadora que nos contenga a todos. Nadie es perfecto, ni los unos, ni los otros, ni aquel sector, ni este sector. Por eso, yo les digo que duele verlos, pero no por nosotros, si no porque es muy importante darle el valor a la democracia y a la palabra “convivencia”. Nosotros desde acá vamos a seguir llamando a la convivencia, pero defendiendo fuertemente el proyecto en el cual creemos. A nosotros no nos interesa ganar una elección de cualquier manera, no nos interesa ganar una elección claudicando las ideas, no nos interesa ganar una elección arrodillándonos, no nos interesa ganar una elección dejando desvalidos a los que más nos necesitan que son el conjunto de los argentinos, nuestros trabajadores, nuestra clase media, nuestros empresarios nacionales, nuestros industriales, nuestros trabajadores, productores y demás. No nos interesa ganar una elección, como dijimos, dejando en la puerta de la Rosada o de cualquier lugar, los principios. Nos interesa cambiar la Argentina, que sea una Argentina más justa, más equilibrada cada día, que vaya sucediéndose para ir construyendo el futuro.

Por eso, desde acá de Cañuelas, querido Gustavo, abrimos los brazos, llamamos al amor y a la convivencia. Si quieren pegar acá, acá está la otra mejilla, como dice Nuestro Señor, no tenemos ningún problema. Estaremos con la firmeza de la paz. Hoy me decía un amigo periodista… porque yo digo siempre “cierta prensa”, es verdad, cierta prensa que le cuesta decir que estamos prácticamente ganando en 18 provincias en todo el país, hay dos que estamos muy cerquita, que nos está yendo muy bien; cierta prensa que va la Presidenta, lleva inversiones muy importantes para todos los lugares, y por allí salen 30, 40, 50 -es lógico en democracia, si lo hacen en paz lo pueden hacer tranquilamente,-a protestar, y tratan de tapar lo que se hace, porque esa cierta prensa tiene otros intereses por los cuales velar, que son absolutamente distintos a la emocracia y a las necesidades del conjunto del pueblo. Ustedes se van a ir dando cuenta paulatinamente cómo es todo esto del los intereses y cómo se mueven. Yo también los llamo a que reflexionen y que hagan una clara explicación, un claro análisis de lo que va sucediendo. Esto es muy importante también para la consolidación democrática.

Gustavo, la Presidenta y Daniel junto a vos, están haciendo inversiones muy importantes en Cañuelas. No tengas ninguna duda que en la etapa del Bicentenario van a ser mucho más importantes. Porque este plan no es un plan coyuntural, es un plan estratégico. La decisión de desarrollar globalmente la Argentina, con un concepto de inclusión social, con un concepto de igualdad de posibilidades, con un concepto de desarrollo integral, con un concepto de un país que se vaya consolidando definitivamente, para que al cabo de tres o cuatro décadas, cuando miremos hacia atrás, podamos mirar los que nos toca vivir este tiempo de la historia, valga la redundancia, este tiempo histórico de los argentinos, o este tiempo de la historia de la Argentina, y podamos decir que nuestro paso no fue en vano, que fuimos haciendo muchas cosas. Seguramente, cuando nosotros decimos “nosotros hacemos”, claro que hemos hecho, pero falta tanto por hacer.

Yo les quiero contar, que cuando voy a las caminatas, salgo a caminar y me encuentro con miles de argentinos, ellos me van contando todas las cosas que se hicieron, y muchos me van diciendo las cosas que faltan. Y yo digo qué mal hemos llegado a estar los argentinos, con todo lo que hemos hecho. ¿Ustedes saben todo lo que falta todavía, en servicios básicos de cloacas, vivienda, agua, en lo que hace a la calidad de vida apenas a 20 kilómetros del Obelisco? Es decir que uno se retempla el espíritu y dice hay que trabajar, no 24, si no 48 horas en 24 por día para seguir levantando a la Argentina y seguir administrando bien. Porque es verdad que se ha hecho mucho, pero nosotros tenemos que ser bien humildes y tener una clara visión de la realidad, y ese contacto con la gente para mí es excepcional. Y hacer todo lo que podamos hacer para que cada día falte menos, pero más que siempre va a faltar, pero que cada día nuestra gente tenga mayor dignidad. Falta muchísimo, muchísimo por hacer, por eso no hay que perder tiempo, no hay que retroceder inútilmente en peleas que no nos llevan a ningún lado.

Por eso, desde acá, desde Cañuelas a todos los argentinos, desde este querido Intendente, gran Intendente de Cañuelas, desde este querido Gobernador, desde acá les abrimos los brazos a todos los argentinos, desde acá les decimos que estamos absolutamente convencidos por el camino que estamos transitando. Que seguramente que de 4 cosas que hacemos, de 10 cosas, nos equivocaremos en 6 y haremos 4 bien. Que intentaremos corregir aquellas que estamos haciendo mal. Que no venimos a mendigar apoyo ni mucho menos. Lo que venimos a decir permanentemente a cada argentino, esté despierto, esté con la conciencia despierta y tenga buena memoria. Y cuando esté en la cola, ese día, el 28 de junio, ponga el oído finito, y acuérdese ese ruido del helicóptero, cuando se fueron y nos dejaron solos. Acuérdense, porque la falta de memoria nos trajo muchos dolores de cabeza. Querido Cañuelas, muchas gracias, muchas gracias por compartir este momento. Muchas gracias por este día, muchas gracias por recibirme allá en el 2003, y nuevamente un fuerte saludo de nuestra Presidenta. Muchísimas gracias. (Agencia Paco Urondo)

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