Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Página 12 y El noticialista, gentileza Eduardo Gianini) En el momento de jurar como Presidenta de los argentinos, Cristina anticipó que, seguramente, a ella le iba a resultar más trabajosa su función por el hecho de ser mujer. No pudo avizorar, entonces, hasta qué punto la presidencia iba a convertirse en una misión imposible. No sólo por su condición de mujer, No por victimizarse detrás de una identidad devaluada, sino por ser mujer a su manera. Mujer sin atenuantes que ejerce sin atenuantes el Poder. Hay en eso algo más que una cuestión de estilo. “Mujer sexy en el máximo poder de la Nación” es un problema de estructura. Y tal pareciera ser que esa característica despierta un plus de odio. Se vuelve insoportable. De modo tal que esa ira visceral no se explica sólo como reacción a una política equivocada o respuesta indignada por la desilusión o la defraudación, no se agota en las razones.
Lo insoportable se funda en la evidencia de una mujer sexuada que ejerce el Poder sin disimulo: que no apela a los estereotipos maternales que pudieran dulcificar su gestión. En ella, ese amor hacia los hijos no se vuelve virtud pública. Cristina renuncia a una abnegación que bien pudiera aligerarla y, así, tomar distancia de un modelo Bachelet o de un modelo Ángela Merkel, tan protectoras, ellas; tan maternales, tan trajecito sastre, tan antídoto contra la lujuria. Lejos de instalarse en el camino de una reina madre, de una reina virgen, elude ese otro prejuicio patriarcal que supone a las mujeres tontas pero sabias para la intriga y, sobre todo, expertas en el usufructo vicario del poder masculino. No es una Isabelita, ni tampoco una Evita, gorrión del General, que vive sólo para él y por él y que, llegado el caso, renuncia a los honores pero no a su puesto de lucha.
Cristina no es una Hillary Clinton frustrada en el momento de dar el gran salto. Tampoco una Margaret Tatcher o una Golda Meier virilizadas por la función y administrando el poder de la misma manera que pudiera hacerlo un hombre. Cristina es una mujer sexualmente atractiva, que tiene hijos y tiene marido. (No un príncipe consorte ni un padrino protector). Y, además, ejerce el Poder Supremo de la Nación y no elude, no seduce, no apela a las “malas artes” femeninas, no se refugia detrás de los varones poderosos y, para colmo, levanta el dedo como Lenin. Ella ejerce el Poder y nos hace saber en cada momento quién es la que manda mientras genera como respuesta ese interrogante airado de “¿Pero quién se cree que es?” Y no se trata de una creencia ni de un problema ontológico. Ella no es pero sabe muy bien que está en el ejercicio de la Presidencia de la Nación y… nos lo recuerda.
De modo tal que no son los enemigos los que cuentan. Después de todo ¿qué político no tiene enemigos, adversarios, contrincantes? Pero esa ira irracional que le hace perder la compostura a la gente “bien”, ese exceso de indignación, ese “no me la banco”, “no la soporto”, “la detesto”, viene de otra parte. Ese plus de odio habita en aquellos que se sienten agraviados, testigos involuntarios de valores mancillados. Son las consecuencias, inevitables, de una estructura patriarcal resentida en sus cimientos cuando una mujer sexy, no madre, no puta, no macho, nada tonta, se ubica en la punta de una pirámide jerárquica.
El autor es Psicoanalista (Agencia Paco Urondo)
Un presidente que vive peleado con todos
Hace 1 hora
Es pertinente aclarar que para Proyecto Sur, la banca financiera, la usura y las empresas multinacionales depredadoras del medioambiente y la vida humana, que hacen uso y abuso por estas tierras de la explotación depredatoria, son “el enemigo principal”. Asimismo, sería bueno revisar eso de “los discursos violentamente dicotómicos” que achaca a Proyecto Sur, siendo los Kirchner los que apelan a este recurso, y peor aún, lo hacen mal, forzando alineaciones políticas erróneas. Pero no es este el tema aquí.
ResponderEliminarhttp://www.infosur.info/n/vacunados-contra-la-impunidad.html
AGUSTIN BUZIO.
MUY BUENO LO DE VOLNOVICH. POR FIN ALGUIEN DEL PSICOANALISIS ARGENTINO, QUE SUELE SER COLONIZADO, Y HABLANDO EN LENGUALES LENGUAJES CRIPTICOS, SE ATREVE A ESTA CARACTERIZACION QUE DESDE UNA PERSPECTIVA DE CRITICA DE LA VIDA COTIDIANA, AYUDA A ENTENDER LA OPOSICION "CLASEMEDIERA" A CRISTINA. SALUDOS: HUGO GARCIA - PARANA - ENTRE RIOS
ResponderEliminarExcelente el articulo del psicoanalista.Sin fisuras, fantastico.
ResponderEliminarExcelente el artículo "La presidenta sexi". Es la cualidad que más valoro en la Presidenta: que es capaz de ejercer el rol, sin dejar de ser ella misma.
ResponderEliminarQueda claro que para el autor la presidenta es sexy.
ResponderEliminarA partir de lo que es posible concluir dos cosas:
- el autor del artículo está en mala racha con las mujeres (aunque para gustos ...)
- lamentablemente para los intereses argentinos la cualidad más destacable de la presidenta es su supuesto atractivo sexual.
Pero podría ser peor. Sí, sería peor si el autor del artículo encontrara sexy a la Sra. Bachelet o la Sra. Merkel.
O podría ser incluso peor, si algún despistado cree que puede constituir un valor alguna de las supuestas cualidades de la presidenta que menciona el autor.
Bueno Volnovich ignora que hay quienes despreciamos a Cristina Kirchner tanto como a Hugo Moyano (hoy CGT ayer Triple A) a Osinde, Ruckauf, a Triacca, a Lacabane, a López Rega, a Lastiri, a Casildo Herreras, a Jorge Antonio, a Firmenich, a Osinde, a Massera, a Isabel Perón, a Eva Durate (el primer cuadro político en fugar dinero a cuentas en Suiza) no la despreciamos por las razones que cree descubrir Volnovich que practica una hermeneútica de unidad básica, sino porque son una banda de facistas y ladrones; es decir porque son peronistas. ¿Odio? nada de odio, no se puede odiar a la hez de la canalla. Solo se la desprecia a lo sumo y cada tanto, cuando se superan, se siente asco por el General y sus cómplices.
ResponderEliminarPreferir el prejuicio (es decir la ficción) a la realidad en el caso del facismo es un rasgo distintivo. Así quienes mueren de hambre en Cuba son considerados habitantes del paraíso socialista, así el mayor ladrón de la Argentina era llamado el Primer Trabajador... así ad náuseam. Sorprende sin embargo la capacidad inventiva de este hermeneuta del movimiento nacional cuando califica de mujer atractiva a la reina del botox y poseedora de macetas en lugar de pantorrillas. Evita era una facista corrupta pero pero tenía sex appeal, contrariamente, salvo por el célibe Volnovich la Excelentísima no le mueve un pelo a nadie.
ResponderEliminarQUÈ ODIO QUE TENÈS HERMANA/O ANDÀ AL PSICOANALISTA. ja!
ResponderEliminarHay me calienta la presidenta
ResponderEliminarescuchando a Cristina yo mesturbo en la tina