Rafaela(Agencia Paco Urondo) (Diario La Opinión 12/05/10)
Sr. Director:
Me permito en estas líneas ampliar, redundar, concordar y también discernir acerca de lo que en este mismo espacio se ha tratado con respecto a lo que concierne a los medios de prensa y su relación con la esperada nueva ley de medios de comunicación audiovisual en nuestro país.
Lo hago desde la óptica de quien transcurre sus días en la tarea de comunicar y difundir información desde un pequeño medio de la zona y por lo tanto viviendo también "desde adentro" la situación mediática y cultural actual.
Resalto lo de mediática y cultural porque justamente es a donde la Ley de medios audiovisuales de la democracia apunta (y pregunto, sin ofender, ¿saben del contenido de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?).
La mentada ley busca la instalación de un nuevo paradigma de transmisión de contenidos, a revalorizar, dignificar y reconocer el trabajo social, el verdadero, el del servicio, que brindan centenares de radios y unos pocos canales de TV a lo largo y ancho del país.
Esos medios que se ocupan de los chicos que a veces no pueden ir a la escuela, de que les falta alimento, o contención emotiva, o que organizan actividades artísticas barriales, actuando en facetas que creo deberían ser un rol asumido por los gobiernos, y que se ocupan de los temas que atañen a la vida de su comunidad y no de lo que ocurre en las grandes urbes tan lejanas como "el país" que venden los grandes medios.
Ahora quiero referirme a la sistemática oposición por parte de los grupos corporativos que manejan medios de difusión, que sostienen que el contenido de la Nueva Ley de Medios no fue consensuado.
En esta reglamentación ha trabajado mucha gente. Profesionales de la comunicación, representantes de medios comerciales, comunitarios, organizaciones sociales, sindicatos, partidos políticos.
Sería largo enumerar a todos los que participaron del armado de la nueva ley, presentada a instancia de la Presidencia de la Nación, pero con más de 200 modificaciones en su contenido, a instancias de las más de 300 organizaciones sociales que desde 2004 forman parte de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, en una lucha popular iniciada allá por 1983.
Hasta aquí, en nuestra zona, en Rafaela, se charló y se debatió previamente la nueva ley.
Si esto no es pluralidad, realmente no sé de qué estamos hablando.
Aquí y ahora estamos viviendo un momento de cambio en el modo de transmitir los contenidos, y no me refiero al soporte tecnológico, sino a la posibilidad de que más medios, pequeños, comunitarios, barriales, sin la parafernalia y pomposidad de las grandes empresas que con justeza se los puede tildar de "monopólicos" (la palabra se ajusta a la realidad), estén en un plano de igualdad legal.
Ahora, ¿a qué me refiero? A la posibilidad de obtener licencias por mérito a los contenidos que difunde (programación local, servicio comunitario), por el grado de actividad comercial del medio (aquí no podemos poner en un mismo nivel a una "empresa corporativa" junto a una radio FM de un pueblo pequeño como sucedía hasta ahora en las normativas que reglamentaban la radiodifusión en nuestro país) y también para difundir las actividades de grupos que no tienen como fin el comerciar al utilizar un medio de comunicación.
Por eso se notan las diferencias, no nos engañemos, acá hay otro país, un tanto oculto por quienes concentran las mayorías a través de la mayoría en los medios, manipulando, distorsionando y haciéndonos ver sólo las sombras de una realidad que sin lugar a dudas es otra.
El Gobierno nacional vigente ha dado lugar al pedido de "miles" de personas involucradas en pos de poder hacer uso de eso que denominamos "libre expresión", pero para poder tener libre expresión debemos tener el uso de los medios.
Es una ecuación sencilla.
Si hay gente que no le gusta el color del pelo de la Presidenta o su estrategia en el manejo de la economía, eso no lo discuto, sí defiendo la aplicación de la Nueva Ley para los medios de difusión, eso sí, y con convicción.
No mezclemos, no faltemos el respeto a las personas e instituciones que han dado mucho de sí para lograr una sociedad más equilibrada, en este caso desde lo comunicacional.
Porque cada vez que escucho o leo que alguien "tiene miedo por lo que pueda suceder si opina contra la nueva ley", siento que se nos está faltando, y mucho, el respeto a quienes venimos sosteniendo este cambio de concepción, de que la "Comunicación" no debe ser considerada como una mercancía más, y que defendemos la expresión libre con inclusión social, comunicación como derecho humano, más allá del gobierno que esté de turno.
Si dejamos que el libre comercio siga dominando el espectro de la radiodifusión no veremos más que dominio del sector más fuerte en lo económico, y la palabra igualdad estará cada día más vacía de su significado.Por todo esto: la nueva ley debe aplicarse ya. Justicia e igualdad.)(Agencia Paco Urondo)
viernes, 14 de mayo de 2010
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