Capital Federal (Agencia Paco Urondo) La empresa Youtube acaba de cerrar la cuenta donde teníamos cientos de videos, casi completa la película de Leonardo Fabio Sinfonía del sentimiento en una coleccion de fragmentos de 10 minutos que llamamos Historia del peronismo y que muchos sitios web reprodujeron hasta hoy; un video con la voz e imágenes de Pablo Neruda que había alcanzado 1.300.000 mil visitas (sí, un millón trescientas mil visitas) y otros documentos para nosotros y nuestros visitantes muy valiosos, acumulados desde el año 2006. Y de yapa 1700 suscriptores. La cuenta en Youtube la abrimos hace más de 3 años a los efectos de reproducir videos, nuestros y ajenos, en el sitio.
El motivo del cierre es haber subido (¡hace dos años!) un fragmento de la película Looking for Fidel. Esta es la comunicación:
This is to notify you that we have removed access to your video, Oliver Stone -Looking for Fidel, as a result of a notification by egeda claiming that this material is infringing.
No es que le a Youtube le llevó 2 años descubrir la infracción, es que recién ahora la empresa dueña de los derechos de autor de la película le ha pedido a Youtube el retiro del video. La política de Youtube es realizar una advertencia, si verifican una segunta infracción directamente cierran la cuenta. En nuestro caso la primera advertencia nos la había hecho hace unos años por un video con fragmentos de un especial de Canal 13 sobre el terrorista Astiz.
Aunque en cierto modo resulta muy reconfortante victimizarse desde una épica cuasi romántica batiendo el parche de la censura o la persecusión ideológica, no iremos a caer en ese engañoso consuelo. La realidad es más patética. Youtube, empresa capitalista, está presionada por otras empresas capitalistas, que amenazan con acciones legales si algún anónimo usuario de Youtube pretende socializar sus productos sin pagar sus ganados y sacros derechos de autor. Y Youtube entonces oficia de censor. En realidad es parte del engranaje que propicia la sacralidad y defensa de la propiedad privada sobre productos intangibles o intelectuales como las imagenes de un video. La propiedad privada, todo el mundo lo sabe, es intocable, mientras subsista el mezquino, angurriento y miserable sistema capitalista no queda otra alternativa que ajustarse a sus normativas. O hacer una revolución, claro. Aunque esto último es un poquito más difícil que trasgredir las normas de una empresa norteamericana.
No sirve la puteada. No sirve la indignación. En nuestro caso lo que nos haría falta es disponer de suficiente espacio de almacenamiento y reproducir videos desde nuestro propio servidor. Obviamente no podemos hacerlo porque no somos una empresa comercial y por ende carecemos de recursos para ese emprendimiento, el sitio apenas se autofinancia con publicidad privada. Y aunque recibimos muchos elogios por los contenidos nadie nos banca ni subsidia. No se puede utilizar gratarola un servicio privado norteamericano como Youtube, transgredir ingenuamente sus normas y después quejarse si nos tratan mal. A las empresas comerciales con fines de lucro, como corresponde en todo buen capitalismo, no les interesa otra cosa que el dinero y evitarse problemas legales.
Pero aún en el capitalismo Internet es un vasto universo donde la propiedad privada está en permanente discusión. Si tuvieramos los videos en nuestro servidor los dueños de los derechos lo pensarían dos veces antes de emprender una amenaza de acción legal desde otro país por un videíto de morondanga. En todo caso habría una notificación vía email con una solicitud de levantar el material, notificación que evaluaríamos y le daríamos bola si se nos canta, o si así nos lo sugiere un asesor legal. Pero otro sería el cantar.
Lo que nos pasó con Youtube es producto de la dependencia económica y tecnológica. Nos pasa porque somos pobres y no podemos contar con una estructura de servicio para albergar 10 Gb de espacio exclusivo para videos y tasa de transferencia ilimitada. No es ni siquiera un problema ideológico, en el fondo es un simple, brutal y castrófico problema de recursos económicos.
Seguiremos buscando espacios alternativos, metiéndonos en cada hendidura que la mano invisible del mercado aún no haya tocado, seguiremos usufructuando las inmensas posibilidades gratuitas de Internet para socializar conocimientos, pero somos conscientes que en el contexto mercantilista la única salida posible es salir del capitalismo de subsistencia. O sea de la pobreza. Y unirnos con otros en una sociedad de pequeñas fuerzas unificadas a fin de confrontar con los poderosos. Y claro, hacer la postergada, la deseada y anhelada revolución que hace falta. Porque cuando seamos capaces de hacerlo ya no habrá dueños y las cosas serán de todos.
"Ahora andá a cantarle a Oliver Stone", seguramente pensó el empleado de Youtube cuando hizo clic para cerrar nuestra cuenta.
www.elortiba.org
Lic. Alberto J. Franzoia
albertofranzoia@yahoo.com.ar
Director General del Cuaderno de la IN
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Director General del Cuaderno
de la Ciencia Social
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(Agencia Paco Urondo)
Un presidente que vive peleado con todos
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