lunes, 3 de mayo de 2010

Chicha Mariani: "Pedí el cruce de los análisis de Marcela (Noble) con mi nieta y se armó una gran tormenta"

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, por Diego Ursini y Federico Vulcano, para Revista del Movimiento Octubres y La Rosca) Dos días antes de recibir el Honoris Causa de la Universidad Nacional de La Plata, y un día antes de que el juez Conrado Bergesio fuera apartado de la causa que busca desentrañar la identidad de los hermanos Felipe y Marcela Noble Herrera, hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, Isabel "Chicha" Mariani recordó los tramos más sobresalientes de la búsqueda de su nieta, Clara Anahí. Por qué cree que Marcela Noble puede ser su nieta, desaparecida en 1976. Cuáles fueron los indicios que la llevaron hasta Clarín. La postura de la Iglesia frente al drama de su familia. El rol de los medios y el periodismo. Cómo interpretó el mensaje de Felipe y Marcela por televisión.

- ¿Cómo recuerda el día del ataque a la casa de su hijo?

El 24 de noviembre de 1976 a la una del mediodía fue el ataque. Lo asombroso fue que dos días antes habían atacado dos casas en La Plata, emblemáticas. Fue como un momento de exterminio. La primera casa fue la del matrimonio Berardi Grau donde sólo se salvó el nene que lo pasaron por arriba de la pared los vecinos. Al matrimonio lo mataron, ella enbarazada de 9 meses. También atacaron la casa donde estaba reunida la conducción de Montoneros y mataron a 8 personas. Dos días después destruyeron la casa de mi hijo.

En tres días se hizo una matanza en La Plata y se difundió el miedo que sigue hasta el día de hoy. La gente no quiere hablar de ninguno de los 3 casos. Recién algunos vecinos empiezan a atreverse ahora a decir algo.

- ¿Cómo fue "el después" del ataque a la casa de su hijo?

Recuerdo la primera navidad donde mi hijo (muerto meses después) tuvo que pasar a la clandestinidad. Mi marido estaba en Europa, y mi madre y yo estabamos esperando la navidad solas. Tenía amargura y desesperación sin mi hijo, sin mi nuera y sin la nena, no sabiendo que hacer.

Mi madre al mediodía del 24 me dijo: "¿No vamos a armar el pesebre?" Ese pesebre eran unos muñequitos que había preparado mi hijo cuando tenía 7 años y que yo se los cociné en cerámica. Yo me quería morir porque no quería nada, ni vivir. No hubo más remedio que sacar el pesebre y armarlo para nosotras dos. Fue terrible y todos los años depués también lo fueron.

Esas ausencias no se cubren con nada, no se tapan con nada, lo único que una quiere es meter la cabeza abajo de la almohada y olvidarse del mundo. Generalmente no se habla de estas ausencias en momentos claves como los cumpleaños, la muerte de otros familiares, y los tradicionales festejos.

- Cada tanto, estas causas retoman vuelo, ¿cómo está viviendo estos días?

Yo no paré de buscar y nunca lo haría. Desde el primer día busqué a Clara Anahí porque estaba viva, porque no sabía qué iban a hacer con ella ni dónde estaba. No paré nunca de buscarla, así que no es novedad para mí nada de lo que pase, aunque de vez en cuando me llevo alguna sorpresa.

Investigué y fui a todos los lugares posibles, recorrí el mundo, fundé Abuelas con las que repartimos por el mundo las búsquedas. En el 89 me retiré, me fui enojada y no volví nunca más a Abuelas, de modo que después fundamos la Asociación Anahí que sigue hasta hoy vigente buscando.

Nunca sabés para qué lado uno va ni en qué confiar, así creamos con Abuelas el Banco Nacional de Datos Genéticos que sirvió para el todo el mundo. Creo que no me ha quedado nada por hacer en la búsqueda de Clara.

Ahora hubo más apertura en la búsqueda de los desaparecidos con este gobierno. Yo no tengo ninguna filiación política y soy crítica con todos los gobiernos. Con este también, pero reconozco la labor que han hecho en Derechos Humanos y la apertura para poder avanzar. Pero critico que ningún gobierno buscó a los niños, de la manera que fuera, con justicia, interrogando a los militares, como fuera. Los militares saben donde está cada uno y que se ha hecho con cada persona.

Si la presidenta como comandante en jefa de las fuerzas armadas se pone firme, ella tiene que tener respuesta porque se la deben dar por jerarquía aunque fuese. Eso ha faltado siempre. Yo creo que hubo mucho temor a los golpes militares en la época de Alfonsín que no hizo lo que esperábamos que hiciera, de Menem ni hablemos, y el resto es historia conocida.

Hoy hay una mayor apertura, pero yo en el fondo tengo temor de esta apertura, no vaya a ser que después se hagan muchos juicios y no todos porque llevarían años, que se vaya a intentar exigir una reconciliación, que aquellos que estamos afectados por las pérdidas irreparables que trajo la dictadura civico militar no podremos nunca perdonar. Yo no puedo perdonar que se apoderaron de mi nieta y la tuvieron 30 años no sé dónde y todavía no la tengo, le robaron la identidad y la vida propia, mataron al ser maravilloso que era mi nuera y a mi hijo. Ahora critican que no son 30 mil los desaparecidos y que son menos, yo creo que son más porque hay zonas donde no se ha buscado ni se ha sabido nada, como en el Norte del país. en el Chaco.

Yo tengo miedo de que se pretenda cerrar el pasado, que es lo mismo que esperar curar un cáncer con una gasa encima. La prueba está en la delincuencia actual, en el desorden, en la droga, que es fruto de la impunidad y de gente que quedó con su cabeza imbuida de conceptos que no son los que deben predominar en la Argentina: nadie es solidario y todo el mundo agrede.

Con la impunidad y la falta de justicia que hubo quedaron flotando semejantes crímenes.


- ¿Cómo vio el trabajo de los medios sobre estos temas en democracia?

En plena dictadura el diario La Prensa nos publicaba todas las solicitadas, diario dirigido por los Gainza. Máximo Gainza Castro, el hijo de Gainza Paz, estuvo en la casa de calle 30 mientras se la bombardeaba. Esto lo he sabido hace menos de un año. Cuando me puse a leer los 95 cuerpos de la causa Camps del año 84, que me parece que nadie la leyó, porque cualquiera me hubiera avisado que en ese bombardeo terrible de 4 horas estaba el director de La Prensa ahí, y lo dijo Camps al Consejo Supremo y figura en el expendiente. ¿Qué hacía ahí? ¿Quién lo llevó? ¿A qué fue a la masacre?

Lo han citado para que declare en el Juicio por la Verdad, iba a ir Gainza y después dijeron que estaba enfermo. Tiene un poco menos años que yo; si yo puedo seguir buscando el puede seguir hablando. No sé que va a pasar con esto. Me quema el alma y quiero saber si él sabe algo de Clara Anahí.

Yo tengo entendido que fue el policía Fiorillo el que llevó a Marcela Noble y que también sacó a Clara Anahí de acá, y me parece que puede ser ella. También puede ser otro, se habla de Rogelio Frigerio, de Magnetto, de Pirillo, todo eso está en manos de la justicia y tendría que salir.

Con respecto al periodismo, la mayoría calla. Yo entiendo que están en juego los trabajos, lo que alimenta a la familia de cada uno, se cuida. ¿Pero qué diferencia hay entre estos y los que callaban en la dictadura? En la dictadura si no te callabas te llevaban y te mataban, o te tenías que ir. Fue perseguido el periodismo. Hubo malos periodistas como Neustadt que se encargaba de lanzar leña al fuego, Grondona y algunos otros. Y hubo buenos periodistas que los mataron, como Rodolfo Walsh, o se tuvieron que ir.

Nos ha hecho retroceder tanto la dictadura que (a las víctimas de la represión ilegal) nos convirtió en seres difíciles de soportar. Hoy el periodismo sigue dividido.


- ¿Cuáles fueron los primeros indicios de que Clara Anahí puede ser Marcela Noble?

Como todos, lo primero que hicimos fue ir a la iglesia, fuera judía, atea, evangelista. Íbamos hasta donde podíamos llegar. Llegamos hasta el Papa que nunca nos recibió, pero le dejamos 15 carpetas con todos los testimonios de las Abuelas con cada niño desaparecido.

Monseñor Plaza nunca me recibió; sí los obispos auxiliares que me decían, en general, que conocían a mi hijo y a mi nuera y que se iban a encargar de conseguir a mi nieta. Cuando volvía tenían la cara seria y no eran las mismas personas, incluso Monseñor Montes me echó de la Catedral. Me dijo que la nena estaba muy alto y que no podían moverla de donde estaba, porque era gente de mucho poder y mucho dinero, y no se la podía tocar y que no la molestara a esa familia. Me dijo que rece, que tenga fe y me señaló la puerta. Hablé con él hace unos años. Vino hasta mi casa pero negó todo. "Si lo sabía, no me acuerdo", dijo. Esa fue una frase que repitió en el Juicio por la Verdad y cada vez que lo hemos llamado.

A partir de ahí seguí con la justicia, donde me llegaron voces de que no se podía acceder. Pasaron varios años hasta que Guillermo Patricio Kelly me mando a llamar y me dijo "que la buscara en Clarín", y eso fue más directo. Después me fui enterando de pequeños datos, por ejemplo, a los chicos los fueron sacando del país; (Ernestina Herrera) se los llevó un año a Suiza cuando asumió Alfonsín. Herrera de Noble ponía fotos de los chicos paseando por el mundo en Clarín en esa época y yo veía parecidos de mi familia en Marcela.

Con el tiempo supe que Juan Fiorillo, desaparecedor de Felipe Vallese, indicado como jefe de la regional de La Plata, había estado en la casa y en su auto subieron a Clara Anahí. Su segundo, Carlos García, que le dicen el Oso, un testigo que tardó 25 años en aparecer contó como un hombre grande morocho llevaba una nena en los brazos corriendo y la entregó en una furgoneta de la policía. Este testigo identificó a García como acompañante de Fiorillo en el auto que llevaba a la nena.

Me costó años demostrar que Clara salió viva, porque siempre inventaban cosas para decir que yo mentía. Yo vi el expediente de la adopción de los nenes de Noble y creí en su momento que era cierto en el 85 y dejé de buscar por ese lado porque las fechas no coincidían. Hasta que en un diario de La Pampa, Lumbre, salió publicada una entrevista al ex juez Roberto Marquevich (que llevó a Ernestina Herrera a prisión) donde dice que es absolutamente falso el título de adopción.

A medida que voy avanzando con los datos que tengo más me convenzo de que Marcela puede ser Clara. Pedí el cruce de los análisis de Marcela con mi nieta y se armó una gran tormenta y se tomaron análisis mal tomados, y no se cumplió con la Ley. No entré como querellante porque preveíamos que podían suceder cosas que van sucediendo.

Descubrimos que dos jueces, y uno más que ayudó, intervinieron en la entrega de uno de los nietos que desde Abuelas estabamos buscando y que apareció 26 años después. El juez Mitchell que está en la Cámara de Casación fue el que entregó a Simón Riquelo al hombre que había intervenido en el operativo que se llevó a su mamá presa, que lo buscó y pudo encontrarlo. Este juez dijo que no había intervenido en eso, nunca dijo quién lo tenía, hizo sufrir a esa madre y nunca dijo nada. El otro juez es Martínez Sobrino del Consejo de la Magistratura y es el que va a trabajar en el juicio por los niños desaparecidos en Capital Federal y va a dictaminar en los casos nuestros. Es tan absurdo. El otro juez es Allevato, que trabajó en la SIDE en la dictadura y después fue abogado tutelar, o sea que trabajaba con niños y muchas veces, en vez de darnos información, nos sacaba información.

- Hace pocos días tuvimos oportunidad de ver y escuchar a Felipe y Marcela Noble Herrera en televisión, ¿cómo los vio?

No son conscientes de que son víctimas, no lo ven así, no lo sienten así, o por lo menos no lo sentirán, como la mayoría de los hijos apropiados, hasta que tengan sus propios hijos, porque cuando los tengan van a tener la enorme necesidad de saber quiénes realmente son por sus hijos. Les van a aparecer preguntas de sus chicos cómo: ¿Y mis abuelos dónde están? ¿Por qué esto, por qué lo otro?

La otra manera de surgir desde ellos es que los padres adoptivos se mueran, entonces aparacen a buscar su identidad casi todos.

- Ellos pusieron en duda al Banco Nacional de Datos Genéticos...

Sí, claro. Eso lo sacan de lo que le dicen en su entorno. El Banco es lo único inamovible, seguro y que cumple con la Ley. Con respeto, Bergesio, no comprendo como un juez no cumple y viola la Ley, y nadie se atreve a tocarlo. Yo creo que si él tuviera un ápice de vergüenza y de honor debería renunciar en el acto a la causa. No sé como se mantiene, el poder es el poder. (UPDATE: El miércoles 28, un día después de la entrevista, Bergesio fue apartado de la causa)

- Después de salir de su detención, en 2002, Ernestina Herrera admitió que había hablado con los chicos sobre la posibilidad que fueran víctimas de la represión ilegal pero hace unos días ellos dijeron que no tienen indicios de que sean apropiados

Sí, están mintiendo. Andá a saber cuál de las dos partes, si los hijos o Noble. Buscan cubrirla, y es lógica la reacción porque la mujer da la impresión de que los crió con cuidados. Los debe querer y la deben querer. Por eso tiene que actuar la justicia rápido y bien, sin herirlos y con las preparaciones debidas. Pero están con la posición de que les van a hacer algo, que los van a obligar. Es muy sospechoso ese continuo negar, tapar, ocultar, debe haber mucho más que la apropiación atrás, aunque no sé que será.

Si es como dicen que no son hijos de desaparecidos, que se hagan el análisis y que les digan a todo el mundo en la cara que se equivocaron.

- ¿Cómo pueden vivir los argentinos la comprobación de que los hijos de Ernestina Herrera son hijos de desaparecidos?

Creo que sería sano para todos. Es lo que hace falta, verdades. Descubrir cosas que están tapadas, que hieren, que dan mal ejemplo. Yo creo que va a ser una manera de sanear muchas cosas. No las heridas de los que hemos sido despojados de nuestros hijos, pero sí correría el eje de la tremenda corrupción y falta de solidaridad que nos está invadiendo. Sería una manera de empezar a enderezar las cosas. (Agencia Paco Urondo)

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