Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Me llamo Hernán, me asumí como gay hace como 9 años, y desde ese momento, siempre me he fijado en hombres, hasta anoche. Mientras miraba por primera vez un programa de telefe que conduce Solita Silveyra, la que todos recordamos por su inolvidable “adelante mis valientes”. Lo cierto que esta vez, le toco entrevistar a nada menos la Presidenta de la Nación, digamos que la entrevista, para ser sinceros, fue un tanto mediocre, claro está, que no se podía esperar otra cosa de la protagonista de una novela de la tarde.
Pero más allá de las conclusiones que se pueden conjeturar respecto a las preguntas elegidas, el modo en que se llevó a cabo, al canal que se le otorgo la entrevista, lo que no se puede negar, es que conocimos, o al menos, conocí yo, una faceta hasta ahora no muy vista de la Presidenta.
Se la ve como simplemente una mujer como cualquier otra, que tiene el trabajo de gobernar un país, preocupada porque su hija no comparte la mesa con la familia, como cualquier ama de casa. A la vez que preocupada por la distribución del ingreso en nuestro país, reconoció que cuando ingreso por primera vez a las residencia de olivos, estaba “asustada”, así se lo hizo ver Nacha Guevara, hace no mucho tiempo. Demostró que instauró su impronta en la Casa Rosada, la cual esta más rosada que nunca, con un salón para la mujer argentina, dejo entrever que se sentía sola entre tantos hombres en el Palacio de Gobierno. No dudó en responder, que ella misma se informa, y que no recibe noticias filtradas.
Nos mostró su lugar de trabajo, desde donde toma las decisiones que seguramente nos afecta a cada uno de nosotros. Entre todo esto, Solita quiso saber algo de la intimidad matrimonial, a la que Cristina, con mucha clase supo esquivar tan molesta pregunta. Cuando se estaban yendo camino al Salón de la Mujer, la actriz le preguntó que hacia una botella de aceite de litro y medio “cocinero”, la presidenta, no oculto su sorpresa y vergüenza, y explico que había quedado del acuerdo de precios, y mostró que ella quería que el precio figurara en la etiqueta, para que en el interior no lo aumenten…
Ahora, ¿qué tiene que ver el título con la entrevista? Nací en los años oscuros de la dictadura, mi infancia mayormente la viví en democracia, recuerdo que en mi casa, había un afiche de Raúl Alfonsín, seguro que era el año 83, porque para el 87, ya no lo podían ni ver, jejeje. Híper de por medio, estuve esperando el menem-móvil en mi ciudad natal, Azul, provincia de Bs. As. Desde el techo de un ómnibus, ese hombre de patillas, le hablaba a la multitud de un pueblo del interior, de salariazo y revolución productiva, ganó, asumió antes del tiempo establecido por las normas vigentes; y gobernó durante 10 años y medio los destinos de mi país, en todo ese tiempo, yo transitaba mi adolescencia hasta mi juventud.
Terminé mis estudios secundarios de noche, porque durante el día trabajaba como sodero, cumplido este paso, me voy a estudiar a La Plata para ser Contador Público, luego cambiaría a Economista, más leía y más odiaba al menemismo, que era el peronismo gobernante, lo cual me llevaba a aborrecer dicho partido, y a todo lo que la década del 90 y el neoliberalismo propugnaba. Otro personaje nefasto que recuerdo y no puedo dejar de nombrar es Cavallo, qué tipo HdP. Recuerdo una frase de Neustadt “Cavallo lloró, pero plata para los jubilados no hay”, mi abuelito siempre la repetía, y se reía, tal vez con burla, tal vez con resignación. Lo cierto es que el murió en el 97, y nunca pudo tener una jubilación digna. Y ese año, él no votó, ya estaba muy enfermo, era mi primer voto y como si la urna fuera una posta, la dejó mi abuelo y la tomé yo. Con mi padre acompañándonos en ambos casos, cada elección, es un ritual en nuestra familia, que padre e hijo vayamos a votar juntos. Y fue que ganó la Alianza.
¡Cuántas esperanzas tenía, qué alegría de haberle ganado a la corrupción, al desguace de la Nación, a la pizza y champagne! Así llegamos al 99 donde volvió a ganar la flamante y prometedora Alianza, que en menos de 1 año gobernando el vicepresidente renunció en un escándalo bochornoso por supuestas coimas para la aprobación de una ley, que paradójicamente, hoy está vigente. A todo esto yo continuaba trabajando como empleado administrativo en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP y estudiando Licenciatura en Economía. Llegó el 19 de diciembre de 2001, y allí fui a cacerolear en la Plaza San Martín de La Plata, ya me había quedado sin trabajo. Al día siguiente partí de La Plata sin saber, que nunca mas podría volver a estudiar a esa ciudad. Fueron 2 años muy duros.
El país estaba en llamas, cacerolazos y cacerolazos, aunque no fueron televisados, pedían que Eduardo Duhalde, presidente ilegítimo, se fuera, y este no tuvo otro remedio que llamar a elecciones. El exfaraón claudicó de presentarse en una segunda vuelta que lo enterraría políticamente sin haberse momificado. Debo reconocer que no voté a Néstor, si bien le creía su discurso, no pensé que tendría el apoyo para gobernar.
Fue así que me vine a probar suerte a la Ciudad de Buenos Aires, en 2004. Recién este 2009 pude retomar mis estudios, pero esta vez para Licenciatura en Ciencias Políticas. En 2007 se presenta Cristina, a quien tampoco voté. Y me arrepiento, pero que apoyo con todo mi ser a ella, su marido y toda su acción de gobierno. Sin lugar a dudas, la admiro muchísimo, su capacidad oratoria, su discurso, sus exposiciones, claras y precisas. Gracias a ella, ley a Perón, gracias a ella conocí la doctrina Justicialista, que nada tenía que ver con los 90.
Y anoche me dí cuenta que es mucho más que admiración, no tengo dudas, es amor. ¿Cómo no amar a una mujer que respeta y admira a las Madres y Abuelas de plaza de mayo? ¿Cómo no amar a la única presidenta que desde Londres reclama por la soberanía de nuestras Islas y les pide perdón a los ex combatientes por todo el daño causado? ¿Cómo no amar a una mujer que se jugó por la verdadera distribución de la riqueza? ¿Que aumento a los jubilados? ¿Que estatizó las jubilaciones? ¿Que recuperó Aerolíneas? ¿Cómo no me voy a enamorar de la primera Presidenta que le reconoció los derechos de pensión a un viudo homosexual? ¿Como no enamorarme de un proyecto que me permitió seguir estudiando cuando el anterior me expulsó del sistema educativo? ¿Cómo no enamorarme de quien pronto nos sacara la ley de radiodifusión de la dictadura?
Así es Señora Presidenta, estoy enamorado de Usted. (Agencia Paco Urondo)
viernes, 29 de mayo de 2009
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