Capital Federal (Agencia Paco Urondo, en El Argentino) La virulencia de la crisis internacional está siendo enfrentada por la gran mayoría de los países mediante la aplicación de políticas anticíclicas, entre las cuales el acceso al crédito resulta una variable esencial, problema que tiene distintas dimensiones según se trate de los países centrales o de los países periféricos.En los países centrales, el congelamiento crediticio es la contraparte de la colosal crisis financiera por la que atraviesan, y su solución parte de resolver los temas acuciantes de los balances bancarios y de sus activos tóxicos.
En los países periféricos, la disponibilidad del crédito depende en mayor medida de factores domésticos distintos a crisis financiera global, aunque igualmente son impactados por ésta.Pero en todos los casos, las tasas de interés juegan un rol sustancial en la recuperación del crédito para reducir el impacto de la crisis de la economía real, porque no sólo se requiere mayor financiamiento sino que su costo sea adecuado. Aun en países desarrollados, que han aplicado fuertes bajas en sus tasas de interés de referencia, hay varias líneas crediticias que se resisten a reducir sus tasas. Un ejemplo claro es la preocupación del presidente de los Estados Unidos en tomar medidas relacionadas con el cobro de intereses extraordinariamente altos.
La portavoz de la Casa Blanca se refirió al interés del gobierno en “tratar el abuso en la industria de las tarjetas de crédito y la defensa del consumidor...”. Una baja en la tasa de financiación podría tener un fuerte efecto en la demanda agregada de la población.Más cerca de nuestro país, Brasil enfrenta también una situación tensionante respecto de las tasas de interés, a tal punto que se produjo el cambio del presidente del Banco do Brasil, de propiedad mayoritaria del Estado, por un nuevo directivo que, según el ministro de Hacienda, tiene una “misión específica, un contrato de gestión” que implicará “osadía en la liberación de crédito, reducción del spread y de las tasas de interés”. Estas decisiones se tomaron en función de las quejas del presidente brasileño por las altas tasas de interés que cobra la banca pública.
Las mismas preocupaciones por los elevados niveles de tasas de interés aparecen en la Argentina, dado que las tasas de préstamos se han incrementado sustancialmente, creciendo más aún que el principal costo del fondeo, los intereses por depósitos. Un cálculo de la evolución del margen financiero, comúnmente conocido como spread, puede ser obtenido por la diferencia existente entre las dos tasas de referencia, la Badlar, que es la pagada en bancos privados por depósitos mayores a un millón de pesos, y la tasa cobrada por préstamos a empresas de primera línea, una de las operatorias más baratas. Durante el año 2007, este margen se ubicó rondando el cero por ciento; a partir de la eclosión de la crisis internacional, este spread referencial se ubicó alrededor del 2,5%, para oscilar en torno del 5% entre junio y octubre de 2008, y subir un gran escalón a un excepcional 10% promedio hacia fin de ese año, junto con el aumento de las tasas de interés. La tasa pasiva bajó fuerte a partir de enero, la activa se demoró algo más, pero el margen aún no baja del 8%, una relación muy elevada y que encarece el resto de las líneas de préstamos.La situación es preocupante, puesto que se está en un virtual estancamiento de la atención crediticia, con elevados niveles de liquidez en las entidades y una escasa demanda de crédito, en parte, por las altas tasas de interés, pero también por la existencia de incertidumbre sobre la evolución de la economía doméstica y la crisis internacional.
Las respuestas desde los diversos grupos de entidades son diferentes: los bancos públicos evidenciaron un aumento de sus préstamos comerciales un 35% durante el 2008, del cual un 24% se produjo en el segundo semestre, período caracterizado por una intensificación de la incertidumbre aludida. Los bancos privados mostraron un incremento anual en el mismo ítem de sólo el 2%, mostrando una baja del 4,5% en el segundo semestre. En cuanto al interés aplicado, mientras que los bancos públicos financian capital de trabajo con tasas del 15% al 25%, ese techo es el piso de los privados.En este contexto, aquellas líneas con tasas promocionales generadas desde distintos estamentos del Estado encuentran demanda, dado que los beneficios observados por los tomadores son mayores a los riesgos eventuales. En este punto juega un papel importante que estos créditos promocionados sean efectuados a tasa fija. Y precisamente estas líneas que están ayudando a reducir el impacto de la crisis.
Un ejemplo es el mecanismo a tasa subsidiada de la Sepyme, en la cual se licita la tasa que se aplicará a la pyme. Aquellos bancos que deciden percibir menor tasa, lo cual se traslada en un menor costo a sus clientes y asociados, son los que resultan elegidos en la licitación. En el último llamado de la Sepyme se licitaron $ 200 millones, de los que resultaron adjudicados tres bancos de los diecisiete que se presentaron. Dos son públicos y uno cooperativo, bancos que además tienen una larga experiencia en licitaciones en este tipo de líneas. En estos días se conoció la oferta de algunos bancos privados para préstamos a pymes a tasas preferenciales, aunque lejos de las que pueden obtener los empresarios que acceden a la línea de la Sepyme. La existencia de líneas más baratas para pymes es importante, aunque la diferencia es significativa: mientras los préstamos a tasa menor financiados por los propios bancos no superan el año de plazo y se pueden aplicar a cualquier destino, los préstamos otorgados por el mecanismo de la Sepyme son hasta cinco años para las líneas de compra de bienes de capital y de proyectos de inversión.
En esta diferencia estriba el efecto anticíclico del financiamiento.Otro camino para allanar el financiamiento a largo plazo, resulta la nueva operatoria del Banco Central que estableció swaps de tasas de interés, operación mediante la cual se convierte una tasa de interés fija en una tasa variable. Se licita una tasa fija, digamos el 15%; si la tasa Badlar de bancos privados está por encima de esa tasa, el Banco Central le paga al banco tomador la diferencia. Si la tasa de mercado es menor, es el banco tomador quien paga la diferencia al Central. Eso permitirá entonces que los bancos puedan ofrecer tasa fija a sus clientes y asociados por plazos de 4 y 5 años, que son los adjudicados en la primera licitación, para aplicar a proyectos productivos y obras de infraestructuraOtras de las líneas importantes que existen son las licitaciones de la Anses, a través del SIPA, de plazos fijos para aplicar a préstamos con tasas muy por debajo de las de mercado, y que se destinan tanto a pymes y a otras industrias, como al consumo en variadas modalidades, persiguiendo un objetivo típicamente anti cíclico. En estas licitaciones el Banco Credicoop resultó adjudicatario del 9,3% de los fondos en pesos, y es el segundo banco privado en el ranking, luego del Banco Galicia.
Estas decididas acciones del Estado están configurando dos estrategias en el sistema bancario: aquellos bancos que aceptan aplicar tasas activas bajas para las empresas productivas, y aquellos en los cuales sus decisiones de rentabilidad le impiden sostener tasas activas bajas. En el primer grupo se ubican mayormente los bancos públicos, mientras que en el segundo se colocan los bancos privados. En el caso de Credicoop, que es un banco cooperativo, se ubica en el primer grupo, lo cual configura una decisión estratégica derivada de la doctrina cooperativa, y ratificada, entre otras acciones, por participar en Abappra desde sus inicios. Pero por ser un banco privado, Credicoop debe mostrar sustentabilidad a largo plazo, desafío que se logra manteniendo el concepto de entidad sin fines de lucro y habiendo creado el concepto de “rentabilidad necesaria”, que es aquella que permite que el Banco pueda mantener las exigencias regulatorias de capital y sostener sus planes de desarrollo a largo plazo a partir de la inversión en tecnología, sucursales y recursos humanos.Es una decisión empresarial, pero que tiene que ver con el espíritu cooperativo de compromiso con la comunidad, apoyando y participando de las acciones estatales que benefician en especial a las pequeñas y medianas empresas, que son nuestra principal masa de asociados.
A nivel macroeconómico, las acciones individuales, aunque estén comprometidas con una gestión de fomento de la economía, no cambian significativamente la situación. El sistema privado está centrado en la maximización de las ganancias, y es esta orientación la que determina en gran medida los altos niveles de tasas de interés. Por ello se requiere la sanción de una nueva ley de entidades financieras que consagre a la actividad como un servicio público, y establezca las regulaciones pertinentes para que las actividades de intermediación financiera se adecuen a las necesidades de los planes de desarrollo que diseñen los distintos gobiernos. (Agencia Paco Urondo)
Un presidente que vive peleado con todos
Hace 5 horas
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