Capital Federal (Agencia Paco Urondo)Esta mañana mi desayuno tuvo sabor amargo.
Visión 7, desde la pantalla de la tele, me anunciaba que vos, el poeta que allá por los setenta echaba leña al fuego de mi pasión militante y llenaba de visiones de futuro la Utopía en la que una generación entera se encontraba embarcada, habías dejado de estar entre nosotros para siempre.
Y me invadió la angustia. Y lloré. Como seguramente debe haber llorado tu "país triste y herido", tu "comarquita de veras", tu "patria pobre", al conocer la abrumadora noticia de tu muerte.
Recordé entonces tus palabras aconsejando que: "...El día o la noche en que por fin lleguemos, habrá que quemar las naves para que nadie corra el riesgo o tenga intención de volver" (por supuesto, con la salvedad: "...París, el whisky, Claudia Cardinale") y la pregunta desgarradora, en medio de una Tregua efímera e incierta: "¿Ustedes están conformes con esta vida?".
Y "así estamos, consternados, rabiosos...", como cuando vos tecleabas las "tres letras universales" de aquel nombre confesando: "...da vergüenza el confort, el asma da vergüenza".
El único consuelo en esta mañana templada de otoño en Buenos Aires es el de saber que "...donde estés, si es que estás, si estás llegando, será una pena que no exista Dios pero habrá otros, ¡claro que habrá otros! dignos de recibirte...".
Compañero Mario Benedetti: ¡Hasta la Victoria siempre!(Agencia Paco Urondo)
lunes, 18 de mayo de 2009
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Abrazo rusito querido y Mario también nos dejó aquello de que :" Uno no siempre hace lo que quiere pero nada lo obliga a hacer lo que no quiere.
ResponderEliminarHLVS
Sandy