Formosa (Agencia Paco Urondo, gentileza José Robles) Consenso, es un acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos. Diálogo por su parte, es una conversación entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.
¿A que viene tanta definición? En los tiempos que corren en la Argentina, diversos sectores sociales y políticos se desgarran las vestiduras exigiendo al Gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner que “dialogue”. Parten de la premisa de no estar de acuerdo en nada con el gobierno legítimamente electo en el año 2007 y por lo tanto su criterio de diálogo se identifica con la exigencia de abandono del proyecto, ideas y criterios que sustentan una acción de gobierno.
El diálogo exige desprendimiento, voluntad de acordar, una dosis de paciencia, sabiduría para distinguir entre objetivos primarios y secundarios, seriedad en las propuestas y por sobre todo anteponer siempre los intereses de la Argentina.
Nunca el diálogo político puede pretender suplantar responsabilidades institucionales (el cargo de Presidente de la Nación) para contrabandear “cogobiernos” donde la Presidenta pone todas las responsabilidades y los opositores solo van en las ganancias.
Los eternos opositores a todo, ante su falta de voluntad real de diálogo y búsqueda de consensos, recurren a otra vieja técnica: la retórica, entendida en el significado de “hablar bien para convencer”, pero en términos alejados de la verdad, con la intención de manipular para arrimar agua al propio molino.
Los tiempos que corren nos ilustran con mil ejemplos. Desde las groseras descalificaciones a la investidura presidencial basadas en la ropa que usa, que tiene, como habla y demás, hasta la invención de nuevas expresiones tales como “el gobierno de los Kirchner”, confundiendo roles de Presidente y titular del principal partido político de la Argentina en un solo concepto. En esta construcción de la descalificación, se pasa deliberadamente por alto que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y en definitiva todo gobierno, es producto de acuerdos políticos, consensos, ideologías, procesos históricos, trayectoria y su sostén un conglomerado de personas, militantes, funcionarios, políticos, intelectuales, militantes sociales, sindicalistas, empresarios e instituciones que sin duda han dialogado previamente y han arribado a consensos que se proyectaron a la política en una propuesta electoral victoriosa en las urnas. Quienes no estuvieron de acuerdo, hicieron acuerdos distintos o alternativos y en general se sometieron en forma perdidosa a la voluntad del soberano. Ante su derrota electoral manipulan cifras, resultados, datos económicos, con la eterna complicidad de los medios de comunicación masiva, con el objetivo de impedir que el gobierno nacional y los provinciales cambien siquiera un poquito el desastre de país que nos dejaron ellos mismos en el 2001.
¡Si hasta han inventado nuevas palabras o significados!. La Tesorería General de la Nación y la AFIP ya no son organismos públicos sujetos a distintos procedimientos de control –incluso por el Congreso Nacional por vía de la Auditoría General de la Nación-. Ahora son la “caja” o la “Kaja”. Las medidas de protección de las futuras jubilaciones de los argentinos ante la voracidad de los verdaderos defendidos por la oposición (léase bancos, patrones del campo y demás), son descriptos como “saKeo”, incluidos aquellos que a lo largo de la historia argentina hicieron sus fortunas mediante el saqueo real y efectivo de originarios y campesinos, llevando sangre dolor y muerte al pueblo en la defensa de intereses de sector.
La tergiversación de conceptos llega al terreno de lo electoral. Ahora se manipula la aritmética. Se dice ligeramente que el “70 %” de la Argentina votó contra los “K”, sumando en esos guarismos a Gardel, Beethoven, la Mona Giménez y la Madre Teresa. Al hacer esas sumas no concluyen las descalificaciones entre ellos (léase Carrió-Macri, Carrió-Cobos, Stolbizer-de Narvaez y miles mas). Omiten decir que a pesar de su lingüística destituyente, sus medios de comunicación mentirosos, su conservadurismo de viejo cuño, su neoliberalismo descarado, su soberbia, el proyecto del movimiento nacional y popular sigue siendo la mayoría. Y que donde ha perdido, en general en las grandes ciudades, ha sido por el eterno actor de siempre: la clase media asustada… el “Mordisquito” de Discepolín.
Da gracia escucharlo a Biolcatti autoerigirse en el representante de “los pueblos del interior” para imponer su voracidad de sector. En su particular mirada, los patrones agrarios ya no son los capangas del pueblo y negreadores de trabajadores rurales. Ahora resulta que son los que le dan vida económica a los pueblos. Este perverso sofisma pasa por alto que el principal actor económico de esos pueblos, y en especial del NOA y NEA, son los Municipios y el Estado en general. Los dueños de todo siempre se la gastan afuera.
Podría escribir muchísimos ejemplos mas. Da pena ver como partidos como la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista, nuevamente realizan alianzas con lo peor de la Argentina para que el “mercado” nuevamente nos llene de virtudes y algún día, cuando derrame el vaso, construyan represas que vuelvan el agua al mismo vaso cual fuente de Palacio. Mientras tanto el pueblo, los pobres, los excluidos a cobrar miserias en el cajero automático de los bancos pero sin molestar los negocios de aquellos que hablan desde la “verdad” absoluta.
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma con la misma piedra. En estos temas, los tropiezos han sido mucho mas que dos desde 1810 y los neosemiólogos los mismos apellidos e ideas. (Agencia Paco Urondo)
lunes, 24 de agosto de 2009
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Las ideas jamás deben imponerse por la fuerza, sea esta democrática o dictatorial. Cualquier similitud con los fascismos no es coincidencia, en nombre de lo nacional y lo popular se han cometido aberraciones y avasallamientos. ¿Se puede simpatizar con Nazis, con Comunistas, con Fascistas y con liberales al mismo tiempo? Su ideólogo lo hizo con maestría, de ahí la heterodoxia de un partido- movimiento que evita difinir su idoneidad para no encasillarse jamás en un marco de responsabilidad ideológica coherente. El concepto de la economía en las ciudades del interior es falaz. El grueso del presupuesto de los actores principales, el Municipio y el Estado, proviene de la actividad agropecuaria, arbitrariamente distruibuido en función del rehenazgo que detente cada Intendente respecto al Ejecutivo Nacional. Las contradicciones son contradicciones; hablar de la pobreza emplumado en marcas ostentosas, desde un auto importado ganado con dinero pagado por el pueblo (legal) o en el mejor de los casos con la renta capitalista del mercado (inmobiliaria?)al que se dice repudiar es un arma de doble filo: provoca el descrédito de los progresistas bienintencionados. Los peronistas ortodoxos (si es que los hay)creen que cualquier herramienta es valedera para imponer su verdad, y así lo hacen sentir en cada oportunidad: ¿Por qué reclaman ser juzgados con distinta vara que la que ponen en juego cuando tienen el poder (casi siempre)? ¿Por qué no se avienen a las reglas que dicen aceptar, de las mayorías democráticas en las que se amparan para atropellar con cualquier posible disidencia? "La única verdad es la realidad" (Aristóteles; no Perón).
ResponderEliminarCumpa, la democracia es el juego de la política donde todos participan. Pero la política es tensión y conflicto. La democracia permite resolverlos según las mayorías. Y las mayorías votaron las cámaras que hoy tenemos. No existe órgano más democrático en la actualidad. Así que tranquilo, la democracia sigue intacta, se apruebe o no la ley.
ResponderEliminarSaludetes!