martes, 4 de agosto de 2009

Ante un cambio de paradigma, el INDEC en la mira, por Silvia Kreiman

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) “La sociología del conocimiento ha mostrado que la perspectiva social que se adopte para examinar las cosas o para intervenir en los procesos, delimita de forma esencial lo que se conoce y cómo se conoce y, por lo tanto lo que se hace y cómo se hace” Martín Baró.

Ante los cambios de paradigmas, las instituciones, caen o se modifican. Caen los instituidos, los desterritorializan los instituyentes. Estamos viviendo en ese contexto de cambio y en este sentido, el INDEC, Instituto público, no ha cambiado acorde a esta nueva realidad, no se ha puesto a la altura de los cambios, que no son más, que los que el pueblo votó y eligió. Pasamos de los noventa neoconservadores, en que se procedió al desguace del Estado y a la ausencia del mismo en las decisiones de los destinos de la patria, dejando al mercado como único regulador del mismo, a un Estado que regula los resortes económicos, y que controla a los actores socio-económicos que determinan cómo vivimos.

Estamos en tiempos de turbulencias, pero de cambio; tiempos en los que transitamos el camino de salida y superación de la crisis que estalla en el 2001-2002, tiempos en que deben cambiar las instituciones, o repensar la funcionalidad de su misión... La crisis nos obligó a todos, a generar nuevas prácticas, nuevos esquemas, nuevos organismos públicos, como el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Nada ni nadie quedaría igual. Se debieron cambiar estrategias, estructuras, funciones y articulaciones, anteriores entre instituciones.

Cito de la Pág. oficial del INDEC lo siguiente.

Respondiendo a esta necesidad, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas hizo suyos los Principios Fundamentales de la Estadística Oficial elaborados por la Comisión Económica para Europa (CEPE) en 1992 de modo de promover su consolidación y puesta en práctica en otras regiones. El INDEC respalda estas recomendaciones orientando su actividad estadística según esos principios.

Y elijo el principio siguiente.

4. Los organismos de estadística tienen derecho a formular observaciones sobre interpretaciones erróneas y la utilización indebida de las estadísticas.

Pregunta: ¿Alguna vez, los técnicos del INDEC, antes de Néstor y Cristina, habiendo visto pasar ministros de Economía nefastos, cuestionaron la veracidad, o el uso indebido de sus datos?

Si la ontológica ceguera de algunos “progres” argentinos cayera, y pudieran entender más profundamente de lo que hablamos, la solución estaría en un horizonte cercano. Quiero manifestar además, todos saben, aunque parezcan olvidados, de que no hay técnica sin ideología. Rechazo de plano, por tanto a los “Técnicos Puros” del INDEC. Hay política, el basamento del sistema es político. Hay políticos y debe de haberlos, sino en sus cuadros medios, seguro en la autoridad máxima de la misma. La impronta de la hora, precisamente marca, que ya jamás pueden ir divorciados, lo político de lo técnico .En lugar de asumir una presunta asepsia científica, se debe tomar conciencia de los presupuestos, de la incardinación social, y por lo tanto, de las limitaciones que la actual perspectiva del INDEC defiende.

Los resultados del INDEC, desde el marco en que son utilizados, por ahora, sólo castigan, estigmatizan, y responsabilizan única y exclusivamente al gobierno. El gobierno, que es en realidad, el único que sí se hace cargo de compensar a través de distintas herramientas, la desigualdad. Debemos ser todos socialmente responsables, es el otro reclamo de la hora. Los datos del INDEC, no son números duros que se producen por arte de magia, sabemos sí, que hay responsables con intereses mezquinos, que generan estas realidades que los datos ilustran. Ya hemos conocidos argentinos de ese tipo.

Por si se ausenta la memoria, conviene recordar la heroica gesta protagonizada por los trabajadores de las fábricas recuperadas. Acción ejemplificadora, ante fraudulentas y criminales quiebras provocadas por muchos de sus dueños, para colocar sus capitales, en la timba financiera de los noventa. Son los crímenes invisibles impulsados desde el nefasto Consenso de Washington. Por todo esto, considero que estos índices deben ser socialmente útiles, es decir, indicar a los sectores públicos y también a los privados, que algo anda mal, o lo que traducido es, que algo están haciendo mal. El imparable cambio de paradigma, ya está en marcha. Se replica en países hermanos. Saliendo y superando la restauración neoconservadora de los noventa, todas las instituciones deben poner las barbas en remojo, ponerse de pie, definir roles, diseñar los cambios y ejercerlos. ¡Que el INDEC, de una buena vez, revise su metodología!

¿Seriamente alguien puede seguir sosteniendo que no se debe reexaminar la metodología que se utiliza en el INDEC? Serán sistemas abiertos a las modificaciones y demandas de los nuevos contextos, o no serán. El interrogante final es: ¿Hoy, el INDEC, a quién quiere ser funcional? ¿En verdad creen que Néstor y nuestra presidenta necesitan a los técnicos del INDEC para saber de la inequidad? ¿No escuchan que hablan siempre de la deuda social, y del empeño para achicar esta brecha?

Imaginemos, no somos ortodoxos. Por Ejemplo, imaginemos esto: Si el INDEC comprendiera y aceptara, en consonancia con la demanda de cambio socio-económico, la razonabilidad de introducir modificaciones en sus esquemas de trabajo, dejaría, en ese preciso momento, de ser obstáculo para construir un país en el cual los costos de las crisis, no se los carguen en la cuenta de los que menos tienen.

Imaginemos, comenzar con alguna modificación al esquema actual. Si los producidos por determinadas instituciones, comenzaran a ser insumos para otros organismos públicos ò privados. Por caso, que los números del INDEC, datos duros que cuantifican prácticas sociales, sirvieran a otros fines que los actuales .Es una modificación posible, un aporte…y abrir el debate sería más que fructífero. Por Ej. Si los aumentos de precios señalarían, la obligación de bajarlos a los responsables de subirlos. Otro Ej.: Si los indicadores de pobreza obligarían a los actores económicos a hacerse socialmente responsables, ajustando los factores que ellos mismos controlan, y que son los que producen estos índices..

La EPH, cuando señala, incidencia en pobreza e indigencia, por la suba de la canasta básica, implicaría obligación de quienes constituyen el factor central generador de esta situación, de producir las modificaciones económicas que lo resuelvan, so pena de ser sancionados, como atentatorios a la garantía de una vida digna. Entonces los números del INDEC, servirían a fines ligados al derecho, a la ética y a la responsabilidad social. Cuestión esta, de la que carecen los poderes económicos, para los cuales los índices de pobreza e indigencia son realidades “ajenas” a ellos .En lugar de mostrar RSE, responsabilidad social, muestran esquizofrenia social. El INDEC, debería ser índice de los comportamientos socialmente irresponsables, para que los modifiquen aquellos a quienes corresponda hacerlo. El Estado, desde la convicción de su impronta, actuará con sus recursos para terminar con la pobreza. Con políticas públicas generadoras de trabajo, subsidios, obra pública, paritarias, etc.

Pero los sectores que marcan y que determinan precios, ¿Cuándo van a adecuarse a este modelo, cuyo eje es la ética y la justicia social? Que el INDEC les destine sus resultados también a ellos, pero marcándoles su propia responsabilidad. Que el INDEC sea para ellos un aliento en la nuca que los siga. Así, hasta que la pobreza y la indigencia que ellos generan, sean pobreza e indigencia cero en la Patria. Para esto, debemos cambiar el INDEC.

La introducción de esta corrección en el destino de los producidos del INDEC es una idea. No soy economista, pero estoy comprometida con este proyecto de país y me tomo la libertad de imaginar. Uno de los aspectos que más respeto en Néstor y Cristina, es la valiente creatividad ante las situaciones nuevas (Ej., crisis mundial), y la no aplicación de recetas viejas y fracasadas.

Algunas reflexiones: una apuesta epistémica.

Las investigaciones trascurren en un contexto con específicas condiciones sociales de realización .Es posible que algunos de nuestros científicos no adviertan el valor de conocerlas Toda metodología de investigación debe repensarse a sí misma, debe abandonar toda aplicación descontextualizada y automática de procedimientos probados. Hay epistemólogos que plantean la noción de “dialéctica de matrices de datos”.No es esta la ocasión para desarrollar este concepto, que implica evolución y dinámica de los datos. El ejercicio de la crítica sobre la objetividad de los procedimientos de validación de investigaciones científicas, es un objetivo ambicioso y de gran valor.

Toda práctica, incluida la investigación científica, implica su construcción histórica y cultural. Cuando estas dos dimensiones se separan, se cae en la naturalización del Objeto o en la metafísica del Sujeto. Cada dato necesita que de él se conozca, de cuáles transformaciones ha devenido. Entonces, se producirán nuevos hallazgos, se resignificarían resultados viejos. Es imprescindible la integración entre verdad objetiva e interpretación de los signos. Salirse del puro positivismo, e incluir “el mundo de la vida”, es decir, el drama social, descubrir desde qué esquema cultural se realizan las interpretaciones, es una acción imprescindible. Además, muchas veces aparecen índices que escapan a las estructuras de las metodologías, y que se desconocen como ilegítimos. Estos son los que especialmente deben ser interpretados en nuevos contextos políticos, jamás deben ser descalificados.

La perspectiva liberal siempre, respecto de sus investigaciones científicas, dejó de lado la evaluación de los contextos de producción de los conocimientos. Y esto no es ingenuo .La producción científica, esta ligada a las prácticas políticas; y cuando hablamos de política, hablamos de poder .Poder en el sentido de que un acto ejerza influjo, a favor o en contra del sistema político vigente. .Y este factor debe ser comprendido y articulado a todo análisis de producción de conocimientos. Se propone, al analizar, no caer en ninguno de los dos polos. Ni en el de la verdad única, sin historicidad, ni en un relativismo subjetivo inconsistente .Ni en un eclecticismo metodológico.

Se trata entonces ,y esto es una convocatoria a muchos de nuestros técnicos y científicos, de una postura crítica, que exige toda práctica científica, reexaminando estructuras pasadas, comprendiendo su sentido social, comprendiendo a su vez la necesidad de generar nuevas estructuras ,a la luz de la génesis de las vigentes,y de las demandas del presente. Muchos de los que son hoy parte de nuestra Comunidad Científica han comprendido este desafío epistemológico.

Más info: kreiman30@yahoo.com.ar. (Agencia Paco Urondo)

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