Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Mucho, y naturalmente, se habló del voto suicida del 28 de junio y sus posibles orígenes. Permítanme sumar algunos aspectos poco presentes en medio de la secuencia de emociones que sucedieron a la sorpresa de los resultados. No es gratuito haber llegado a esta cultura de desidia política, susceptible a la manipulación mediática. El previo de todo esto es la "máquina de matar". Un plan que fue patentizándose desde los bombardeos del 55, los fusilamientos del 56, la proscripción del peronismo y de la constitución del 49, la prisión de los militantes de la resistencia y la prohibición de la palabra. En la década del 70 se profundizó con el genocidio y la peor expresión del terrorismo de estado que se comió una generación y desarticuló la red social. La política desapareció de los hogares como modo de los sobrevivientes de proteger a los más jóvenes. La receta era "no te metas en política" y la frase de diseño de los publicitarios de entonces penetró dramáticamente: "algo habrá hecho".
"Algo" (indefinido) y "hecho" (cualquier acción).Y permítanme remarcar esto: lo contrario de "algo" es "nada" y lo contrario de "hacer" es "no hacer" y ese era el mensaje.
La política en la argentina sería otra desaparecida si los propios errores del Proceso y la configuración del nuevo modelo geopolítico dictado por el imperio (el de las democracias restringidas) no hubieran sugerido su salida al gobierno militar. La política argentina floreció de un tronco moribundo, con los actores que la dictadura permitió vivir y los pocos que se le escaparon. Con lograda mayoría de políticos que sirvieran a ese país se construyó la nueva política y, por si la política real resucitara, se materializó el plan para su vaciamiento y desprestigio. Con la política convertida en mala palabra ninguno de los que quieren ser calificados como buenas personas quiso ser político. Y los políticos de militancia, y los cuadros sobrevivientes, aceptaron la roña en la que debieron meterse para hacer política, muchos, poniendo en juego su prestigio.
La verdadera sorpresa en este contexto es la irrupción del kirchnerismo. Ya nadie pedía ni esperaba nada de la política. Instalado el paradigma mercantil de la política aceptado gustoso por el progresismo (que sostuvo y fundamentó la convertibilidad hasta su muerte en 2002), la aspiración mas ambiciosa del electorado argentino eran la gobernabilidad y, si fuera posible (por favor...) el honestismo.
Mientras se buscaba la salida de la crisis (la peor de la historia argentina, se acuerdan?), golpeaban cacerolas, enjuiciaba al estado por sus dólares (cuyo eufemismo era "ahorros") y se inventaba un modo informal (que también se corrompió velozmente) de las relaciones económicas en el capitalismo monetarista como era el trueque, el gobierno de Néstor Kirchner destruía la Corte Suprema de la mayoría menemista, derogaba los decretos de protección de represores respecto de la justicia extranjera, pasaba a retiro a decenas de altos mandos militares, promovía la política de derechos humanos, imponía una quita de 60 mil millones de dólares a la deuda externa, rompía con el FMI, aniquilaba las relaciones carnales con EUA, restablecía buenas relaciones con cuba, derogaba la ley banelco, recuperaba las paritarias, anulaba las leyes de impunidad, promovía los juicios a los represores, retiraba los retratos de los generales golpistas del Colegio Militar, le daba la ESMA a las madres y los Organismos... alguien necesita acordarse de algo más? Nada de esto estaba en la agenda electoral.
Los resultados de junio son la confirmación de que el electorado argentino está a la derecha de los Kirchner, pero no es gratuito: No es por el GEN argentino. El vacio de la política se consiguió con muerte. Los medios de comunicación actuaron después, sustituyéndola.
El problema es que mientras buscamos recuperar la política es indispensable reforzar el modelo en marcha; imaginándonos el peor escenario para el 2011, que es la posibilidad cierta de no tener un nuevo mandato. El peor negocio, quedó demostrado, es el intento de correr a Cristina por izquierda. Aunque les duela a muchos, no hay nada real a la izquierda de este gobierno. El triste papel del infantilismo (dijo Lenin...) de disputarle al gobierno su porción del electorado progresista redundó previsiblemente en el crecimiento de la derecha. Qué tal si los "progresistas" que votaron a Sabattella o a Pino se hubieran comprometido con el momento histórico? El proyecto popular no hubiera perdido nada. Y estamos hablando de los sectores que declaman un discurso progresista!! Esos que van a intentar justificarse señalando como lo hacen los "buchones" las defecciones de la derecha peronista DE LOS QUE SI ESPERABAMOS UNA AGACHADA... Resulta que en lugar de celebrar que Néstor Kirchner conseguía que los grandotes del barrio estuvieran esta vez de nuestro lado la propuesta fue dejarlo solo entre los peores...
Pero no estuvo solo. Ni lo está.
Hoy escuché uno de los micros de historia que emite Radio Nacional. Contaba que para cuando las invasiones inglesas, los indios Ranqueles (los Tehuelche) habían ofrecido 10 mil lanceros para enfrentar a los "casacas rojas" y una tregua con los "huincas" a tal efecto. Aunque los hombres no fueron aceptados, si la tregua, que permitió la participación de los Blandengues para la reconquista. Los tehuelche no detuvieron nunca su guerra con el blanco, pero entendieron (sin leer a Marx) que era más inteligente sumar fuerzas en la coyuntura contra un enemigo peor y más fuerte: el extranjero.
Tal vez solo le queden dos años a esta etapa inesperada de reedición moderada del modelo nacional y popular. La responsabilidad de hoy es, entonces, apoyar a Cristina para saldar la mayor parte posible de las deudas de 60 años con nuestro pueblo. Imponer con todos los medios posibles la recuperación de los resortes estratégicos de la economía y la política social. Robustecer el estado resucitado. Distribuir la riqueza hasta el último centavo de esa caja por la que vienen. Devolver la dignidad a un pueblo que la olvidó y a las generaciones que no la conocieron. Difundir el mensaje, comprometer a los beneficiados y enfrentar al enemigo con la fiereza que supo tener el pueblo argentino.
Convencidos y militantes.
"LA PATRIA DEJARA DE SER COLONIA O LA BANDERA FLAMEARA SOBRE SUS RUINAS" (Eva Perón). (Agencia Paco Urondo)
"Ni yerba de ayer secándose al sol..."
Hace 5 horas
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