jueves, 20 de agosto de 2009

Liberación y Militancia: Construyendo nuestra propia historia

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) ¿Qué pasa Argentina? ¿Qué pasa que cada vez que arrancamos hacia la construcción de un país más justo, algo nos detiene a medio camino? ¿Qué pasa que desde hace 30 años nuestro pueblo se sigue sometiendo a los intereses de esos pocos que se venden al mejor postor y que viven idolatrando la argentinidad de la riqueza sin trabajo? ¿Qué pasa que no nos revelamos ante el avasallamiento de aquellos que atentan de mil formas contra los intereses de las mayorías? Es hora de levantar cabeza Argentina, de arrancar de una vez por todas por el camino de la liberación.

El presente nos exige superar las estructuras impuestas durante décadas a fuerza de dictaduras y altas dosis de neoliberalismo, aquellas que funcionan a partir del mercado abierto a la dependencia económica y en base a la sociedad precarizada, que se dinamizan con el escepticismo político y la ausencia de ideologías. Estructuras que en definitiva consolidaron las ideas del capitalismo importado: el individualismo y la ambición, la mezquindad y la competencia salvaje, el negocio y el consumismo. Esos valores que se ocultan en las recetas de aquellos que nos quieren vender el empobrecimiento nacional en bandeja de plata, haciéndonos creer que la economía debe estar al servicio de los que se apropian de la ganancia y no de aquellos que la producen, que denigran lo político a sabiendas que es la herramienta de la emancipación. Des-valores que se han desparramado en la sociedad y han corroído las identidades nacionales, que han destruido al Estado como actor fundamental del cambio y han corrompido a los movimientos populares de nuestra Argentina y Latinoamérica toda, rebajando a la nada el altruismo de sus dirigentes y la autenticidad de sus organizaciones sindicales y políticas.



El tiempo nos exige, hoy más que nunca, nos demanda como jóvenes que somos, a pronunciarnos contra estas y otras tantas situaciones que son reflejo de las viejas pero siempre actuales zonceras jauretcheanas, las cuales hoy han adquirido fuerza de sentido común, volviéndose tan naturales e irrevocables que muchos argentinos no distinguen entre los intereses propios y ajenos. Nos exige actuar en la realidad de nuestro pueblo, acercándonos a sus necesidades y deseos, sin perdernos entre los sueños de gloria y revolución propios de nuestra juventud pero ajenos a la cotidianeidad popular. Nos exige transformar el mediocre asistencialismo barrial en militancia social con sentido, que busque ayudar al humilde integrándolo en un colectivo con conciencia nacional y popular, sumando aquellas voluntades dispuestas a brindarse al común sin esperar nada a cambio. Nos exige, en resumen, liberarnos de las modalidades que se han impuesto y reproducido en las últimas décadas, sabiendo que para ello debemos unirnos y militar codo a codo, dando una mano a cada compañero que tenga la intención de modificar la realidad de su barrio, su fábrica, su colegio.

Porque liberación es eso, solidaridad con aquellos con los que compartimos horizontes de justicia social e independencia económica, con los compañeros que luchan por la felicidad de ese pueblo que se esfuerza día a día para ganarse el pan y sostener la dignidad del país.

Porque liberación es compromiso con el rumbo elegido, con cada bandera sostenida, con cada acción iniciada, con cada palabra dicha, soportando los avatares y las frustraciones que ello conlleva pero también disfrutando de cada momento que se comparte con un compañero, de cada logro construido a partir del esfuerzo y tiempo dedicado, de cada rato consagrado a la propia formación y al mejoramiento de nuestras personas.

Porque liberación es pensar y construir desde acá, a partir de lo argentino, de forma diferente a las que nos quieren vender los pregoneros de la civilización imperialista, aquella que se encumbra en el primer mundo y que se caracterizó siempre por su violenta relación con países como el nuestro: depredar primero, hacer caridad después y finalmente amurallarse en sus ciudades opulentas para ignorar la pobreza que van dejando en el resto del mundo.

Porque liberación es recordar las experiencias de lucha que marcan nuestro pasado y nuestro presente, es entender ese peronismo que aún se mantiene vivo en el actual gobierno, como conciencia y organización del pueblo unido en busca de un destino propio e independiente, otorgándole a cada argentino y argentina la posibilidad de participar en la construcción de los cimientos del desarrollo nacional.

Porque liberación es hacer nuestra propia historia, sin temer las profecías de la nefasta derecha liberal y golpista, que a falta de ejército adoptó a los medios masivos de comunicación como nueva fuerza de choque y propaganda.

Siguiendo los pasos de nuestros hermanos latinoamericanos en Venezuela, Bolivia, Ecuador, debemos sostener y avanzar en la defensa de nuestra soberanía nacional y de los intereses populares, aferrándonos a los principios democráticos que nos hacen aún más fuertes, porque somos el pueblo, porque realmente creemos en la participación política de las mayorías, porque somos un movimiento que nunca podrá disolverse.

Por ello, hoy debemos unirnos y organizarnos para desbordar los moldes que nos han impuesto con sangre y desaparecidos, desocupación y corrupción, cortes de ruta y desabastecimiento. Porque no nos sometemos a la dependencia, porque no nos resignamos a la realidad existente, nosotros proponemos seguir el camino de la LIBERACION. (Agencia Paco Urondo)

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