Capital Federal (Agencia Paco Urondo, en Página 12) La respuesta no se hizo esperar. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, contraatacó horas después de la embestida que lanzaron el lunes los Gordos y los “independientes” de la central obrera. “Estoy medio podrido, resulta que ahora aparecen como los reivindicadores de los trabajadores. Si entregaron a la gente toda la vida”, sentenció furioso Moyano. Los sindicalistas disidentes habían salido a reclamar mayor participación en las decisiones de la central y le cuestionaron al camionero su alianza con el kirchnerismo. Sin embargo, el líder de la CGT redobló la apuesta y alejó la posibilidad de una convivencia pacífica. “Este gobierno no hizo nada que haya perjudicado a los trabajadores”, se defendió. Por su parte, el gastronómico Luis Barrionuevo salió a cuestionar nuevamente tanto al camionero como al matrimonio presidencial: “Espero verle la cara a Moyano cuando a los reyes se les termine el poder, recién allí se sabrá quién es quién en el mundo sindical”, desafió.
Las declaraciones del secretario general de la CGT profundizaron aún más las diferencias con el sector enfrentado con su liderazgo, al punto que cerca de los Gordos ya no descartan que como consecuencia de estos episodios se produzca una ruptura de la central obrera. De todas maneras, quedan por agotarse otras instancias de negociación antes de que se produzca el quiebre. En ese marco, la participación de los Gordos y los “independientes” en el consejo económico y social será determinante en ese sentido y por eso cerca de Moyano aclaran que el proyecto en el que están trabajando “está abierto para que ellos se sumen”. Sin embargo, en la reunión técnica que se produjo ayer en el Ministerio de Trabajo para ajustar los detalles del encuentro no hubo ningún representante del sector disidente.
Fuentes sindicales analizaban que Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Armando Cavalieri (Mercantiles), Carlos West Ocampo (Sanidad) y José Pedraza (Ferroviarios) podrían, junto a Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (Estatales), tratar de boicotear la convocatoria oficial si no llegaban a un acuerdo con Moyano. El mensaje que habían enviado el lunes es que el camionero no es un interlocutor que los represente ante el Ejecutivo y que el Gobierno deberá buscar otros canales de participación. Cerca de los Gordos reconocieron que buscan “aprovechar el momento político”, pero aclararon que “no se va a plantear una confrontación abierta con el Gobierno cuando todavía faltan dos años de gobierno de Cristina Fernández”.
“Yo estoy defendiendo un modelo económico que nos ha permitido salir de la indignidad a que nos llevaron hace muchos años”, sostuvo el camionero en declaraciones radiales, al tiempo que advirtió que su sector tiene “amplia mayoría” para retener la conducción de la CGT. En uno de sus pasajes más duros, Moyano dijo que los sindicalistas disidentes “hablan como si hubieran venido de otro planeta” y consideró que “son cara de piedra, pero al máximo”. “¿Qué venimos a hacernos los Rambo, a pintarnos la cara de qué?”, preguntó irónicamente el camionero.
Moyano le dedicó un párrafo especial a Barrionuevo, en un tono propio del gastronómico. Aseguró que cuando va “a comer una pizza o un sandwich” lo primero que le dice el mozo es “queremos un secretario general como usted, queremos que nos represente”. Más allá de la chicana, el camionero sostuvo que “cuando se vendían las empresas del Estado, cuando se despedían trabajadores, cuando se cerraban establecimientos, estos eran todos aliados del Gobierno”. Para el camionero “se terminó la etapa” de esos dirigentes que “llevaron a los trabajadores al desastre durante la década del ’90 y en el 2001”.
Con respecto a las críticas que le hicieron a su “personalismo”, Moyano se defendió en tercera persona: “Que no me vengan a decir a mí que Moyano es un autoritario, ¿autoritario de qué? Si tenemos una mesa chica donde participamos todos, tenemos el Consejo Directivo, el secretariado; si no quieren venir, que no vengan”, aseveró.
Lo cierto es que la opción que barajan los Gordos es dejar de participar de la vida gremial de la CGT y mantenerse al frente de sus sindicatos vaciando la sede de la calle Azopardo. “Ya durante el mandato anterior se habían retirado y el sindicalismo argentino avanzó en paritarias. Vamos a seguir avanzando más allá de que ellos no estén”, le aseguró un moyanista a Página/12.
Después de haber utilizado a sus aliados para cuestionar la tibieza de los Gordos, Barrionuevo volvió a apuntar contra Moyano. “Es fácil trabajar de duro cuando un gobierno utiliza fondos de los argentinos para pagarles el sueldo a los camioneros, ya es hora de que Moyano sincere su organización y la pase a la planta permanente del Estado”, ironizó el titular de la disidente CGT-Azul y Blanca. (Agencia Paco Urondo)
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