Un ambicioso plan en el freezer, por Daniel Fernández Quinti

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Clarín) Lejos quedó el tiempo, bastante cercano por cierto, de las promesas en plena campaña. Mauricio Macri hizo del subte en 2007 uno de los ejes de su futura gestión, que prometía ser muy ejecutiva, con un shock de inversión y 10 kilómetros de nuevas líneas por año. Luego, la cifra fue estimada en 27 kilómetros para los cuatro años. Ahora, la expectativa cayó a casi nada. Con el Jefe de Gobierno admitiendo que el proyecto de ampliación de los subtes quedó congelado, lo mejor que se podría esperar es que termine su mandato en 2011 con las actuales estaciones finalizadas, todas iniciadas por Aníbal Ibarra y continuadas por Jorge Telerman. Es que la empresa porteña que construye el subte, SBASE, tiene hoy menos presupuesto -el mínimo indispensable que marca la Ley-, que durante las gestiones anteriores.

Desde el macrismo acusan a la crisis internacional y al Gobierno nacional, que le quitaron el financiamiento necesario para avanzar con el subte. Pero hubo un brutal recorte del presupuesto de SBASE, que la dejó casi inactiva.

Mientras, la Ciudad llama a licitación para hacer una obra polémica y dudosamente efectiva frente a la necesidad de un mejor transporte público: túneles bajo la 9 de Julio para el tránsito pasante entre las autopistas Illia y la 25 de Mayo.

Y salvo la obra del Gobierno nacional para ampliar la línea E o la ampliación de los carriles exclusivos, no parece haber por el momento medidas efectivas que apuntalen el transporte público, muy necesario para descomprimir de autos la Ciudad. En el problema también tiene responsabilidad la Secretaría de Transporte de la Nación, que debería sentarse a trabajar junto a la Ciudad para mejorar las condiciones y calidad de los viajes. (Agencia Paco Urondo)