Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Política y Medios) Jorge Rachid, secretario de Prensa durante las privatizaciones de los canales 11 y 13, recordó a P&M la influencia del proceso menemista sobre la radiodifusión nacional y las presiones que ejercieron Héctor Magnetto, José Luis Manzano y varias empresas multinacionales. “Tuve muchas conversaciones con Magnetto y no me cabe duda que su designio es poner un presidente”, reveló el ex funcionario.
Aplicando feroces políticas neoliberales, el menemismo avanzó con diversas privatizaciones que no excluyeron a los medios de comunicación, entre ellos los canales 11 y 13.
A través de la ley de Reforma del Estado, votada en el Congreso en agosto de 1989, se flexibilizaron puntos claves de la ley de Radiodifusión (decreto ley 22.285 creado por la dictadura) permitiendo la conformación de monopolios mediáticos. Se eliminó el límite de tres licencias de TV o radio a una misma persona física o jurídica en distintas áreas de cobertura, la restricción a medios gráficos para acceder a medios audiovisuales, entre otras medidas.
Al frente de la secretaría de Prensa y Difusión estaba en ese momento Jorge Rachid, médico, profesor de la Faculta de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora y actualmente director médico de la obra social de la Federación Argentina de Trabajadores de la Imprenta, Diarios y Afines (FATIDA).
“Sin que suene a excusa, yo sólo estuve seis meses en el cargo y me fui peleado políticamente por el manejo de la reestructuración del Estado. En los medios privaticé Canal 13 y 11 porque estábamos en una situación crítica a nivel nacional que llevó al convencimiento de que si no había gasa para los hospitales no podíamos gastar millones y millones en ambas televisoras abiertas”, explicó Rachid a Política&Medios.
Según contó el ex funcionario, el proyecto de privatización se “complementaba con Radio y Televisión Argentina (RTA), que era la fusión de Canal 7, Radio Nacional y Telam, con la creación de la productora nacional de programa y de música. Esto iba a formar un complejo que se iba a regionalizar e iba a tener la posibilidad de democratizar la frecuencia y evitaría la monopolización. Antes que fuera eyectado de mi función llegó a tener de director a Nicolás Sarquis”.
¿Cómo recuerda esos seis meses de gestión?
La privatización de los canales la viví de forma muy fuerte porque teníamos mucha presión. Conmigo se reunieron Rupert Murdoch (dueño de la cadena Fox), Silvio Berlusconi (actual primer ministro italiano y empresario de medios), la gente de Televisa de México, todos querían ingresar. Ted Turner (multimillonario creador de CNN), inclusive mandó un Senador de Estados Unidos a hablar conmigo. También presionaban algunos miembros del gobierno, como José Luís Manzano (entonces ministro del Interior), que jugaba junto a Macri para Berlusconi. Manzano quería permitir el ingreso de capitales extranjeros, lo que hizo que estuviéramos toda una noche peleando. No me fui hasta que no quedó la propuesta de ley con capitales nacionales para esta primera etapa de privatización. Luego denuncié a Manzano por corrupción y, cuando terminó esa etapa, negoció con (el anticastrista cubano Jorge) Mas Canosa, vino con mil millones de dólares y compró todos los medios de comunicación.
¿Cuál es su análisis sobre esas privatizaciones?
La hicimos como creo que se deben hacer las cosas. Juntamos a toda la Comisión Empresaria de Medios de Comunicación Independientes (CEMCI), y a los 11 gremios, ahí se formó la Comisión Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social (COSITMECOS). Esto produjo un duro enfrentamiento con Roberto Dromi (ministro de Obras y Servicios Públicos), que quería cerrar los canales para después venderlos a precio vil. Incluso llegó a cerrarlos y con la COSITMECOS dimos una pelea muy importante y obligamos a abrirlos. A partir de eso los trabajadores pudieron participar de los pliegos y garantizamos los 48 meses de estabilidad laboral para ambos canales.
En ese momento hubo gestión compartida de los canales entre el Estado y los gremios
Sí, propuse que les diésemos la administración de los canales a los trabajadores. Fue aceptado por el presidente, que incluso dijo que si no perdían más plata iba a dar marcha atrás en la privatización, cosa que no hizo. A partir de ese momento, se sanearon las cuentas de los canales rápidamente, aunque también es cierto que se evitaron los endeudamientos feroces que venían de la época de la dictadura y del radicalismo por la compra de películas a diestra y siniestra. Con la privatización se obligó a los canales, y se obliga aún, a hacer un largometraje por año como forma de incrementar la producción de industria cultural.
¿La privatización de los canales surgió a partir de la ley de Reforma del Estado?
Era una decisión previa, pero la reforma del Estado apuntaba a cosas mayores con las cuales entramos en colisión. Ni en la campaña (de Menem), ni en los círculos que yo me movía en esa estructura política se habló de la privatización del petróleo, ni del misil Cóndor, ni de Aerolíneas Argentinas, ni de ningunas de las llaves estratégicas que hacen a la decisión soberana de un país. Fue la peor demostración del neoliberalismo en acción desde el punto de vista económico y desde el punto de vista social, fue un desplazamiento de 17 millones de argentinos a las periferias de la pirámide social.
En el plano de los medios, se permitió la conformación de monopolios mediáticos
Sí, se modificó específicamente el artículo 45 de la ley de Radiodifusión. Pero como contrapartida, que incluso lo dice Gabriel Mariotto (interventor del COMFER), estimulé la creación de cientos y cientos de FM y también de UHF para los sistemas de cable.
¿En esos días se da forma al monopolio del Grupo Clarín?
Creo que sí, después ya se descontroló de cualquier tipo de regulación. Tuve muchas conversaciones con Héctor Magnetto (actual CEO del Grupo Clarín), sé muy bien cuál es su designio: quiere poner un presidente de la Nación, no me cabe duda. En las reuniones se hablaba de cómo iba a ser el proceso de privatización, donde ellos tuvieron una ingerencia grande y fueron los que más impulsaron la modificación del artículo 45. De cualquier manera las charlas eran muy formales, contenidas y se daban en el marco de las reuniones con los gremios y otros empresarios.
¿Cuál es su opinión sobre la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?
Apoyo absolutamente la nueva ley de Radiodifusión. Creo que se podrían hacer correcciones, pero el marco que le ha dado Mariotto a la ley es muy interesante y es un marco que nosotros ya habíamos charlado en esos seis meses de gestión. El tema es cómo poner en marcha las industrias culturales y cómo garantizar una democratización de la pantalla, de las radiofrecuencias argentinas y de la comunicación. (Agencia Paco Urondo)
Un presidente que vive peleado con todos
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