Capital Federal (Agencia Paco Urondo) La Carrera de Sociología declara que:
Las expresiones vertidas por el recientemente nombrado Ministro de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Abel Posse), tanto como su misma designación, merecen el rechazo más urgente y categórico, y deberían representar un serio llamado de atención para el electorado porteño, especialmente, para aquel que entronizó al empresario Mauricio Macri como Jefe de Gobierno.
En una nota publicada por el diario La Nación y en declaraciones en medios audiovisuales, Posse caracterizó al conflicto social como desviación; a la efervescencia política como "anarquía disolvente"; a la persona que delinque como una "entidad" que existe por sí misma abstraída de todo contexto social; a la "represión" como "contención" de la conflictividad a la que describe como un "delito siempre inminente"; y a quienes queremos seguir hablando el lenguaje de las garantías y los derechos humanos mientras denunciamos la génesis social de la problemática del delito, como "escamoteadores" de los verdaderos temas, lo que nos convertiría en los "cobardes" hacedores de una cómoda "sociología de lo indiscutible". Como si fuera poco, señala que los garantistas hemos pagado nuestro "lujo" garantista con la sangre de "ciudadanos humanísimos", lo cual, además de cobardes nos convertiría en "culpables".
Asimismo, habló de un "piqueterismo politizado", siendo la politización un atriburo innecesario que tendría que desaparecer; que en ausencia del "riguroso orden democrático" en cuya salvaguarda tienen que tomarse "las armas y librar la batalla central", existe sólo la "anarquía"; que respecto de los delitos de lesa humanidad perpetrados por la dictadura militar de 1976, habría que tener en cuenta que cuarenta años después no pueden ya integrar el dominio de lo justiciable (siendo esa justicia un "exceso"); y presagia -con una cadencia de temporalidad propia de un teólogo- que luego del conflicto de Kraft, llegará la hora para que el gobierno que "arrasó con las leyes" se convierta en el "restaurador" de las mismas.
Hacía tiempo que -al menos con este grado de pureza- no se asistía a una exposición tan multidimensional de tan desnudo fascismo por parte de una persona que sabía que iba a ser designada en un cargo público, algo que -otra vez- demuestra todo lo impune que puede llegar a ser el lenguaje estatal en la época de Mauricio Macri.
La Carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires declara que mientras Abel Posse no sea separado de su cargo, sus expresiones representan también el pensamiento del Jefe de Gobierno Mauricio Macri, y ello significa una clara orientación política hacia una inadmisible patologización de la vida social y una desnaturalización de su verdadero desenvolvimiento, además de una furiosa estigmatización de grandes sectores de la sociedad.
En momentos en que la sensibilidad media de una parte significativa de nuestra ciudadanía comienza a apropiarse de ciertos elementos del lenguaje de los derechos humanos (entre otros medios, a través de la educación formal), el privilegio de la palabra de Posse nada menos que como Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires se convierte en una amenaza sin precedentes ante la que no permaneceremos (e invitamos a no permanecer) en silencio.
Por ello, desde la Carrera de Sociología, nos interesa convocar a la reflexión crítica del 62% de los votantes de la ciudad de Buenos Aires que hicieron posible que Mauricio Macri sea Jefe de Gobierno en un marco democrático. Un personaje conocido –por cierto- y de quien no es posible argumentar “sorpresa alguna” sobre su orientación y accionar político. Los funcionarios nombrados por Macri significan un grave problema para la continuidad de las garantías democráticas, pero no confundamos, el problema realmente grave, lo representa el propio Jefe de Gobierno. En este sentido nos preguntamos, si los ciudadanos votantes asumen la responsabilidad política de las decisiones de gobierno de su Jefe cuando ordena “hacer desaparecer la pobreza” de la Ciudad, arriando pobres, golpeándolos y cargándolos en los camiones de una fuerza civil-militarizada como la UCEP; o cuando crea una Policía Metropolitana en el marco de una Ley de Seguridad con áreas de vacancias graves en cuanto a sus funciones y alcances, y nombra, además, al frente de la misma al ex -policía Palacios vinculado, entre otras cosas, al acto terrorista más grave de nuestra historia, como fue la masacre de la AMIA; o cuando desmantela sistemáticamente la Salud Pública y, en particular, el área de Salud Mental y no precisamente por una concepción distinta sobre el abordaje del problema sino por el claro abandono de los sectores mas vulnerables de nuestra población, además de los supuestos fines de rapiña sobre los terrenos en los que están ubicados los Hospitales Neuropsiquiátricos en la zona de Barracas; o cuando crea y pone en funcionamiento una sistema de inteligencia-espionaje clandestino e ilegal a cargo de personajes oscuros; o cuando recupera para la escena pública a personajes civiles que participaron y afianzaron con sus prácticas y discursos las dictadura mas sangrienta de nuestra historia como el Sr. Abel Posse.
Si es así, esperamos que la reflexión crítica de la ciudadanía acompañe una voluntad política activa que le haga saber al Jefe de Gobierno que no está dispuesta a avalar ni a legitimar funcionarios y prácticas políticas fascistas que atenten contra el estado de derecho y la convivencia democrática de y entre todos los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires.
Lucas Rubinich - Marcelo Langieri - Alcira Daroqui - Ernesto Meccia. Buenos Aires, 16 de Diciembre de 2009 (Agencia Paco Urondo)
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