miércoles, 23 de diciembre de 2009

Jesús, después de 2000 años seguimos luchando contra el imperio, por Gallego Fernández

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Faltan pocos días y todos te recuerdan; no lo tomes a mal pero en estos tiempos sos un pretexto de una gran conmemoración, festejan que naciste, a nadie se le ocurre preguntar porque después de más de 2000 años te recuerdan. Tenés que comprender que pasó tanto tiempo, que todo lo que vos hiciste y dijiste, solo se pudo apreciar en los primeros tiempos; fueron tiempos difíciles, pero Marcos, Lucas, Juan, Mateo, se encargaron de transmitirlo, el que escribió el relato de Marcos fue el que mejor lo hizo.

Hoy se llaman evangelios, todos los domingos los leen en un rito que se denomina misa, se hace en un templo que la gente llama Iglesia, se han construido muchos templos de estos, lo más gracioso que los fariseos, también hicieron templos, y los llaman casas de reunión, en aquellos primeros tiempos, cuando el imperio pretendió callar tu voz, la iglesia era la asamblea, pero hoy habla solamente un sacerdote.

Dicen que este rito rememora la eucaristía, pocos conocen que significa, piensan que esa última cena fue tu despedida; los sacerdotes les enseñan que el pan es tu cuerpo y el vino tu sangre, menos mal que siempre hay profetas, por que para serte sincero, cuando era chico, estaba absolutamente convencido de esto, luego me hicieron comprender que la acción de gracias, el don en la comunidad, el reino de dios en la tierra, se realiza en el acto de compartir lo que tenemos, con nuestros hermanos, cuando comulgamos en nuestra condición de iguales y en la fe en el pueblo.

Yo estoy viviendo en un lugar que vos no conociste, se llama América, acá la cosa esta tan difícil como en tus tiempos, somos más de treinta tribus, se logró armar un un consejo que se llama UNASUR. No reúne a todas las tribus, pero si a las mas numerosas e importantes, desde ahí venimos impidiendo que el Cesar nos domine. Estamos contentos porque ya le devolvimos su moneda, ahora utilizamos las nuestras para intercambiar entre las tribus. También hay tribus que sus jefes traicionan y negocian con el imperio, pero mantenemos la fe en el que todo lo ve, el pueblo.

Hay un profeta que se llama Galeano, es de una tribu muy cercana a nosotros, el escribió un nuevo evangelio, Las Venas abiertas de América Latina, en el narra la palabra de todos nuestros profetas, desde Gabriel Condorcanqui, que sus hermanos llaman Tupac Amaru, hasta uno de los últimos que era de nuestra Tribu, lucho y predicó la palabra, en nombre todas las tribus, el Che Guevara, no te doy toda la lista ni los detalles, porque sería muy tedioso.

En nuestra tribu, hemos sufrido como muy pocas, la muerte y la persecución, hubo un profeta que se llamaba Juan, que enfrentó con éxito al imperio, lo hizo con una mujer a la que el pueblo recuerda simplemente como Evita, fue la vez que más cerca estuvimos de la realización del reino. Nuestra tribu amaba a todas las tirbus del mundo, no atacaba a ninguna, el pueblo era feliz y teníamos capacidad de defendernos de los ataques del imperio.

Pero viste…, siempre hay un Judas, eso sí, los de acá no se suicidan, pero a algunos los alcanzó la mano de Dios, logramos que el profeta vuelva, y tampoco tuvimos suerte, el imperio nos volvió a derrotar, y esta vez fue terrible mataron a muchos hermanos, y se perdió por mucho tiempo la fe en dios. La tribu comenzó a adorar a falsos Dioses, al becerro de oro lo llaman, “democracia liberal”, “primer mundo”, los hermanos dejaron de comulgar, y no hubo más jubileos, sacrificaban hermanos, condenándolos al hambre y la miseria, para estar en gracia con el becerro de oro.

En el 2001, se dieron cuenta que los saduceos, conjuntamente con el imperio les habían quitado casi todos sus bienes, y sin nombrar ningún juez, salieron a las calles y echaron a los mercaderes del templo, el sumo sacerdote se fue en un aparato que vuela, se llama helicóptero. Desde el 2003, elegimos a un Juez, Nestor, con el que fuimos restañando las heridas, la cosa no es sencilla porque todavía hay muchos que creen en el becerro de oro. Los saduceos después de un tiempo volvieron a aparecer de la mano del imperio, y desean que el pueblo crea en los falsos dioses. El año próximo celebramos los 200 años de nuestra pascua, sería extraordinario que fuese similar a tu entrada en Jerusalén.

Si estuvieras vos la cosa sería más sencilla, tenemos muchos hermanos poseídos por el demonio, perdieron la fe en el pueblo, no creen en la comunidad, odian a sus hermanos; no se sienten parte de la tribu, (los llamamos clase media), cuanta falta nos hace tu palabra, para sacarles el demonio del cuerpo. De cualquier forma seguimos con la firme intención de construir el reino, algunas cosas importantes se han hecho, pero nos falta mucho y siempre está acechando el imperio. Bueno querido Jesús, como podrás apreciar seguimos tu ejemplo, este 25 cuando levante la copa, voy a estar con mi familia, como todos los años yo le voy a decir Feliz Navidad, muchos de ellos no entienden que festejan, te diría más, algunos creen en el becerro. Pero entre vos y yo, y el resto de los hermanos, sabemos que Navidad, es comulgar en la Liberación.

Con un fuerte abrazo revolucionario.

(Agencia Paco Urondo)

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