Después de la tormenta siempre sale el sol, por Patricio M. Ruiz

Azul, Buenos Aires (Agencia Paco Urondo) Hoy me desperté muy transpirado, agitado por un par de pesadillas y otro tanto por la humedad concentrada en toda la casa. Anoche no pude dormir sin despertarme cada cinco minutos. Iba al baño, levantaba la tapa, y la volvía a bajar. Estaba incomodo, ansioso. Y cuando por fin entendí que no debía seguir acostado salí al patio a mojarme con la lluvia que empezaba a caer sobre el pasto recien cortado y el sol colandose entre nubes.

Abel Posse ya no es mas ministro de Macri. Hoy es un buen día, no debía dormir, debía salir a mojarme la cabeza entre la alegría del festejo y el sentimiento clavado en el pecho de que todavía estamos nosotros, demostrándole a esta clase politica quienes somos, que tipo de construcción queremos, popular, para todos por igual, desde el pueblo, para el pueblo, que nos cansamos de olerle las plantillas de sus borcegos encerados con los que han aplastado tantos cuerpo que entre el hedor hoy al menos tienen el alivio de saber que no vamos a seguir apoyando la resaca historica, sino que vamos a escribir la historia, en la lucha social, en el dia a dia, desde la militancia, desde el compañerismo, en el codo a codo.

Mientras estaba en plena llovizna miraba el cielo, tan parecido a otros cielos que viví en este año, y que todavía me hacen creer, no por ingenuo, sino por testigo, que en toda tormenta queda al final el rayo de sol que acobija y nutre. Como aquel que nos acompaño en la plaza de los dos congresos cuando al grito de democractización de los medios se le sumo la voz de los miles que cantamos y trabajamos por la nueva ley de radiodifusión, que estos creadores de tormenta, como quienes siguen a Posse, que quieren taparnos el sol con las manos, están poniendo en jaque hoy, haciéndonos creer, como quisieron hacer los monopolios y la clase política de derecha amaestrada por el neoliberalismo, que todo esta mal, que nos vamos al caño, con comparaciones burdas y desprolijas, parte del discurso de clase media alta acomodada que aun sigue viendo para afuera, avergonzándose de ser sudacas, parte de un bloque latinoamericano que de a poco va saldando sus cuentas históricas con quienes han estado postergados en los margenes.

Y cuando ya no se podía estar mas afuera, porque la lluvia empezó a ponerse pesada, entre a secarme y ahí estaba mi viejo, contento porque le habían dado trescientos y pico de pesos más en el banco...un jubilado contento, mi viejo contento con lo que le pagaron. No se si será mucha casualidad, pero hoy entre recuerdos y hechos, pude ver que no todo es tan malo, que no todo esta tan sucio, y lo que es sucio, como un jefe de gobierno jugando a la C.I.A., pinchando teléfonos particulares, nadie lo discute, porque no es negocio.

El dos mil nueve me quito muchísimo, pero por otro lado nos dio a todos mucho. Y eso me pone feliz, con ganas de seguir sintiendo cada gota y el rocío sobre el pasto recién cortado, que podamos trabajar por los derechos de todos. Y aunque todavía no este en los planes de algunos conservadores de derecha, burgueses de los noventa, nosotros vamos por un dos mil diez lleno de acciones para todos, sin caretas, sin venderse, vamos por un suelo firme para cada uno de los que vive en este país y en Latinoamerica, por igualdad, por diversidad, por mas iglesia, Macri, UCEP, Carrió, y cuando bloque sin construcción social, sin base política clara, y verdadera motivación popular por la que mojarse en plena tormenta con el unico fin de esperar una pizca de sol se interponga.

Porque este año aprendí a contruir desde la diversidad, desde el dialogo, porque vi verdaderos cambios a mi alrededor, en quienes alcanzamos, en quienes tocamos y de quienes nos nutrimos, y porque considero a eso como el exito, hacer visibles con un rayo de sol a quienes siempre han estado en la oscuridad, cerca nuestro, es que deseo, para quienes conozco y para quienes no, para quienes comparten y quienes no, la mayor de las felicidades, la pasión transformada en acción y sobretodo un dos mil diez más unidos que nunca en la lucha popular. Ahora ya estoy seco, pero si hay que mojarse, estoy seguro compañeros, que ustedes y yo, vamos a ser los primeros abajo de la nube negra. (Agencia Paco Urondo)