jueves, 3 de diciembre de 2009

Crispación, por la Agrupación 25 de Marzo

Capital Federal (Agencia Paco Urondo)Hay crispación en el ambiente. Está todo crispado. Tengo algunos años, no muchos, pero hacía mucho que no veía este nivel de crispación. Es más, en realidad creo que nunca lo había vivido. Los ánimos crispados. Los gestos, las manos, la mirada, todo crispado.

A la crispación que había en el Puente Pueyrredón la fatídica mañana de Kosteki y Santillan los medios no la detectaron. Detectaron una masa informe de piqueteros que trataban de ganarle la carrera al frente de gases lacrimógenos y balas de goma que se convirtieron, sin que mediara advertencia, en balas de plomo.

En el 2001 tampoco. No estaba “esta” crispación. Creo que era stress. Algo parecido a un stress social: ir al banco en diciembre, después de una cola de dos horas, una parte de ella afuera, bajo el agobiante calor del verano (los bancos no querían que la cosa se crispara adentro), y salir con los 250 pesos límite que permitía el corralito para tratar de irse de vacaciones a un cajero automático. Y en el camino de salida encontrar uno que silbara un tango que no me gustaba o una vieja que me miraba torcido para rajarle una puteada terapéutica. No era crispación. Era frustración. Y se descargaba en lugares más imprevistos.

Se acuerdan de los bocinazos en las colas del peaje? No era crispación, era derrota.

Con la Rata no había nada de crispación. Ni un miligramo. La crispación estaba lejos: en Cutral Co, en Lules. Acá no había tiempo para crispación. Había que juntar la platita para la cuota de la heladera. Yo no recuerdo crispación. En todo caso recuerdo indignación el domingo a la noche en el programa de Lanata, con Zloto y Tenembaum arrojando leña. La edición de Amarillo 12 al día siguiente de la acusación presidencial. Chanzas a lo loco había. Pero crispación, ni un poco.

Hubo un poquito de crispación con Alfonsín, pero casi ni se notó. El plan Austral vino a poner las cosas en calma y a decirle chau a la crispación en el debate Caputo Saadi. Creo que eso fue lo más crispado que pudimos testificar.

Con los milicos la crispación no existe. Olvidate. Cualquier crispación terminaba en El Olimpo, o en Club Atlético, o en la ESMA.

Sigo para atrás y mi memoria política e histórica empieza a traicionarme. O directamente a mostrar agujeros como un queso. Hasta que entra en un vacío que sólo es suplido por “La República Perdida”. Me suena a mucha crispación durante la vuelta de Perón y seguramente algo más con Illia, pero ahí me parece que la combatían con tortugo-terapia en la Plaza de Mayo.

La que me hace un eco crispado muy elocuente con nuestro “Kristina Konchuda” es aquel “Viva el Cáncer”, allá por el ’52. Me parece que esa pintura en un paredón habla de un toco de crispación. Crispación a lo loco.

Me mandé un crispadógrafo, para tratar de identificarla (click para agrandar). Donde la curva crece mucho, crispación máxima. La encerré en círculos.

Ah, perdón. El diagrama sobre el que está construido es la serie de participacion del factor trabajo, de la masa asalariada, en el PBI argentino según lo estimaron Graña y Kennedy.

Chau, chau, chau, chauuuuuuuu!!!(Agencia Paco Urondo)

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