Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Declaración de la Dip. Gabriela Alegre, Ciudad de Buenos Aires, 9 de diciembre de 2009
Con las convicciones de siempre
En junio de 2007 fui electa legisladora de la Ciudad de Buenos Aires en la lista de Diálogo por Buenos Aires, que llevaba a Daniel Filmus y Carlos Heller como candidatos a jefe y vicejefe de Gobierno y a Aníbal Ibarra como primer candidato a legislador porteño. Esa misma alianza política llevó a Cristina Kirchner como candidata a Presidenta de la Nación y a Miguel Bonasso como candidato a diputado nacional en las elecciones de octubre de 2007.
Mi inclusión en esa lista fue consecuencia de mi militancia de años en defensa de los Derechos Humanos, de mi desempeño y compromiso político con esos ideales como funcionaria durante la gestión de Aníbal Ibarra, y de un acuerdo político y programático entre diferentes fuerzas afines, que expresaba mi identidad política tanto en lo nacional como en lo local.
Durante los dos primeros años de mi mandato como legisladora porteña he sido una férrea opositora a la gestión de Mauricio Macri. Al mismo tiempo, he apoyado públicamente al Gobierno Nacional en su política de derechos humanos, durante el conflicto con la Mesa de Enlace defendiendo la redistribució n del ingreso, y en distintas iniciativas, como la estatización de las jubilaciones, la nueva Ley de Medios y la implementació n de la Asignación Universal por Hijo, entre otras.
Cuando llegó el momento de armar las listas para las elecciones de 2009, no fue posible llegar a los acuerdos que en la elección anterior nos habían llevado a ser protagonistas de la definición en segunda vuelta en la Ciudad de Buenos Aires. Como tantas veces ha ocurrido en la historia política de las fuerzas progresistas, el afán por prevalecer y la especulación acerca del humor de la opinión ciudadana dejaron a nuestro espacio sin el gesto de unidad y fortaleza que necesitaba.
Quiero ser totalmente clara con respecto al Gobierno Nacional y al kirchnerismo: no me identifico con todo lo que se decide y se hace, pero aún así creo que debemos defender con decisión las conquistas básicas que se han logrado y que constituyen la primera muestra palpable en decenios de que podemos transformar nuestro país en una sociedad más justa.
Por esos ideales, propuse reiteradamente que los sectores progresistas nos uniéramos para aportar y apoyar desde nuestro espacio al Proyecto Nacional que está en marcha y que sufre el ataque de un conjunto heterogéneo de fuerzas políticas e intereses. Por esos mismos ideales, pedí que no quedáramos como espectadores de una disputa en la cual la oposición al Gobierno Nacional, con una metodología que trae a la memoria otros momentos de nuestra historia, apela a todo tipo de argumentos, tanto de izquierda como de derecha, para descalificar en bloque y negar logros importantes y concretos.
La unidad no pudo ser. Ante esa circunstancia, decidí dejar el Bloque de Diálogo por Buenos Aires para ser parte de la conformación del Bloque Encuentro Popular para la Victoria que es el espacio político donde creo que puedo expresar mejor mis convicciones y mi historia militante. Desde este espacio, me propongo defender y profundizar las conquistas sociales y políticas iniciadas por el Gobierno Nacional, y poner todo mi esfuerzo en la construcción de la unidad necesaria, que devuelva a los sectores de centro izquierda y progresistas la identidad y el protagonismo que hasta hace muy poco tuvieron en nuestra ciudad.
Gobierna Buenos Aires la más acabada e irresponsable expresión de la derecha. Mauricio Macri administra mal, posterga áreas vitales, como la Educación y la Salud, y consiente el maltrato a los desprotegidos y el espionaje a los opositores. Si pretende justificar sus notables desaciertos, asegura sin sonrojarse que desconocía el funcionamiento del Estado porteño y que recién después de dos años ha comprendido que gran parte del Presupuesto de la ciudad se destina a pagar sueldos. O inventa logros basados en datos que no existen y da explicaciones infantiles cuando, para vergüenza de todos, el abuso de Poder se mezcla con los penosos dramas de su familia.
Mauricio Macri nos gobierna y nosotros estamos divididos. Por eso, es absolutamente necesario que construyamos con todos los sectores de centroizquierda un acuerdo amplio para crear una expresión política que vaya más allá de lo meramente electoral. Las diferencias que existen no pueden ser un impedimento para que nos unamos y para que volvamos a ser una opción política fuerte. Debemos hacer valer nuestras coincidencias para terminar con la gestión de Mauricio Macri, que no ha hecho más que retroceder en todos los órdenes y en detrimento de los derechos y las condiciones de vida de los porteños, y para mirar nuestro futuro y el de nuestros hijos con una nueva esperanza.
(Agencia Paco Urondo)
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