Capital Federal (Agencia Paco Urondo) La designación de Posse es una provocación a la constitución de la Ciudad de Buenos Aires y a los derechos humanos
El Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires hace público su más enérgico rechazo a la designación del Dr. Abel Posse como ministro de Educación del Gobierno porteño.
Las editorial que Posse firmó en una columna de opinión del diario La Nación el jueves 10 de diciembre del 2009 (día internacional de los derechos humanos), más los antecedentes que figuran en su trayectoria, desnudan una línea de pensamiento enfrentada al más básico respeto de los derechos humanos y a la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
Un hombre que desconoce las garantías constitucionales que tienen todos y cada uno de los ciudadanos que habitan, en este caso, la ciudad de Buenos Aires, no puede, ni debe, bajo ningún aspecto, asumir como ministro de educación ni ninguna otra área de gobierno donde se tomen decisiones de interés público. Es un contrasentido escandaloso y repudiable.
Es una provocación a la joven historia democrática de nuestro país que, justamente, en la fecha elegida para conmemorar el día internacional de los derechos humanos, un hombre que está a horas de convertirse en funcionario público, entre otras preocupantes declaraciones, deje en claro que no le interesa interpretar la constitución en su integridad negando los tratados internacionales de derechos humanos.
Posse editorializa sobre el tema de la inseguridad en la Argentina y desconoce que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) no mide la criminalidad sino otros aspectos de la vida de los argentinos. Afirma que la democracia implica un riguroso orden pero no explica qué es el orden para él aunque lo deja entrever: represión como única medida de seguridad ciudadana. Para nosotros la democracia es la expresión de todas las voces y la regulación de los intereses contrapuestos a través de las reglas constitucionales. Justifica el abuso policial y llama delincuentes a quienes ejercen el derecho de petición y a los pobres. Utiliza términos como represión y gatillo fácil conciente de la valoración que tienen en nuestro país esos términos. Las palabras tienen un valor y su utilización en su editorial son, al menos, una provocación. Con todo, realiza una mezcla inconsistente de moral y derecho que si se siguiera su argumentación, en una interpretación lógica, se estaría justificando matar a todos los alteradores del orden sin juicio previo. A la vez, diferencia entre seres humanos y seres humanísimos como si unos tuvieran más derechos que otros, desconociendo enormes principios constitucionales, en particular el artículo 11 de la Constitución de la Ciudad (derecho a la igualdad). Declara que las fuerzas armadas pueden involucrarse en la seguridad interior cuando hace mucho tiempo que está prohibido por la ley. Señala que se demolieron las Fuerzas Armadas cuando en realidad dicha institución simplemente se está democratizando.
El señor Posse habla del respeto ciudadano. ¿Qué es el respeto ciudadano? Para nosotros es respetar y velar por los derechos de todos, y entre esos derechos figuran los derechos de los niños, derechos que deben ser protegidos por el Estado. Y cuando esos niños cometen delitos es el Estado de Derecho el que debe actuar. Posse desconoce las instituciones y su relato está basado en repercusiones mediáticas de la inseguridad y no en datos científicos. Criminaliza la niñez y la juventud desconociendo y maltratando a las ciencias sociales. Siendo un posible Ministro de Educación debería fundamentar sus dichos en antecedentes comprobables.
Desde el Observatorio de Derechos Humanos entendemos que la seguridad e integridad física es un derecho fundamental, que el Estado debe resguardar, pero también sabemos que la represión injustificada y el descontrol policial, además de violar garantías constitucionales, no disminuye los índices del delito sino que los aumenta. No se pude solucionar en el problema de la delincuencia cometiendo delitos. Sabemos también que el problema de la inseguridad no se discute con estadísticas sino asumiendo el problema y su complejidad y arbitrando políticas públicas integrales y no únicamente policiales.
La Ley de Seguridad 2894 de la Ciudad de Buenos Aires tiene una serie de principios y reglas que se contraponen diametralmente con los dichos de Posse respecto a la seguridad.
El Estado debe prevenir y evitar que se cometan delitos y el doctor Posse se manifiesta en contra de la prevención proponiendo únicamente la represión. Un hombre que estará a cargo de la política educativa de una ciudad no puede desconocer el valor de sociabilidad que tiene la prevención. ¿Qué programa curricular va a proponer para las escuelas porteñas? ¿Una nueva doctrina de la seguridad nacional, para que se implemente directamente desde la primaria?
¿Qué es la experiencia y el buen sentido? Posse tampoco aclara a qué se refiere cuando hace alusión a estos términos, produciéndose, de esta manera, que los mismos queden a criterio discrecional del receptor. Nosotros nos guiamos por la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, que es el acuerdo al que arribó la ciudadanía porteña.
Recordemos los antecedentes de este funcionario que se será el máximo responsable de ejecutar las políticas educativas de la ciudad de Buenos Aires:
• Apoyó públicamente, en reiteradas oportunidades, la dictadura militar de 1976. Sobre él pesan serias acusaciones de colaboracionismo con el entonces almirante Emilio Eduardo Massera.
• Se desempeñó en la embajada de Francia en la época en que allí funcionaba el Centro Piloto desde donde la Armada realizaba operaciones de carácter psicológico.
• Durante el gobierno de Carlos Menem fue embajador en Perú. Tampoco tuvo recelo en elogiar al entonces presidente de ese país, Alberto Fujimori, condenado por la justicia por delitos de lesa humanidad.
• Defendió a Jorge Sobisch como representante da la muestra de superar el síndrome nacional de abuso y beneficio personal de poder (la Nación 17/10/2007)
• Reivindica a las fuerzas armadas como garante del orden Republicano.
Al mencionado nombramiento hay que agregarle un agravamiento y deterioro del sistema educativo como hacía mucho tiempo no sucedía. El mapa social, en estos dos años, muestra la incidencia del proceso de desigualación para la escuela pública. En la Ciudad la realidad expresa una nueva configuración educativa que se traduce en más polarización de la estructura social. El Ejecutivo local piensa en lo público como un servicio para sectores medios bajos y bajos, mientras que una variada oferta de educación privada se expande cada año con mayor presupuesto. Así lo indica la suba del presupuesto para el año 2010 para la subvención de las escuelas privadas y el recorte para las escuelas públicas.
En este contexto, la coyuntura actual plantea el desafío permanente de proteger el espacio de la escuela pública y demandar las condiciones que faciliten la circulación de los recursos materiales y simbólicos para la apropiación del conocimiento, garantizando el acceso y su permanencia a todos los sectores, sobre todo a los que menos tienen.
Resulta indiscutible el mérito estratégico de la educación, en la construcción de una ciudadanía plena, con valores y sentidos que estructuran la socialización de niños, jóvenes y adultos.
Por ello, el Observatorio, en el marco de la Constitución y en el respeto irrestricto por los derechos humanos, reafirmamos la condición de bien social de la educación y como tal estimamos que merece ser administrado por hombres con vocación democrática e inspirados en el aprecio a la dignidad humana.
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Mariano Abrevaya Dios (155-142-9949)
(Agencia Paco Urondo)
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