Todo queda en familia, por Manu Kapo

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en http://anarkoperonismo.blogspot.com) Algunos kirchneristas que andan dando vueltas por ahí no terminan de entender una incómoda verdad: los malos desempeños electorales traen aparejadas consecuencias a veces desafortunadas. A saber, si uno pierde las elecciones legislativas, entonces es dable pensar que la composición de fuerzas en el congreso se va a modificar en forma adversa (y ni hablar de lo que pasa si se pierden las presidenciales).

No es éste el caso de la diputada Victoria Donda que -secundada por Graciela Camaño y Felipe Solá 10 y 18 posiciones más arriba- hizo estallar las urnas en la Provincia de Buenos Aires allá por el 2007, obteniendo un 45% que le garantizó su lugar en la cámara baja. Claro, en esas épocas oscuras no se respetaba la representatividad (no como hoy) y la Vicky se quedó sin presidir ninguna comisión, a diferencia de Graciela Camaño que siendo socia minoritaria resultó premiada con la comisión de Asuntos Constitucionales.



Nuestra joven morocha nac&pop no se come una, y al año y medio de tal canallada decidió terminar con las viejas prácticas de la política tradicional para tejer una nueva red de alianzas con sectores críticos y progresistas, esta vez encarnados en la lista de Martín Sabbatella. De más está decir que volvió a reventar las urnas obteniendo entre un 5 y un 6%, de los cuales no quedan dudas que ella aportó la mayoría (a pesar de que los votos no alcanzaron para meter a su aliado Cevallos).

Con su legitimidad renovada por un excelente desempeño electoral, Victoria quebró lanzas y plantó bandera, obteniendo después de años de lucha la poderosa comisión de Derechos Humanos (comisión desde donde seguirá luchando contra las viejas prácticas de la política tradicional) estrechando lazos de consenso con otros representantes de la nueva política como Felipe Solá o Graciela Camaño. Éstos últimos, por su parte, habrán de obtener para sus respectivos bloques alguna comisión de segundo o tercer orden como la de Presupuesto o la de Juicio Político, demostrando la capacidad de negociación que tiene nuestra izquierda independiente para regalarle a nuestra república un congreso con caras nuevas y algún día tal vez, cambiar la historia.

Martín Sabbatella, en cambio, cabalgando sobre la legitimidad que le brindó el movimiento de masas Libres del Sur terminó trabando espúreos acuerdos de oportunidad con el oficialismo y traicionó al mandato popular. Esperamos que a la brevedad tenga la decencia de renunciar a la banca que le confió el pueblo y así dejarle lugar al Huevo Ceballos, respetando la legitimidad de las urnas que lo es todo. No todo son carguitos en el ministerio de Desarrollo Social y planes para repartir...

Al Justicialismo Libertario nunca se verá inmiscuido en algo así por dos motivos. El primero es que no creemos en la farsa de la democracia representativa burguesa sino más bien en la autorepresentación (yo digo de que...). Y el segundo motivo es que nunca vamos a ser tan pelotudos, mezquinos o irresponsables como para negociar con De Narváez y Aguad para quedarnos con las comisiones pedorras, al costo de que sus bloques se queden con las comisiones más poronga.

(AUTOCRÍTICA: ¿Cómo podemos ser nosotros tan pelotudos de dejarle la comisión de Presupuesto a Urquía y la de Asuntos Constitucionales a Camaño?) (Agencia Paco Urondo)