lunes, 7 de diciembre de 2009

Los otros muros

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, gentileza Horacio Fontova) Dos décadas después de la caída del muro de Berlín, el mundo sigue plagado de barreras que dividen a países, pueblos y familias de Brasil a Uzbekistán, de Cisjordania a México. Las razones son múltiples: combatir la violencia, la inmigración ilegal o incluso la aftosa, pero el resultado es siempre el mismo: separar y atemorizar.

Frontera entre México y Estados Unidos

La frontera entre México y Estados Unidos tiene 3.200 kilómetros. El gobierno estadounidense ha construido un muro metálico en un tercio de su extensión y se estima que ha invertido más de U$S 2.400 millones en él para evitar el ingreso de inmigrantes indocumentados provenientes de México y Centroamérica. Las primeras láminas del muro fronterizo comenzaron a aparecer en 1991, pero fue en 1994, cuando Estados Unidos decidió fortalecer la vigilancia bajo la denominada "Operación Guardián".

Han pasado 15 años desde aquel entonces y según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México han muerto más de 5.600 inmigrantes indocumentados en su intento por cruzar la frontera. La mayoría debido a las altas temperaturas del desierto.
En algunas zonas de la frontera no sólo hay un muro, sino tres vallas metálicas que impiden cualquier tipo de contacto a través del mismo. Su altura promedio bordea los 4 o 5 metros de altura y recientemente ha avanzado la construcción del llamado "muro virtual", una serie de dispositivos tecnológicos como detectores infrarrojos, cámaras, radares, torres de control y sensores de tierra que han hecho más eficiente el control del límite entre ambos países.

Barrera entre Israel y Cisjordania

La barrera que divide el territorio entre Israel y Cisjordania está formada por vallas, alambradas, zanjas y placas de cemento de hasta 8 metros de alto. Algunas secciones tienen también sensores, arena para identificar huellas fácilmente, carreteras de patrullaje y zonas de separación o "buffer zones", de hasta 60 metros.
El gobierno israelí inició la construcción de la barrera de separación en 2002 con el objetivo de proteger a sus ciudadanos de ataques palestinos. Lo que para Israel es una "valla de seguridad" se interpreta desde el lado palestino como un "muro de apartheid".

Una vez finalizada, aproximadamente el 85% de la barrera divisoria estará sobre territorio palestino ocupado, en el que se incluye Cisjordania y Jerusalén oriental. Sólo el 15% de la estructura sigue la llamada "línea verde", que es la demarcación del armisticio de 1949 entre Israel y Cisjordania, hoy reconocida internacionalmente como frontera entre ambos territorios. Según cifras de Naciones Unidas de julio de 2009 el 58,3% de la barrera está completo, un 10% está en vías de construcción y un 31,5% todavía está pendiente de ejecución. La estructura se adentra con frecuencia en Cisjordania zigzagueando el territorio para proteger asentamientos judíos, de manera que la longitud total de la barrera es de 709 kilómetros.

Muro de separación en Belfast

Las llamadas "línea de paz" de Irlanda del Norte comenzaron a ser levantadas hace 40 años en Belfast como medida temporal, pero continúan en pie. Son una serie de barreras de separación entre comunidades católicas y protestantes. Van desde unos pocos centenares de metros hasta cinco kilómetros. Pese a que se han convertido en atracción turística, siguen recordando un pasado reciente de violencia entre católicos y protestantes enfrentados por la pertenencia de la provincia al Reino Unido. El primero de los muros, que separa las calles Shankill y Falls, fue erigido en 1969 tras disturbios e incendio de casas en el oeste de Belfast. Con el paso de los años la barrera se ha elevado a más de seis metros. El último de los muros se levantó en fecha tan reciente como el año pasado, en los terrenos de una escuela primaria de norte de Belfast, luego de un período de escalada de las tensiones entre las dos comunidades.

Zona Desmilitarizada de las dos Coreas

La Zona Desmilitarizada de las dos Coreas (ZDC) es una franja de territorio de 4 kilómetros de ancho por unos 250 kilómetros de largo, que divide a Corea del Norte y Corea del Sur, cortando la península coreana a lo largo del paralelo 38. La franja fue creada en 1953, cuando la guerra entre las dos Coreas –que dejó unos tres millones de víctimas- se detuvo gracias a un cese al fuego. Durante muchos años fue considerada una de las fronteras más tensas de la Guerra Fría; aún hoy, pese a los avances en la reconciliación entre los dos países, es un territorio que refleja el conflicto latente en la península.

Arabia Saudita, el reino amurallado

Con el objetivo de defender la economía más poderosa del Golfo Pérsico, poseedora de la mayor reserva de petróleo del mundo, el reino saudita fortifica su frontera de 9.000 kilómetros con una de las barreras de seguridad más largas del mundo, a un costo estimado de US$3.000 millones. El reino comparte con Yemen 1.458 kilómetros, y con Irak más de 800. Además, limita con otros cinco países: Barein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Kuwait y Jordania. El proyecto de alta tecnología, llevado a cabo por el consorcio de Defensa y Seguridad EADS y Al Rashid Trading & Contracting Co., contará con barrera física en algunas partes, pero en otras, poco pobladas y en el desierto, habrá una barrera virtual: vigilancia satelital, cámaras, radares, sensores electrónicos, centros de detección costeros y aeronaves de reconocimiento para detectar intrusos y enviar patrullas. En Arabia Saudita ya existe un cerco defensivo en la frontera con Yemen, construido también por EADS. Consiste de una red de sacos de arena y tuberías rellenas de concreto, con equipos de detección electrónica.

Río de Janeiro: un muro en las favelas

El gobierno del estado de Río de Janeiro, Brasil, construye desde principios de este año varios muros alrededor de algunas de las favelas o barrios pobres que crecen en los morros y montañas de la ciudad. En total, 13 favelas serían rodeadas de hormigón y concreto, para un total de 14 kilómetros de longitud. Su altura va de los 80 centímetros a los 3 metros. El objetivo es evitar que las construcciones precarias que caracterizan esas comunidades destruyan la vegetación que las circunda, que en Brasil se conoce como el Bosque Atlántico, típico de esa región y que según portavoces oficiales habría perdido más del 90% de su superficie. La reserva de Rio de Janeiro se llama parque Tijuca, considerado una de las mayores reservas naturales urbanas del mundo. En el barrio de Santa Marta ya se han levantado más de 600 metros de muralla, mientras que en Rocinha -de más de 200.000 habitantes- el gobierno acordó con los vecinos limitar la pared a las zonas con peligro de deslizamiento. El resto se compondrá de senderos ecológicos y parques. Algunos críticos consideran que los muros de Río buscan separar las zonas empobrecidas de las de mayores recursos, ubicadas entre las favelas y el mar. O servir de contención para los traficantes de drogas.

Sahara Occidental: el "muro de la vergüenza"

Año de construcción: Empezó a construirse en 1980 y la última etapa finalizó en 1987.
Tipo de construcción: Paredes de arena y piedras, alambradas, zanjas y campos minados. Longitud: Aproximadamente 2.720 km. Altura: 2,5 mts., aunque varía a lo largo de su extensión. El Sahara Occidental es una zona disputada por sus pobladores originales –los saharauis- y Marruecos, que ocupó ese territorio en 1976 luego de que España, ocupante anterior, se retirara de éste. Al apropiarse del territorio, Marruecos decidió construir un muro en el desierto para defenderse del Frente Polisario, un movimiento político y militar que busca su independencia de Marruecos y la autodeterminación del pueblo saharaui. El muro es en realidad un conjunto de seis paredes defensivas que en total superan los 2.700 kilómetros. Tiene una altura de entre dos y tres metros y tiene partes de arena, otras de piedra, alambres de espino y minas. Organizaciones de derechos humanos lo llaman el "muro de la vergüenza" y condenan la existencia de minas antipersonales a lo largo de la pared. El gobierno marroquí, por su parte, dice que limpió el desierto de minas y desactivó unas 65.000.

Valla que separa Botswana de Zimbabwe

La cerca, de alambre de púas, tiene dos metros y medio de altura y se extiende a lo largo de unos 500 kilómetros.
En 2003, el gobierno de Botswana anunció que construiría una cerca electrificada a lo largo de su frontera con Zimbabwe con el fin de impedir la propagación de la fiebre aftosa entre el ganado. Miles de reses han sido sacrificadas en Botswana a lo largo de los últimos años debido a sucesivos brotes de esta enfermedad.
Esta pérdida es especialmente significativa en un país en que la ganadería representa la segunda fuente generadora de divisas, después de la extracción de diamantes.
Pero la versión oficial no satisfizo a las autoridades de Zimbabwe, que vieron en esta cerca una forma de detener a los zimbabwenses que trataban de llegar a Botswana de forma ilegal. La economía de Zimbabwe está en ruinas, con una hiperinflación que en algunos momentos ha llegado al 100.000% y con una tasa de paro de más del 90%.
Como consecuencia, son muchos los habitantes de ese país que tratan de emigrar a Botswana, junto con Sudáfrica una de las economías más prósperas del continente.
La instalación eléctrica de la cerca nunca llegó a conectarse. No existen patrullas que vigilen la efectividad de la valla. Hoy por hoy, esta dista mucho de parecerse a un muro insoslayable. Varios ríos atraviesan sus 600 kilómetros de longitud, creando intersticios por los que los rebaños pueden cruzar la frontera sin problema.

Chipre: la isla dividida

En 1964 se definió la barrera que partió Chipre en dos, separando a los grecochipriotas en el sur y los turcochipriotas en el norte de la isla. Una década después, este muro se convirtió en una frontera infranqueable tras la guerra entre ambas comunidades en 1974.
La alambrada se extiende 180 kilómetros desde Kokkina en el noroeste hasta Famagusta en el sureste de la isla y la zona de exclusión entre ambas comunidades (conocida como Green Line, Línea Verde) quedó bajo control de las fuerzas de paz de la ONU.
Esta "tierra de nadie" tiene una anchura que oscila entre los tres metros en el centro de la capital Nicosia hasta los de siete kilómetros y medio en la aldea de Athienou.
Finalmente, en 2003, se abrió la frontera, permitiendo a los habitantes de ambos comunidades cruzar al otro lado después de casi tres décadas de separación.

India - Pakistán: "El muro de Berlín de Asia"

La frontera que comparten India y Pakistán, ambas potencias nucleares, es una de las más volátiles del planeta.
Muros, alambradas o fortificaciones se extienden por casi la mitad de los 2.900 kilómetros de línea fronteriza, y la intención manifestada por Nueva Delhi es cubrirla prácticamente toda.
A finales de la década de los años 80, India comenzó a levantar la barrera en los estados de Punjab y Rajastán con el argumento de "combatir el terrorismo".
Un motivo frecuente de tensión es la valla de alambres, combinados con minas y alta tecnología, conocida como Línea de Control, erigida a casi todo lo largo de la frontera de facto en Cachemira, no reconocida por Pakistán.

Muro entre Irán y Pakistán

En 2007, Irán comenzó a levantar un muro -que no ha terminado- en su frontera con Pakistán, en la región conocida como Baluchistán.
El objetivo, planteado por las autoridades, es detener la proliferación de actividades ilícitas como el contrabando de productos, el tráfico de drogas y la inmigración ilegal.
Sin embargo, los expertos señalan que esas no son las únicas razones de Teherán para construir esa pared. También se busca frenar el ingreso de extremistas islámicos a territorio iraní.
Aunque no hay una confirmación de la extensión del muro, información de prensa de la región sugiere que puede llegar a medir 700 kilómetros y que su altura alcanza los 3 metros.
Los baluchis, que habitan en ambos lados de la frontera y también en el área limítrofe de ambos países con Afganistán -muchos de los cuales quisieran ver la región como un ente autónomo o incluso independiente- han quedado ahora divididos por el muro.

España: las vallas de Ceuta y Melilla

Para evitar la entrada masiva de inmigrantes africanos sin permiso de residencia, España decidió construir a finales de siglo XX dos barreras físicas en Ceuta y Melilla.
Estas ciudades autónomas ubicadas en territorio africano, al otro lado del estrecho de Gibraltar, representan la entrada más directa a Europa desde África.
Los 8,2 kilómetros de alambrada en Ceuta y 12 kilómetros en Melilla se han ido modernizando desde su construcción en los años '90. Las avalanchas de inmigración ilegal a territorio español registradas a principios de 2000 obligaron a las autoridades españolas y europeas a reforzar la seguridad de este sistema de tres vallas paralelas en cada ciudad.
Se aumentó la altura de las barreras hasta seis metros, se colocaron cámaras infrarrojas, difusores de gases lacrimógenos, sistemas que impiden el uso de escaleras para pasar la valla, laberinto de cables trenzados y piquetes de 1 a 3 metros de altura.
Si bien las autoridades españolas han sido exitosas en el control de la inmigración, ceutíes y melillenses sufren las consecuencias de vivir en una ciudad amurallada.

Kuwait-Irak

La delimitación entre Irak y Kuwait con barreras de diverso tipo fue una consecuencia directa de la invasión de Kuwait por parte del entonces gobierno de Saddam Hussein.
La primera de ellas empezó a construirse en 1991 por iniciativa de Naciones Unidas para evitar una nueva invasión iraquí. Tiene 190 kilómetros de longitud y se compone de una cerca electrificada, alambre de púa y muros de arena. El conjunto está flanqueado por dos zanjas de cinco metros de profundidad.
En 2004 Kuwait empezó a instalar una nueva barrera de 217 km. El argumento fue que era necesario proteger la frontera norte del país.
Cientos de soldados patrullan estas barreras en coche, barco y helicóptero.

Uzbekistán: alambres de púas, minas y cercas electrificadas

Uzbekistán está flanqueado en buena parte de su perímetro por barreras de alambre de púa. En 1999, tras un atentado en la capital, Tashkent, el gobierno uzbeko recurrió a estas barreras alegando que había que impedir que militantes del radical Movimiento Islámico de Uzbekistán se infiltraran en su territorio. Buena parte de los 1.100 kilómetros de frontera que Uzbekistán comparte con Kirguistán están así demarcados. En algunos tramos de la frontera, la instalación de este tipo de cercas no es posible debido a la geografía montañosa de Uzbekistán. En su límite sur, Uzbekistán linda con Afganistán. La barrera de alambre de púa está allí respaldada por una cerca electrificada con una corriente de 380 voltios. En su frontera con Tajikistán, de unos 1.500 kilómetros de longitud, la barrera de alambre de púas está reforzada por sembradíos de minas antipersona. No existe información sobre cuántos kilómetros cuadrados abarcan las zonas minadas ni dónde se encuentran. Aunque Uzbekistán alega que postes y avisos alertan de la presencia de minas antipersona, Tajikistán destaca que sólo cuando una mina estalla pueden saber que esa zona es peligrosa. (Agencia Paco Urondo)

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