Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado por Judiciales de la Nación) “Preocúpense por Moyano”, respondió hoy, temprano, el ministro de la Corte Suprema Carlos Fayt. El comentario tiene un marco muy concreto y determinado: el conflicto que la UEJN mantiene con el máximo tribunal del país. Curioso.
Pareciera, entonces, que los judiciales teníamos razón al sostener que había algo más que una simple decisión “administrativa” de la Corte, que dispuso dejar a nuestra entidad gremial sin el código de descuento a los afiliados, que por ley nos corresponde a ambos, y sin el cual el sindicato (también sus asociados voluntarios) sufriríamos graves consecuencias financieras, que complicarían nuestro normal funcionamiento en el corto plazo.
Fayt expresa lo que los fallos de la Corte en materia sindical, y en la prosecución de un conflicto de larga data con nuetro gremio, bordan silenciosamente por detrás de la fría letra de los fallos: un antiperonismo a prueba de balas, pintado de concepciones liberales, de autoproclamado respeto a las garantías individuales, pero en el fondo, absolutamente consonante con las necesidades inmediatas de los grupos económicos más concentrados, que anhelan herir de muerte a las organizaciones sindicales, porque acompañan decididamente un proceso inédito de transformaciones políticas y económicas que atraviesa la Argentina.
Nada dice Fayt acerca de la violenta brecha salarial entre jueces y ordenanzas. Ni una palabra sobre la negativa sistemática de la Corte a permitir que los empleados, a través de nuestra organización sindical, compartamos con los cortesanos el manejo de la obra social, a la que magistrados y trabajadores aportamos por igual. Nada sobre la injusticia de que él tenga mucho más que los 65 años de edad y permanezca en su cargo, ejerciendo su poder de administrar justicia y opinar con gran repercusión mediática sobre, por ejemplo, el peronismo, mientras los empleados de, incluso, menor edad que él, pero que ya cumplieron el límite establecido en la ley previsional, sean obligados por los jueces a tramitar la jubilación y una vez fuera de la actividad perciben menos del 50 por ciento de su salario, mientras quienes los jubilan de oficio se retiran con el 82 por ciento móvil.
Nada de esto dice Fayt, ni el presidente de la Corte, y en cambio sí dejan correr en los medios el chisme de cuánto cobra Piumato, y de lo bien, según ellos, ganamos los judiciales. Si los trabajadores judiciales percibimos buen salario, eso es debido a la lucha de nuestra organización gremial, porque está visto que si por los jueces fuera, los judiciales no tendríamos ni siquiera sindicato.
Buenos Aires, 25 de octubre de 2009. UNION DE EMPLEADOS DE LA JUSTICIA DE LA NACIÓN (Agencia Paco Urondo)
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