jueves, 26 de noviembre de 2009

Rodríguez Saá, Solá, Reutemann buscan unirse para enfrentar el Proyecto Nacional, por Raúl “pichi” Saravia

San Luis (Agencia Paco Urondo, gentileza Quique Funes) Después de las políticas y medidas que ha ido delineando el gobierno popular, el peronismo de las corporaciones, fiel a su estilo, busca unificarse en un solo bloque en las Camaras; la defensa de los intereses de sus integrantes y de sus fogoneros ha puesto en marcha su accionar conspirativo.

Con el ejemplo de Honduras no demasiado lejos, sueñan con la posibilidad de debilitar al oponente y con asestar un golpe bueno o golpe blanco, para el caso de que puedan copar la parada en el Congreso.

A pesar de que no pueden disimular sus ansias facciosas, la movida aparece enmascarada en la pelea legislativa previa, la lucha por imponer propuestas y proyectos.

Todos unidos triunfaremos en Senadores y Diputados, parecieran decir exultantes.

Lo interesante y triste de esto es que no se trata de simples dirigentes peleándose por espacios de poder desde lo ideológico, sino desde intereses y frente a lo ideológico, y eso es lo que los hace fuertes y peligrosos. Fieles herederos de Fukuyama, no tienen ideología, ellos solo defienden intereses, que no son otros que los suyos y los de las corporaciones. Saben que dependen solo de ellos y de la desorganización natural que da el debate de ideas, aunque saben que la pelea será dura si el movimiento se pone en movimiento, porque muchos ya están advertidos y no quieren repetir experiencias del pasado; por ahora las bases y los militantes del proyecto nacional parecieran alejarse de la partidocracia para comenzar a estrechar filas frente el peligro que encierra el accionar conspirativo de estos buenos muchachos, los tiempos que corren no son tiempos de “kiosco inútiles” sino de movimientos capaces.

El Caballo de Troya para debilitar el accionar Kirchnerista hoy por hoy pareciera ser la oposición a la reforma política y la pelea por el reparto de liderazgo de las comisiones legislativas en ambas Cámaras, además de la posibilidad de sentar a un opositor en la presidencia de Diputados.

Si bien este accionar constituye lo que hoy por hoy los amalgama, el objetivo fundamental y estratégico lo constituyen las expectativas que los sectores ligados a ellos harán pesar en función de sus objetivos destituyentes , - ya algo había adelantado Biolcatti en el programa de “Mariano Grondona” -, lo cierto es que los muchachos están organizados y manejan su clientela, sus cotos provinciales, sus negocios

Sus formas de hacer política, todavía están intactas.

Todavía cuentan con la llave que abre y cierra puertas en centros de poder importantes, dentro y fuera del país, manejan los medios en sus provincias y hasta señalan a la oposición permitida.

Estuvieron, están y quieren quedarse, como sea. Confían en las “nuevas” Cámaras, depende del Gobierno Nacional que estos personajes sigan cogobernando la Argentina.

Por ahora Duhalde, Cobos, Adolfo Rodríguez Saá, Carlos Reutemann (Santa Fe) y Juan Carlos Romero (Salta); y los diputados electos Felipe Solá (Buenos Aires) y Ramón Puerta (Misiones) el ex gobernador de Entre Ríos Jorge Busti y el gobernador de San Luís, Alberto Rodríguez Saá intentaran dar el zarpazo desde la Cámara Baja, alli tienen como arietes a Puerta y a Solá, y cuentan con la complicidad de Julio Cobos y la adhesión de algunos radicales, que, como ya sabemos, siempre están cuando de golpear al movimiento nacional se trata.-

Duhalde se frota las manos, esta detrás, firme, fogoneando. Un juego peligroso para todos, pero una prueba de fuego para quienes comandan el Estado, que tendrán que decidir si profundizan aun más el modelo organizativo o no, si se ocupan del interior o no. Se terminó el tiempo de dormir con el enemigo. En la Latinoamérica de hoy, y con un mundo absolutamente globalizado, ningún país del continente se puede dar el lujo de admitir el cogobierno, de las provincias, de las regiones, de los estados, de los distritos, de los departamentos todos deben acompañar o debatir dentro del modelo, si no el proyecto nacional y la integración latinoamericana habrán sido solo un anhelo en la mente de “nostálgicos compañeros” que se quedaron en los ’70, “como les gusta decir a algunos”. (Agencia Paco Urondo)

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