La ley de emergencia económica, por Gabriel Monzón

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) El 25 de noviembre, en el Senado, se prorroga hasta el 31 de diciembre de 2011 la ley de emergencia económica. Esto incluye también la prorroga de los planes sociales y alimentarios, la emergencia ocupacional y la emergencia sanitaria. Lo más probable es que la oposición cargue contra este proyecto diciendo que las condiciones de la declaración de la emergencia económica variaron y que no existe tal emergencia. Cosa que en parte es cierta. No podemos desconocer que estamos mucho mejor que cuando, el 25 de mayo de 2003, asumimos el Gobierno.

Pero uno de los argumentos por los que nosotros necesitamos la emergencia es la capacidad de solucionar rápidamente problemas sociales que aún existen, en virtud de la crisis del 2001/2002, que fue la explosión de lo gestado durante el menemismo.

La emergencia económica no solamente nos permite tener un paliativo para las emergencias sociales que aún tenemos, y más con un mundo globalizado en crisis, sino que también nos permite tomar decisiones veloces en las circunstancias actuales en cuanto a traspasos de partidas o utilización de excedentes. No podemos desconocer que estamos mucho mejor que hace 6 años. Pero tampoco podemos desconocer que la realidad aún hoy nos golpea.

La oposición, vacía de contenido político, nos atacara diciendo que esta emergencia sigue dándole facultades al ejecutivo que violan el espíritu de la democracia. Sería bueno hacerle saber a la oposición que ellos fueron los culpables de las principales violaciones a los derechos democráticos que, quien fuese su líder determino en una famosa frase que es toda una definición “con la democracia se come, se cura y se educa”. Y que, en el año 2001, extendiendo las políticas de sometimiento del menemismo, explotaron en un estallido social que, con la consiguiente gestión de Duhalde en el 2002, escribió en la historia de nuestra Nación la más crudas de las crisis de las que se tienen memoria. (Agencia Paco Urondo)