Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Si bien la formación militar en la historia argentina ha tenido muchas etapas, los paradigmas de esa educación –que es mucho más que la formación técnica, la instrucción o la ilustración- han ido cambiando desde 1810 hasta el presente, no siempre acompañando los modelos institucionalizados en la educación pública (con sus diversas contradicciones y fracturas), desde el paradigma del progreso liberal, pasando por el modernizador industrializante hasta llegar al actual de índole profesionalista.
La nota del 17 de febrero de este año titulada Con otra cabeza, de la periodista Nora Veiras, en el matutino Página 12, refleja, desde el propio título, el sentido con que perciben algunos medios el esfuerzo por parte de las Fuerzas Armadas en transformar los contenidos y alcances de una asignatura pendiente como es la educación, luego del largo período de transición (25 años) entre la última dictadura cívico-militar y la actual gestión presidencial.
Es alentador comprobar que la tarea realizada por las instituciones militares de manera sistemática y permanente en producir un cambio cultural al interior de la organización ha comenzado a brindar sus frutos. Y que así sea percibido por los medios de comunicación y entidades de la sociedad civil, aún más.
Por supuesto, quedan aspectos que deben seguir mejorando, pero lo cierto es que se ha recorrido un gran trecho hacia un Ejército que se acerca a otras instituciones armadas del mundo que hicieron del respeto al orden constitucional una premisa básica, asumiendo deberes y obligaciones inherentes a la construcción de ciudadanía.
El concepto de “ciudadano militar”, la formación profesional, la transmisión de saberes técnico-militares y el ejercicio del mando, nos dice la autora de la mencionada nota, son los ejes en que el Ministerio de Defensa se ha propuesto trabajar, y nos informa que “entre marzo y junio se va dictar un curso intensivo para oficiales instructores, los encargados estrictamente del área militar, de las escuelas de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas”.
La particularidad, señala con agudeza, de la relación de mando, es que por el régimen de internado, el superior se transforma en un virtual tutor de los cadetes y aspirantes, siendo el abuso de autoridad la causa que motiva la mayor cantidad de bajas. Precisamente, esa relación asimétrica es la que se busca encauzar a partir de una nueva concepción del ser militar y que se resume en la idea de “ciudadano militar”. Asimismo, puntualiza la periodista que “contenidos anquilosados, valores antidemocráticos y métodos denigrantes fueron durante décadas el estigma de la formación castrense”.
Esto es lo que surge del diálogo que Veiras mantuvo con la recientemente designada subsecretaria de Formación Militar del Ministerio de Defensa, Sabina Frederic, egresada de la Universidad de Buenos Aires y doctorada en Utrecht, Holanda, quien explicó que en el curso para instructores “se va a tratar toda la problemática de lo que es ser un militar ciudadano, que es esto de servir a la patria, que a su vez significa renunciar a algunos derechos por elección, como es la representación política, la agremiación, pero al mismo tiempo significa una serie de derechos que ejercer y que los cadetes tienen que asumir, ellos y el prójimo”.
Acerca del ejercicio del mando y la disciplina, otro de los núcleos de la capacitación, la especialista aseguró que es todo un tema el del abuso de autoridad. “Esta gestión –aseveró- ha trabajado mucho sobre este tema, los directores de los institutos tienen un control muy estrecho: cualquier problema de abuso de autoridad inmediatamente llega acá”.
Frederic, que no ignora que toda organización militar se vertebra en forma jerárquica, reconoce, sin embargo, que hoy son otros los códigos que se ponen en juego. Hace una década, sin ir más lejos, la distancia entre un oficial instructor y sus alumnos, los cadetes, era inaccesible.
Con respecto a la formación de oficiales, la periodista inquiere a la subsecretaria de Formación Militar acerca de la selección de docentes de materias que no son estrictamente militares (docentes que en muchos casos no se han caracterizado por su adscripción a los principios republicanos y democráticos), a lo que Frederic respondió: “Este año se van a dar talleres de orientación a esos docentes tanto con gente de la subsecretaría como con profesores de las universidades nacionales (…). Es cierto que hay profesores que tienen como derechos adquiridos, que hace mucho tiempo que están dando clases, no en estas materias. En estas materias se incorporó personal docente nuevo que viene de dictar clases en universidades. Más o menos un 30 por ciento dicta clases en universidades también y el resto sí es gente que está trabajando desde hace mucho tiempo”.
Respecto de las materias, señaló que el año pasado “se implementaron siete materias en los institutos de formación que fueron el resultado de un Consejo de Educación que se constituyó apenas asumió la ministra”. Las materias, entre otras, son: Derecho Constitucional y Administrativo, Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario; Estado, Sociedad y Mercado, y Sociología de las Organizaciones.
Nora Veiras, por su parte, apunta que “esta mujer de 43 años que empezó a indagar sobre la formación militar desde el prisma de la mirada de género, derivó en la coordinación de un consejo para aggiornar los planes de estudio y acaba de asumir como subsecretaria”. Y en otra parte de la nota informa que “por primera vez una mujer, antropóloga social, es la encargada de supervisar qué y cómo se forman los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas”.
“Creo –asegura Sabina Frederic- que hay una apertura en las fuerzas que es importante aprovechar, a través del ministerio, con el sistema universitario nacional. Eso es algo en lo que la ministra y la Presidenta están muy interesadas: en comprometer a las universidades nacionales en este proceso”.
Los militares, la política y el perfil profesional
Veiras: Cuando comenzaron las reformas en los planes de estudio, algunos sectores conservadores plantearon el riesgo de que entrara la política a la formación de los militares, ¿cómo lo evalúa?
Frederic: Por ahí es bueno que entre la política, no en un sentido partidista. Los militares son personas que están interesadas también en la política nacional, son ciudadanos y tienen que votar, aunque no sean representantes. Lo que permiten esas materias es abrir el pensamiento, pensar más pluralmente; la realidad es compleja, hay perspectivas diferentes y en función de esas perspectivas hay consecuencias distintas sobre la operación de esa realidad” (…).
Frederic señala que “es fundamental la articulación con la sociedad civil porque las Fuerzas Armadas son una institución que requieren del honor, del reconocimiento. Afortunadamente la institución militar de hoy no es la de los ’70. Dentro de las fuerzas hay un rechazo absoluto, a mi criterio demasiado individual, a lo que pasó (…) Eso va a contribuir a integrar”.
La nota se completa con una subnota ("El grado no garantiza el mando") en la que del reportaje a la subsecretaria se desprende que de los 5000 jóvenes que cursan para ser oficiales o suboficiales de las Fuerzas Armadas, menos de un tercio son hijos de militares y muchos provienen de sectores socioeconómicos medios bajos. La absoluta mayoría son del nordeste y el noroeste. Además, surge un dato fundamental: hay 15.000 civiles estudiando en institutos universitarios militares.
Con respecto a las mujeres, hay un 25 por ciento que entra en la Armada, un 10 o 12 en el Ejército y un 20 en la Fuerza Aérea. “Hay una tendencia a la feminización de las fuerzas. Ese es otro elemento que modificó muchísimo el patrón de relaciones internas”, indica la subsecretaria.
“¿Qué significa hoy formar para la defensa a un ciudadano militar?”, indaga la periodista.
Sabina Frederic responde: “El ministerio trabaja sobre el desarrollo profesional. (…) Se piensa en el militar como un profesional que está al servicio de la sociedad argentina”. Hoy la Argentina no tiene hipótesis de conflicto, entonces se trabaja sobre capacidades internas. (…) La Presidenta ha sido muy clara y ha dicho que la Argentina tiene necesidad de incluir los recursos naturales dentro de lo que es la protección nacional. Los recursos naturales son espacios vitales y sabemos que hay países, o empresas, que tienen intereses, y ésa es una zona de protección y de defensa importante. Pero nunca pensando en un enemigo externo”.(Agencia Paco Urondo)
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