Capital Federal (Agencia Paco Urondo, por Nora Veiras, publicado en Revista 23) Pierden el pelo pero no las mañas
Los promotores de la movida son Jorge Mones Ruiz y Liliana Raffo de Fernández Cutiellos. Integran UnoAmérica, la organización que se propone combatir “el castrocomunismo”. Quieren que el próximo Congreso remueva y juzgue a la Presidenta.
“Más de veinte Organizaciones No Gubernamentales de la República Argentina, pertenecientes a la Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica), promoverán la destitución de Cristina Kirchner en el marco de la Constitución y las normas de la democracia.” El ex carapintada Jorge Mones Ruiz y Liliana Raffo de Fernández Cutiellos firman la arenga como delegados de la organización destinada a “combatir el castrocomunismo en América latina”.
Aggiornado, el mayor de caballería, condenado por el levantamiento seineldinista de 1990, ya no piensa en golpes militares tradicionales, sino que avizora un escenario de impotencia del oficialismo en el Congreso y una unidad de la oposición para desplazar a CFK. El grupo viene tejiendo vínculos con ruralistas, duhaldistas y hasta coquetearon en el entorno de la Coalición Cívica.
“Desde diciembre de 2008 me desempeño como delegado en la Argentina de UnoAmérica, confederación internacional de ONG que brega por la restauración de la República, la democracia, la libertad los derechos universales conculcados en países como el nuestro, que forman parte del ‘eje de lo peor’, en procura de instaurar en ellos la nueva versión neomarxista denominada ‘socialismo siglo XXI’”, explica el propio Mones Ruiz en una de sus páginas web. Con el impulso dado por los antichavistas venezolanos y la ultraderecha colombiana, formaron UnoAmérica como la contracara de la Unasur. Horrorizado por los postulados del Foro de San Pablo, que surgió como reacción ante el neoliberalismo de los ’90, el ingeniero venezolano Alejandro Peña Esclusa reclutó en los reductos más reaccionarios del continente y apuntó primero contra Chávez, después contra Evo Morales y Rafael Correa y ahora contra la Presidenta argentina. Los vínculos de la organización se entrecruzan con la Fundación para el Análisis Económico Social (FAES) que dirige el ex premier español José María Aznar, con la Fundación Internacional para la Libertad presidida por Mario Vargas Llosa y con la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid), conocida como “la cara social de la CIA”.
Una de las misiones de Mones Ruiz y Fernández Cutiellos, viuda de un teniente coronel muerto durante el intento de copamiento del Regimiento de La Tablada por parte del MTP en 1989, fue visitar Bolivia a principios de este año. El objetivo declarado: recabar información sobre la Masacre de Pando. UnoAmérica denuncia que los asesinatos de aborígenes y campesinos fueron producto de una acción orquestada del gobierno de Morales para victimizarse y no de la acción de hordas fascistas comandadas por la ultraderecha boliviana. Poco después de esa visita, la policía de ese país desbarató una banda encabezada por el húngaro boliviano Eduardo Rozsa Flores y los mató a él y a otros dos extranjeros. El gobierno de Morales denunció un intento de magnicidio. En el marco de la investigación, Ignacio Villa Vargas, el chofer de Rozsa, dijo que éste se había reunido con el ex carapintada argentino. Apareció también un video del propio Rozsa en el que confesaba que lo estaban financiando grupos de empresarios de Santa Cruz de la Sierra con el propósito de conseguir la secesión de ese territorio.
Mones Ruiz fue agregado militar en Bolivia durante la última etapa de la dictadura argentina. De hecho, otro ex carapintada, también del arma de Caballería, Luis Enrique Baraldini, prófugo de la Justicia por delitos de lesa humanidad, fue detectado a principios de este año en Santa Cruz pero logró escabullirse. Mones Ruiz, indultado, se recicló como licenciado en Ciencia Política y hasta logró ser designado asesor del ex ministro de Defensa de la Alianza Ricardo López Murphy. El conchabo le duró poco: fue desplazado cuando se publicó su currículum en la revista Ventitrés.
Proyección de deseos
Sin detallar las organizaciones que acompañan la iniciativa de destitución de CFK, el comunicado destaca que “consideran que la gestión de los Kirchner ha destruido el país, viola los derechos humanos, acaba con las instituciones democráticas y, sobre todo, obedece a un designio internacional, ajeno a los intereses de los argentinos, enmarcado dentro del Foro de San Pablo y dentro de los objetivos del comandante Chávez”. Anticipan un plan de operaciones de “denuncias concretas” por el “atentado contra la Carta Magna en procura de un Estado colectivista y totalitario”, distintos hechos de corrupción (“enriquecimiento ilícito, caso medicamentos, caso Skanska, valijas de Antonini Wilson, etc.”), destrucción del aparato productivo, desarticulación de las Fuerzas Armadas, atentados contra la libertad de expresión (“Ley de Medios”) y manipulación del sistema judicial (“existencia de presos políticos”). Fernández Cutiellos y Mones Ruiz junto a Cecilia Pando se reunieron poco antes de las últimas elecciones con el ex presidente Eduardo Duhalde para reclamar por la libertad de los represores detenidos. En el marco del mismo lobby se habría encontrado Ana Barreiro, esposa de “El Nabo” Barreiro, preso por su actuación en el Tercer Cuerpo de Ejército, con la líder de la CC, Elisa Carrió.
En línea con los dichos del presidente de la UCR, Gerardo Morales, y de Carrió, los delegados de UnoAmérica también agitan fantasmas por las armas en grupos sociales. Mones Ruiz y Fernández Cutiellos denuncian “negligencia ante la presencia de elementos del narcoterrorismo en el país” y afirman que “asistimos a ‘ejercicios de cuadros y tropa en el terreno’ desarrollados por organizaciones que, financiadas por ‘valijas venezolanas’ y desde ministerios sociales, se preparan para escenarios violentos con la experiencia propia y el asesoramiento de Sendero Luminoso y las FARC”.
Expectante por el recambio legislativo del 10 de diciembre, la ultraderecha confía en encontrar eco en el nuevo Congreso. “La forma más acabada para demostrarle a todos los argentinos y al mundo que la Argentina quiere seguir siendo una República y una democracia moderna, es procurar la destitución de la Presidenta y su juzgamiento inmediato, al igual que a los cómplices que sumergieron a nuestra Nación en la escoria de las patrias sin destino”, concluyen los delegados de UnoAmérica.
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